Cómo afrontar el divorcio con hijos adolescentes
El divorcio es un momento complicado en la vida de quienes lo viven, sobre todo en los hijos adolescentes que pasan por cambios significativos. Estos sencillos consejos serán de utilidad para sobrellevar el divorcio.
Daniela Lopez
La adolescencia de nuestros hijos es un verdadero reto. Es una etapa de definiciones en la que de forma constante ponen a prueba tu autoridad. Si en ese momento tan importante para su futuro enfrentan el divorcio de sus padres, el desafío será aún mayor, porque la ruptura del núcleo familiar lleva a todos los miembros a encarar un duelo.
Lo anterior puede sonar muy caótico. Ya de por sí, la adolescencia es complicada en la vida, un momento de transición y de cambios importantes en el que se construye una imagen de sí mismo y de cómo lo verán los demás. Podrían presentarse cierta rebeldía y desafío a la autoridad, cambios hormonales significativos que confundan al adolescente y generar variantes en los estados de ánimo. Te invito a que des clic aquí para saber más sobre los cambios físicos y emocionales en la adolescencia.
Si desafortunadamente estás pasando por un divorcio y no sabes cómo afrontarlo con tus hijos adolescentes, te comparto estas recomendaciones:
Sé paciente e infórmate
Tus hijos se encuentran en una etapa de cambios fuertes. Experimentan molestia y tristeza por la desintegración de su familia, por lo que debes tener paciencia y ser firme sin llegar al autoritarismo. Busca la ayuda de un psicólogo. Un especialista puede apoyarte y resolver las dudas que tengas, así como llevar a tus hijos a terapia, para que no estén solos en este proceso y comprendan por lo que están atravesando. Acércate a los maestros en la escuela para que les comentes sobre el divorcio y, a su vez, que ellos te mantengan al tanto si notan algún cambio en el comportamiento de tus hijos.
No los involucres en los problemas que surjan por la separación
Procura mantenerlos alejados de las discusiones. Ante todo, tus hijos deben de saber cuánto los aman y que no importa que sus padres estén separados, siempre serán sus padres. Aunque estén molestos no platiquen de los desacuerdos que tienen frente a ellos, ni los utilicen para tratar de “mediar” el problema.
Mantener la comunicación
Los padres se encuentran tan inmersos en el divorcio que se olvidan de los sentimientos de sus hijos. Se puede llegar a perder la comunicación, lo que ocasionaría que los hijos estén expuestos a peligros como las drogas o el alcohol, y tal vez buscarán distraerse en internet. Al encontrarse vulnerables podrían ser presas de depredadores en la red, que busquen sacar provecho de los menores.
Respeta sus sentimientos y opiniones
Con el divorcio llegan muchas modificaciones en la vida cotidiana. Es lo más común, por ejemplo, que los hijos se queden a vivir con la madre y el padre tenga el régimen de visitas y convivencias cada semana; esto puede significar un cambio de casa o escuela. Parte de la buena comunicación que debes establecer con los adolescentes es preguntarles cómo se sienten, qué piensan sobre los cambios que están viviendo, respetar sus opiniones y no hacerlos a un lado, porque ellos también tienen mucho qué decir.
Convivir lo más frecuente que se pueda
Establecer un régimen de visitas y convivencias para el padre o madre que no vive con ellos que permita la cercanía de los hijos con dicho progenitor; permitir que asistan a las juntas escolares, que convivan con la familia extendida, todo esto para lograr un equilibrio y que ambos padres estén al pendiente del sano desarrollo de sus hijos. En este punto juega un papel importante el abogado de ambas partes, quien puede recomendar lo que sea mejor para los hijos, pero cuidado, también puede dar recomendaciones no muy sanas que conduzcan a un conflicto mayor que termine perjudicando tanto a padres como a hijos.
Saber ser buenos padres, aunque estén separados, es lo más sano para tus hijos; darles esa estabilidad que necesitan ante la ruptura de su familia y con los cambios que se viven en la adolescencia, podría causar conflictos en los jóvenes. Con paciencia, comunicación y amor sin duda podrán salir de este difícil momento. Y recuerda, “Los padres se divorcian, los hijos no”.