Cómo lograr ser tú mismo en una relación de pareja
Cuando te amas a ti mismo, puedes amar a los demás. ¿Cómo lograr ser uno mismo en una relación de pareja?
Danitza Covarrubias
El deseo de tener vida en pareja y el amor profundo que se construye en la relación puede llevarnos a perdernos a nosotros mismos. Para que haya pareja se necesita de los dos miembros enteros, que juntos puedan crear esa tercera entidad, que es la pareja. ¿Cómo seguir siendo persona y seguir siendo pareja?
Para poder sostener ambas, es importante tener en consideración los siguientes puntos.
Construimos la identidad en relación
La identidad personal no surge de nosotros mismos. Incluso, el nombre, no lo elegimos. Es el otro quien nos llama. Es el otro que, al llamarnos, no solo nos pone nombre, sino características, que actualizamos en nuestro comportamiento.
Así es cómo a través de las relaciones interpersonales nos construimos. Cuando los otros nos nombran, nos definen. Sucede en los diferentes grupos a los que pertenecemos, o a los que deseamos pertenecer y que nos demandan ciertos elementos para lograrlo. La relación de pareja no es la excepción. Es también la relación de pareja la que al nombrarnos nos construye.
Relación de pareja implica crecimiento
Al mismo tiempo, la pareja suele ser espejo, reflejo de nuestros propios conflictos personales. Siendo así quien actúa aquello que nosotros no nos atrevemos a ser. De ahí que las relaciones de pareja se conviertan en algo tan complejo.
Para que el otro pueda seguir siendo lo que es, también necesita que yo sea su contrario. Por ejemplo, para que otro pueda ser “relajado” es necesario que su pareja se “sobre-responsabilice” de las tareas. Y aunque ambos terminan por recriminarse la actitud, es su opuesto quien nos permite actuar nuestra idiosincrasia.
La tendencia social actual es el individualismo. Ante este, no puede existir la relación de pareja. Esto no quiere decir que sea necesario renunciar a tu existencia. Significa que, para lograr ser pareja, es importante construirnos creciendo junto con el otro. A través de aprendizajes sustanciales a partir de compartir los significados personales de los diferentes elementos de la vida. De ahí que la relación de pareja es un excelente campo para poder mirar ampliamente y crecer la conciencia.
Relación intrapersonal
Elegir ser, sin que el opuesto del otro, o mi definición inicial a partir de las relaciones previas a la de pareja limiten, es la búsqueda profunda del alma. Ser a partir del desarrollo y libre elección de las infinitas posibilidades en cada momento. Esta elección deviene de una relación hacia adentro.
Lo que nos distingue de los animales es la reflexión del sí mismo, de las propias conductas. Esto se da a través de la relación intrapersonal. Lo que pienso, digo, siento de mí mismo es reflexionado en el diálogo interno, donde se puede dar el crecimiento y la elección de las diferentes posibilidades.
Es en este diálogo donde deben mirarse también las consecuencias de la decisión de llevar a cabo la manifestación de la potencialidad en cualquiera de sus opciones, y elegirla, sabiendo que implica un precio.
¿Cómo saber cuál elegir? La respuesta está en el cuerpo, algunas veces. En la emoción que surge, y que tiene implícita alguna necesidad por resolver. Muchas otras veces surge en la comprensión propia, y de la historia, para poder liberarse de patrones pasados.
Suma la relación de pareja a la intrapersonal
En las relaciones en general, suele existir el dilema entre el tú o el yo. Es poca la formación que tenemos de poder construir el nosotros. En todas nuestras relaciones pareciera que sólo puede existir el uno, mientras el otro coexiste. Especialmente cuando se trata de dos necesidades encontradas.
Por ejemplo, cuando uno necesita espacio, mientras el otro necesita compañía. La pareja entra en conflicto, en qué necesidad “debiera” ser satisfecha. Sin embargo, es importante vislumbrar por una parte la posibilidad de que ambas necesidades se vean satisfechas, y también mirar cuál es la opción que da mayor fuerza a la relación de pareja. En la ecuación entra el equilibrio en el intercambio, donde ambos sienten que en algún momento la balanza se inclina a su favor.
Pareja no es igual a simbiosis
Cuando en la relación de pareja ambos hacen todo juntos, ya no son dos, ya no hay pareja. Uno deja de existir para fusionarse con el otro miembro. Así, uno existe mientras el otro desaparece. Poder mirar a ambos miembros de la relación es fundamental, y así poder juntos construir la vida en las actividades, en las decisiones diarias.
Si tiendes a tener una relación fusional, es altamente probable que tengas un tema importante que resolver en tu historia de vida, puesto que la fusión tiene que ver con una necesidad no satisfecha con alguna figura primaria de la infancia, o con una dinámica de relación familiar poco sana.
Final de la crisis, ser tú mismo
Cuando tienes que elegir entre tu pareja o tú, cualquiera de las dos posibilidades termina con la relación. Es un “nosotros” lo que constituye la esencia de la pareja. Como menciono anteriormente, ambas entidades individuales necesitan ser, para poder construir y aportar a la relación. Es por esto que la autenticidad y honestidad son fundamentales en la vida de pareja. Contribuyen y alimentan la relación. Cuando uno quiere ir al cine, y el otro a un viaje. Ambas experiencias nutren a la relación, y así la relación nutre a cada individuo.
También, pueden tener un espacio individual, para poder tener tema de conversación en el encuentro de la pareja compartiendo la vivencia y experiencia individual.
Amar a veces también es soltar
Cuando una relación no te permite existir, es importante terminar con la relación. El impulso natural es la sobrevivencia. Buscar que el yo persista. Tú eres con quien vivirás por el resto de la vida. Tú eres, al final, tu objetivo en la vida. Lograr tu misión, tu trascendencia.
El Amor
Cuando logras amarte, aceptarte, transformarte, puedes entonces amar a otro. Amarlo, aceptarlo, y darle sus espacios, respetar sus ritmos para transformarse; no para conveniencia propia, sino de acuerdo con el crecimiento y necesidad de su propio ser. Ese, es el amor más grande, y la gran invitación del amor en la pareja. Amar el propio espíritu, y aprender del amor en amar al otro.