Cómo ayudar a los hijos a seguir una dieta balanceada
El artículo es una presentación de cuatro pasos a tener en cuenta para ayudar a los hijos a desarrollar una dieta balanceada y seguirla al pie de la letra para ser saludables en sus hábitos alimenticios.
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Cindy Peterson
El ritmo de vida en nuestros días hace que, en la actualidad, las familias enfrenten diferentes desafíos alimenticios y de salud que pueden convertirse en algo difícil de sobrellevar si no hay preparación previa al respecto. Lamentablemente, hoy día las escuelas son una de las pocas instituciones que enseñan a los alumnos sobre dietas alimenticias saludables, cuando en realidad es el deber de la familia enseñar a los hijos a alimentarse correctamente. Los hijos también pueden aprender a practicar ciertas habilidades domésticas a través del aprendizaje de las dietas y adquirir conocimiento que les servirá en el futuro. A fin de evitar las vicisitudes de salud que se puedan presentar, los padres pueden ayudar a los hijos a implementar en sus comidas dietas balanceadas que se combinen con buenos hábitos alimenticios para que puedan aprender a cuidar correctamente su cuerpo. Los siguientes son cuatro consejos prácticos que los padres pueden aplicar en el hogar:
1. Identificar las dificultades de salud existentes en el hogar
: si en la familia hay personas que sufren de determinadas enfermedades crónicas o no crónicas, (por ejemplo, diabetes, enfermedades coronarias, hipertensión, intolerancia a la lactosa, etc.), es recomendable que los padres e hijos decidan ser unidos en las comidas que van a tener a fin de apoyar a los que deben seguir una dieta definida.
2. Identificar los principales grupos básicos de alimentación
: existen algunos grupos básicos de alimentación que las familias deben tener en cuenta al preparar las comidas. Dichos grupos se separan en:
a) reconstituyentes (tales como leguminosas secas, semillas y prótidos),
b) energéticos (arroz, maíz, trigo) y
c) protectores (frutas y legumbres).
Al conocer estos grupos, la familia puede rotar las comidas en base a cada grupo o incluyendo cada grupo en los platos principales del menú familiar.
3. Limitar la cantidad de azúcar y sal
: existe la creencia de que quitar la sal y el azúcar por completo de las comidas es saludable. Sin embargo, lo que en realidad es recomendable es que se incluya sal y azúcar en cantidades razonables y apropiadas. Es conveniente evitar los extremos desmedidos y es bueno ser prudente en el uso de las sazones y porciones.
4. Planificar un menú familiar
: esto no solo ahorra tiempo a la hora de decidir qué cocinar sino que además permite a la familia tener un orden sobre las comidas que se van a digerir y asegurarse que la dieta es balanceada y saludable. Los miembros de la familia pueden sentirse apreciados al colaborar con ideas sobre el menú y aún pueden ser creativos a la hora de diseñar o sazonar las comidas con los ingredientes aptos para el uso saludable de todos. Además, el tener un menú familiar ayuda a los padres a ser flexibles si deciden cambiar un plato en un día especial dado que al tener un plan pueden decidir cómo cambiarlo.
El aprender a promover la prevención de salud familiar comienza en el hogar y los padres pueden ser los mejores promotores de una dieta equilibrada al trasmitir a sus hijos la importancia de prevenir enfermedades, comer saludablemente y cuidar de sus cuerpos de manera responsable.