Cómo establecer eslabones firmes entre padres e hijos
Este artículo brinda sugerencias prácticas para que los hijos se conviertan en eslabones fuertes y firmes en cada familia, a fin de poder disfrutar la relación entre padres e hijos de manera auténtica y pacífica.
Cindy Peterson
Cada generación familiar está unida por un eslabón que está representado por un padre o madre, y un hijo. Con la creciente necesidad de fortalecer las familias, es importante entender que el ser eslabones firmes en la cadena familiar permite que cada vínculo generacional esté fuertemente unido a su parte precedente de manera extraordinaria. Sin embargo, ¿cómo podemos ser eslabones firmes para nuestros hijos? Las siguientes son algunas sugerencias para lograrlo de manera sencilla:
Recibir a cada hijo como si fuera un tesoro
a pesar de los desafíos que trae el ser padres, debemos reconocer que los hijos son una bendición de Dios y, por lo tanto, tenemos la responsabilidad de recibirles como si fueran un tesoro para los cuales tenemos la llave del éxito. Esta responsabilidad sagrada nos prepara para bendecirles si estamos dispuestos a pulir estas rocas a fin de que lleguen a hacer brillar el diamante que llevan dentro. La actitud que los padres tienen hacia los hijos juega un papel esencial para ayudarles siempre que la oportunidad se presenta.
Escucharles en todo momento
muchos progenitores oyen a sus hijos, pero en realidad no se detienen a escucharles verdaderamente. Los padres que son buenos oidores sólo emplean su sentido auditivo para prestar atención a sus hijos. En cambio, los padres que son buenos oidores y además buenos hacedores, emplean más de un sentido para escuchar a sus hijos: escuchan con los oídos, con la mente y con el corazón, están atentos para asistir sus necesidades físicas, mentales, emocionales y espirituales. Como madre he aprendido que los mejores momentos para enseñar a mis hijos han sido cuando he dedicado tiempo a escuchar y permitir a mis hijos expresar, reflexionar y tomar decisiones apropiadas en base a lo que ellos aprenden de cada experiencia.
Llorar en sus aflicciones o dificultades y alegrarnos en sus éxitos
Al evitar decir la frase “te lo advertí” a nuestros hijos cuando cometen errores nos ahorraremos mucha desilusión y contención. En su lugar, podríamos comenzar con la frase: ¿qué aprendes de todo esto? o ¿qué podrías hacer diferente la próxima vez? Cuando tienen sus logros, debemos ser los primeros en felicitarles, animarles y apoyarles.
Disponer tiempo para ellos
en las familias donde hay varios hijos, es muy positivo disponer tiempo para pasar momentos individuales junto con ellos. Por ejemplo, hay hijos que les gusta asistir a una exposición de arte; hay otros que les gusta practicar un deporte; otros disfrutan de interpretar un instrumento y tener a sus padres como audiencia; otros sólo prefieren una caminata, correr o leer en silencio mientras los padres están cerca. Cualquiera sea la actividad que prefieran los hijos, los padres pueden hacer tiempo para participar juntos y esto trae gran felicidad y unidad familiar.
Todas estas estrategias y muchas más, hacen que los padres eviten distanciarse de los hijos como suele regularmente suceder en los años cuando los chicos crecen. Esto fortalece la relación familiar y les ayuda a establecer familias firmes y estables cuando les toque a ellos ser los eslabones precedentes para sus propios hijos.