Cómo obtener fuerzas para levantarnos después del fracaso
¿Qué es lo primero que viene a nuestra mente cuando escuchamos la palabra fracaso? Si te sientes fracasado en algún aspecto de tu vida, ten ánimo. Aquí te comparto algunos consejos para lidiar con el fracaso.
Janint Young
¿Qué es lo primero que viene a nuestra mente cuando escuchamos la palabra: “fracaso”? Tal vez la imagen de una persona con los hombros caídos, la mirada triste, que camina arrastrando los pies. Las primeras dos acepciones del Diccionario de la Real Academia Española, lo definen así:
1. Malogro, resultado adverso de una empresa o negocio.
2. Suceso lastimoso, inopinado y funesto.
(Real Academia Española ©)
¿Cuántas veces hemos escuchado del fracaso en la escuela, en el trabajo, en el matrimonio, en un equipo deportivo, en la economía de un país o en el hogar como padres de familia? Sin embargo, en esta ocasión me quiero enfocar en lo positivo de un fracaso. He aquí cinco puntos a considerar para obtener esas fuerzas y levantarnos después de una caída.
Contemple al fracaso, como una oportunidad de volver a empezar
Piense en un bebé aprendiendo a caminar. Le tiemblan las piernitas, quiere mantener el equilibrio, se apoya en muebles y luego se deja ir solo a dar los primeros pasos. Pero entonces se cae. ¿Es por eso un fracasado? ¡No! Porque en verdad desea caminar, practica continuamente y por cada caída, se levanta una vez más. Ahora, piense en su familia. ¿Alguna vez ha perdido el control con sus hijos, o siente que no es una madre o padre suficientemente bueno? ¿O se siente culpable porque no sabe cómo comunicar lo que quiere a sus hijos o a su cónyuge? Todos en algún momento sentimos que estamos fracasando como padres de familia, cuando no vemos los resultados inmediatos ni los cambios que queremos con nuestros hijos. Pero no todo está perdido: siempre tenemos la oportunidad de volver a empezar. No somos perfectos, pero cuando reconocemos y aceptamos que debemos cambiar, modificar y mejorar nuestras relaciones, entonces estamos dispuestos a darnos otra oportunidad.
Vea el fracaso como una fuente de experiencia en su vida
Los equipos deportivos, ya sea amateurs o profesionales, tienen un entrenador. Luego de perder un partido, no se sientan a llorar, dicen que no van a ir al siguiente entrenamiento y renuncian a sus sueños de querer ganar el siguiente partido. Se reúnen como equipo, ven en qué se equivocaron, cuáles fueron sus puntos débiles, analizan qué tácticas no funcionaron y empiezan a crear nuevas estrategias para aplicarlas en el próximo partido. Lo mismo aplica a nosotros. En nuestro caso, es válido sentarse y llorar si es necesario y pensar en lo que no se logró, pero después debe venir el tiempo de crear un plan de acción.
Busque ayuda
Dependiendo del tipo de fracaso que se está enfrentando y la magnitud del problema, tal vez sea necesario buscar ayuda emocional, espiritual e incluso física. Algunas personas recurren a la meditación, las amistades, la familia. Hay quien lee literatura relacionada al tema en el que se quiere mejorar. Otros deciden ir a terapias. Unos pocos más buscan ayuda en su religión respectiva: Ese alimento espiritual es fundamental para renovar la fe y la esperanza de que mañana será un mejor día.
Tenga el deseo de realmente cambiar
Sirve de muy poco el ir a terapias o leer literatura acerca de aquello en lo que deseamos tener éxito, si no tenemos ese deseo ferviente de lograr un cambio en nuestras vidas. Si uno tiene el verdadero deseo de cambiar, uno encuentra la manera de hacerlo.
No se dé por vencido y siga intentando
Lo que siempre hay que recordar es que la constancia hará una diferencia en cualquier tipo de actividad que estemos realizando. Todos tenemos fracasos todos los días. Algunos más grandes que otros, cada etapa tiene sus retos. Lo importante es levantarnos una y otra vez. Esta cita la escuché recientemente y me gustó: “A nadie le gusta fracasar. En particular, no nos gusta cuando los demás, especialmente aquellos que amamos, nos ven fracasar. Todos queremos que nos respeten y aprecien; queremos ser campeones. Pero los mortales no llegamos a ser campeones sin esfuerzo y disciplina, o sin cometer errores”. (Dieter F. Uchtdorf. Ex-Vicepresidente y piloto en jefe de la aerolínea Lufthansa).
Efectivamente, todo en esta vida requiere de esfuerzo, trabajo y disciplina, nada de verdadero valor llega gratis o de manera fácil a nuestras vidas. Cuando es así, por lo general no lo valoramos lo suficiente. Hay que tener ese valor de intentar aquello que deseamos una y otra vez, a pesar de los fracasos en la vida. Lo contrario del fracaso es el éxito. Está en nosotros el buscarlo y encontrarlo.