Cómo empezar a sanar la relación después de la violencia doméstica
A pesar de las heridas causadas por la violencia doméstica, existen casos en los que ambos están dispuestos a hacer lo que sea necesario para empezar a sanar la relación. Este artículo es un buen primer paso en esa dirección.
Denhi Chaney
El vivir en medio de violencia es pasar la vida con un trauma. Sin embargo, existen algunos casos en los que sanar este trauma no solo es posible a nivel individual, sino también como pareja. Quiero dejar en claro que esto solamente sucede cuando el agresor es consciente de que tiene un problema, está en busca de ayuda profesional y dispuesto a hacer lo que sea necesario para sanar las heridas que ha provocado en su pareja y en sus hijos –de tenerlos–. No hablo de falsas promesas, como aquéllas que se hacen durante la etapa de culpa en el ciclo (ver artículo “Violencia doméstica: Descripción del ciclo”), sino de un compromiso permanente de no caer en la violencia independientemente de cómo se sienta el agresor.
Es importante mencionar que el sanar una relación que ha vivido en violencia requiere de mucho tiempo y ayuda profesional, pues se está lidiando con un trauma y no con un dolor ordinario. Aun así, esto te ayudará a empezar a sanar la relación y, aún más importante, a poder sentirte segura en tu propio hogar. Algunas sugerencias aquí expuestas han sido adaptadas de los consejos dados por el terapeuta Larson (2010).
Suscriban un contrato de “no violencia permitida”
A fin de recuperar un sentimiento de seguridad y empezar a crear una relación íntima, es necesario que la víctima tenga un contrato en el que ella enumere lo que espera de su pareja y las consecuencias en caso de romper tal convenio. Este contrato debe de contar con los siguientes puntos:
a. Escrito
El contrato tiene que ser de forma escrita; es decir, no puede ser verbal.
b. El agresor hace compromisos
El agresor tiene que comprometerse a terminar todo acto de violencia, a desarrollar otras formas de comunicación, a aprender a controlar su enojo y a buscar ayuda profesional para lidiar con sus propios problemas personales, que lo han llevado a tal nivel de agresividad.
c. Consecuencias
El contrato debe de explicar las consecuencias en caso de que se rompan los compromisos especificados con anterioridad. Dichas consecuencias tienen que ser explicadas y bien entendidas por el agresor, todo esto a fin de evitar malentendidos en caso de la que violencia aflore de nuevo. Por ejemplo, una consecuencia razonable es que si se vuelve a repetir un episodio de violencia, el agresor da a entender que ha decidido dar por terminado el contrato y, por ende, los intentos de sanar la relación (ver artículo “Violencia doméstica: Qué hacer cuando la pareja no quiere cambiar”). Es de suma importancia
que cualesquiera que sean las consecuencias que han decidido imponer, la víctima debe cumplirlas, pues en caso contrario el agresor va a internalizar que en realidad no tiene que cambiar su conducta, pues las consecuencias nunca se llevan a cabo.
d. Firmado y con testigos
Es importante que este contrato sea firmado por los dos, y por uno o dos testigos de confianza que puedan validar el compromiso y las consecuencias. Esto se hace para que el agresor sienta la seriedad de los compromisos que acaba de hacer, y para que sepa que tiene una obligación no únicamente con su pareja, sino también con los testigos del acuerdo.
e. Llevar este contrato a sesiones de terapia
Si cuentan con ayuda profesional es importante llevar a las sesiones este documento para que su terapeuta lo revise y pueda ayudarles a conseguir las metas ahí estipuladas.
Este contrato te será de gran ayuda para empezar a sentirte segura, y para comprobar si las intenciones de tu pareja son sinceras. Mereces saber si él realmente está dispuesto a cambiar, y este contrato te ayudará a determinar esto. Tienes muchos motivos para desconfiar de él, y querer ver una prueba de su sinceridad antes de ofrecerle tu corazón de nueva cuenta no tiene por qué hacerte sentir culpable, pues recuerda que el dolor que has vivido es agudo y muy difícil. Tu seguridad vale eso y mucho más –en especial si tienes hijos–. Dale tiempo al tiempo y permítete la satisfacción de empezar a sanar, especialmente si tu pareja cumple con sus compromisos.
Si conoces a alguien que necesite elaborar y firmar este contrato no dudes en comunicarle este artículo, pues cuando el contrato se sigue al pie de la letra se tiene la posibilidad de empezar a sanar muchos años de dolor.