Cómo afrontar la infertilidad en pareja y lograr ese bebé que tanto desean
Enfrentar la infertilidad en pareja no es asunto sencillo, pero quizás este artículo los pueda ayudar. Mejor pronóstico de éxito si la infertilidad se afronta en pareja
Camila Ignacia Gómez González
La sala de espera, desolada, parece estar más fría que nunca. José acaricia suavemente la mano de Claudia, su mujer, mientras trata de buscar alguna respuesta a todos sus pensamientos, pero no logra descifrar qué esconden sus ojos.
Una turba de emociones lo confunde, un mal presentimiento no lo ha abandonado durante todo el día. Su intuición no le miente, de pronto todos sus acelerados pensamientos son interrumpidos por la voz de la asistente del médico invitándolos a pasar.
La noticia y la decisión
Sobre el escritorio puede verse un sobre blanco que pone punto final a una serie de exámenes para saber si es que podrán convertirse en padres algún día. José mira a Claudia con ternura y le susurra en el oído: “No importa qué pase, estamos juntos”. El doctor les extiende la mano y comienza a explicarles que, según las diferentes muestras que obtuvieron de ambos y observadas en laboratorio, no podrán ser padres.
Claudia quedó estupefacta, ¿qué había hecho mal? ¿Dónde guardaba ahora todos sus sueños? ¿Qué pensaría José? Las lágrimas comienzan a aflorar. José toma su mano fuerte, su presentimiento no falló. Ambos deciden no saber quién tiene el problema de fertilidad, pues ello poco importa. El amor es más fuerte y han de vivir esta prueba de la mejor manera.
La crisis
El doctor les advierte de la fuerte crisis que pueden comenzar a vivir debido a la inesperada noticia. Les explica que podrán comenzar a sentir: ansiedad, estrés, aislamiento social, sentimientos de culpa, entre otros tantos detonantes. Y que, por consiguiente, es importante que si en algún momento se sienten superados, acudan a un especialista para que pueda ayudarlos.
El redescubrimiento
Les habla acerca de la gran tarea que viene para ellos ahora: REDESCUBRIRSE. Descubrir el placer de un buen encuentro íntimo, dejando atrás las presiones de la búsqueda de días fértiles para concebir.
Claudia se sonroja, pues hace mucho tiempo que no hacen el amor libremente. El último tiempo todo ha sido planificado y calculado en torno a su ciclo menstrual, casi como una obsesión. Y José no puede recordar cuándo fue la última vez que ambos se dijeron un piropo (cumplido) al pasar.
El doctor, al notar su incomodidad frente al tema, les indica que todo debe RECOMENZAR, poco a poco. Con detalles, como si fueran novios que están recién comenzando a coquetear.
Otras vías
Al terminar la consulta, José y Claudia, con las manos sudadas por los nervios, escuchan que el médico habla acerca de diferentes opciones para lograr ser padres: fecundación in vitro, algunas técnicas de reproducción asistida y, finalmente, la adopción.
Al explicarles todas las opciones, ambos respiran profundo, quizás jamás les habían planteado tantos términos médicos desconocidos. Se les invita a pensarlo con calma, dejándoles abiertas las puertas para volver ante cualquier duda y les entregan una tarjeta de una fundación que se dedica a dar niños en adopción.
De vuelta a casa, Claudia no puede parar de mirar a José. Se pregunta cómo habría sido un hijo de ambos, a quién se parecería. Pero José interrumpe en cierto momento sus pensamientos para decirle: “No importa qué camino tengamos que tomar, lo importante es que lo hagamos juntos”.