Cómo fortalecer la autoestima de tu hijo con dislexia
La dislexia es un trastorno que puede afectar la autoestima de tu hijo. Aquí algunos consejos para fortalecerlo y ayudarle a superar este problema.
Aida Rendón Morales
La dislexia es un problema en la adquisición de habilidades necesarias para la lectura y la escritura. Especialistas consideran que entre el 10 y 15% de los niños en edad escolar la padecen en algún grado. En otro artículo hemos hablado de algunos indicadores que pueden ayudarte a identificar si tu hijo es disléxico. Si tienes dudas al respecto, te invito a leer: Superar la dislexia de tu hijo requiere saber observarlo y quererlo
Ahora bien, si tu hijo ya ha sido diagnosticado con dislexia y está en tratamiento, se encuentra en el camino correcto para superar este obstáculo. Sin embrago, hay otros aspectos que no puedes descuidar, pues también inciden en la manera en que enfrentará este problema. Me refiero especialmente a los efectos que la dislexia puede tener en el comportamiento de tu hijo en la escuela y en las relaciones con sus pares.
El niño disléxico y el entorno escolar
Muchos niños disléxicos empiezan a hablar tardíamente, lo cual es perfectamente normal en estos casos. Su rendimiento escolar en el resto de las áreas de desarrollo es igual al de otros niños, pero la dificultad que presentan para comunicarse verbalmente (y luego en la lecto escritura) puede acarrearles problemas para relacionarse con otros niños. Esto con frecuencia se debe a que se sienten inseguros porque notan que los otros tienen dificultad para entender lo que ellos dicen; así mismo, pueden sentirse desconfiados y hasta avergonzados porque no pueden expresarse con la fluidez y claridad que otros niños poseen.
Por otra parte, sobre todo en los primeros años de la educación primaria, su rendimiento escolar puede verse afectado, pues el ritmo en que desarrollan ciertas destrezas es diferente al del resto. Les cuesta más trabajo escribir correctamente letras y números, su caligrafía es irregular y a veces ilegible. Su comprensión de la lectura es baja, pues deletrear correctamente les exige un nivel de concentración tan alto, que poco pueden retener del contenido del texto leído. Por esta razón —y no por un problema de memoria—, recuerdan poco de lo aprendido.
Pese a estas dificultades, la inteligencia de estos niños es normal, por lo que buscarán “esconder” estas limitaciones con estrategias de compensación, que pueden convertirse en conductas problemáticas en la escuela o simplemente destacarse en otras áreas más físicas, como los deportes o actividades manuales.
Es importante que si tu hijo tiene este trastorno, comprendas que lo que ocurre en la escuela puede acarrearle problemas de autoestima severos, si no se atiende oportunamente. Aquí te ofrezco algunas ideas para ayudar a tu hijo a superar los aspectos emocionales que conlleva la dislexia:
1. Sé paciente
Debes tener claro que tu hijo no es menos inteligente que el resto, pero tiene un ritmo diferente. Tardará más que otros niños en dominar ciertas habilidades y esto será más difícil en tanto más presionado se sienta. Ten paciencia y dale el tiempo que necesita, sin descuidar la disciplina que conlleva el tratamiento de la dislexia.
2. Refuerza su autoestima
Asegúrate que comprenda que las dificultades que tiene en la escuela no lo definen: él es un niño lleno de virtudes que lo hacen tan valioso como cualquiera. No hables de la dislexia como una tragedia o un estigma. Él se sentirá más confiado si percibe que para ti la dislexia no es motivo de sufrimiento o incertidumbre.
3. Estimula otras áreas de desarrollo
Una forma de ayudarle es estimulando otras áreas de desarrollo que domina y disfruta. Los niños disléxicos con frecuencia son muy reflexivos y grandes observadores. Puedes propiciar juegos científicos donde experimente y analice procesos mentalmente. También se desarrollan bien en actividades artísticas, como el modelado y la pintura.
4. Ayúdale a disfrutar la escuela
Los niños con dislexia con frecuencia generan aversión a la escuela; ayúdale a disfrutarla procurando no centrar toda tu atención en qué tanto ha progresado su lectura. Esto le hará notar que —más allá de sus dificultades— la escuela es un lugar para aprender todo tipo de cosas y divertirse. También puede ser útil que fomentes la socialización con otros niños de su escuela, invitándolos a casa o a realizar actividades en las que tu hijo se siente cómodo, seguro y a la par de otros niños.
5. Habla con sus maestros
Asegúrate que los maestros y psicólogos de la escuela sepan del problema y tratamiento de tu hijo. Si notas que está atravesando por problemas de autoestima y/o conducta, hazlo saber a sus maestros, pide su apoyo y comprensión. Si trabajan en equipo, la experiencia escolar será más llevadera para tu hijo.
Recuerda que lo más importante es que tu hijo sea feliz. Busca el equilibrio entre la disciplina, la paciencia y la diversión. Verás que con ello le ayudas tanto o más que muchos tratamientos especializados.
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