Consejos para establecer una buena relación con la familia de tu pareja
Llevar una buena relación con la familia política no debe ser tan complejo si desde el principio llegamos a acuerdos con nuestra pareja, basados siempre en el respeto. Con todo, aquí te presento algunos consejos que seguramente te ser....
Josseline Flores
Cuando tomamos la decisión de casarnos, usualmente consideramos a profundidad muchos aspectos, que van desde el vecindario en el que vamos a vivir, la distribución de los gastos, cuándo y cuántos hijos tener, por mencionar algunos. Sin embargo, también es importante definir desde el principio cómo vamos a integrar la convivencia familiar en nuestra relación de pareja.
Es bien sabido que cuando elegimos estar con alguien también estamos integrando a sus padres y hermanos a nuestro círculo familiar. A menos que vivan en otro país, es inevitable la convivencia con la familia política, así que si estás por casarte, es un buen momento para platicarlo. Y de igual manera, si actualmente tienes fricciones con tu pareja por algún roce familiar, te invito a poner en práctica estos consejos que seguramente te ayudarán en este aspecto.
Establece principios básicos
Mi prima Marla me cuenta que desde los primeros días de casada estableció de común acuerdo con Álvaro, su esposo, que pasarían un fin de semana con sus padres, el siguiente con sus suegros y el subsecuente lo dedicarían exclusivamente para ellos dos. Puede sonar exagerado establecer reglas tan tajantes de convivencia, sin embargo a la larga permite balancear las interacciones con la familia de ambos. No pretendo que se convierta en una práctica imperativa y monótona: es solo una opción para que tus parientes aprecien el hecho de que ustedes saben darles el tiempo y la importancia a todos.
Piensa que lo nuevo no tiene por qué ser malo
Nacemos en un entorno, nos sentimos identificados y seguros con las costumbres, las normas y las permisiones del mismo, resulta lógico porque allí crecimos y nos desarrollamos. Más tarde nos encontramos frente a un ambiente diferente y es ahí donde en la mayoría de los casos no sabemos cómo actuar. En este aspecto, la clave es el respeto, ya que de manera inevitable vamos a enfrentarnos a un nuevo estilo familiar, frente a esta situación opta por rescatar los aspectos positivos, sin perder tu esencia y evita lo que no te haga sentir cómodo.
Decidan tomar distancia con la familia extendida
Mi esposo y yo establecimos mucho antes de casarnos que no viviríamos con ninguno de nuestros respectivos padres, con la finalidad de evitar los conflictos que surgen al convivir de manera cotidiana con los nuevos familiares. Por motivos económicos, muchas parejas inician su vida juntos alojados en casa de los suegros, si este es tu caso, te recomiendo esforzarte para que lo más pronto posible puedan independizarse. El vivir en tu propio espacio, por pequeño o austero que parezca, va a mantener inmune un aspecto primordial para tu relación de pareja: la privacidad.
Piensa que “alguien tiene que ceder”
Es típico enfrentarse a la comparación de los guisos, la forma de planchar y hasta la de trapear. Cuando recién me casé, mi suegra no me permitía ayudarle a lavar los platos, argumentaba que íbamos de visita y no le parecía correcto; más tarde me enteré de que en realidad no confiaba en que yo lo hiciera de la manera en que a ella le gustaba. Entonces decidí preguntarle si le añadía cloro al agua o si los remojaba previamente, con la finalidad de hacerlo a su estilo. Así fue como por una situación tan sencilla comenzamos a entablar una relación basada en la opinión, gustos y preferencias de ambas y evitamos entablar una rivalidad por demostrar quién es la mejor o la experta.
Sé discreta
La mayoría de los hombres afirman que las mujeres somos las mejores comunicadoras, pero yo difiero en esto porque sinceramente conozco a más de tres que lloran en el hombro de su mamá cada vez que tienen un altercado con su mujer, siendo uno de los errores más comunes que ambos cometemos. Si no quieres que tus parientes políticos interfieran en tu relación, entonces evita involucrarlos. Recuerda que en la mayoría de las ocasiones, estos roces se solucionan de manera favorable entre la pareja y los que terminan guardando rencillas son nuestros padres, hermanos, tíos, primos y hasta la abuelita, porque ellos nunca se enteraron que la pareja ya se reconcilió. Así que la clave es ser discretos en todos los aspectos de nuestra relación.
El carácter y la personalidad de cada individuo pueden solucionar o complicar las relaciones interpersonales. Suena sencillo el intentar conocer, tolerar, amar, convivir, compartir, etc., sin embargo, a la hora de ponerlo en práctica no siempre resulta tan melodioso.
Quiero animarte a limar asperezas. Los resentimientos solo perjudican nuestra alma y cuerpo. Y si estás por conocer a los padres y hermanos de tu pareja no olvides que lo más importante radica en el respeto. ¡Vale la pena intentar sentirse parte de una nueva familia!