Cuando aprendí a escuchar a mi niño interior, él me llevó de regreso al amor
Reconcíliate contigo mismo y sana las heridas del pasado, con solo hablar con tu niño interior.
Adriana Acosta Bujan
“Cómo sanar las heridas emocionales del pasado para ser felices”, el tema me pareció bastante interesante y muy adecuado para adaptarlo en los momentos que estaba viviendo. Así que no perdí tiempo y entré a la sección en vivo por medio de las redes sociales. Comencé a escuchar su maravillosa plática y tuve la oportunidad de experimentar algo que nunca había sentido.
“Vamos a realizar un pequeño ejercicio para encontrarnos con nuestro niño interior, cierren los ojos y pongan su mente en blanco”, dijo Enrique Delgadillo. En instantes, cerré mis ojos y visualicé en mi mente un cubo blanco enorme para no distraerme; luego escuche sus instrucciones: “Ahora imaginen una figura (la que quieran), debe ser oscura de preferencia color negro, en esa figura están sus miedos, temores, tristezas, dolores, frustraciones, amargura entre otras cosas”.
Transcurrieron unos minutos y continuó diciendo: “A esa figura le pondrán una forma humana, debe ser tú mismo cuando eras una niña o niño (la edad puede variar), puede ser cuando tenían siete u ocho años“. En esos momentos, fue difícil encontrar en mi mente esa imagen, me sentía como en las películas retrocediendo en el tiempo para encontrar la información precisa.
Venían imágenes de cuando era muy pequeña y luego de adolescente. Incluso, logré recordar pequeñas experiencias que duraban solo segundos, hasta que por fin se detuvo en mi mente una imagen fija; era cuando tenía 5 años.
Continuó explicando: “Ahora será tiempo de hablar con él o ella, pregúntale cómo se siente, dónde estuvo todo este tiempo, por qué está triste. Dile todo lo que sientes, tu dolor, tus miedos y agobio; después perdónate y pídele perdón por haberla abandonado, dale un fuerte abrazo”.
“También dile que no vas a dejarla nuevamente, que la vas a cuidar y proteger, que vas a luchar por conseguir esos sueños que tenía, dile que te sientes feliz de volverla a encontrar y que la amarás por siempre. Ahora despídete y abre los ojos”.
Puedo confesar que sentí mis lágrimas recorrer mis mejillas al momento de platicar con mi niña interior, mi alma se estremeció, y al final del ejercicio me sentía renovada, feliz, como si mi vida se hubiera transformado mágicamente.
La magia que vive en ti
Lo creas o no, tu niño interior aún habita en ti, él se conecta con todos tus recuerdos infantiles, es un niño travieso, juguetón, espontáneo, alegre y que no tiene miedo a nada; no le preocupa el futuro puesto que disfruta intensamente vivir su presente. Tu niño interior se ha mantenido oculto porque lo has dejado de pensar, de cuidar y de amar; pero ahora está ansioso por recuperarte.
Él te pide que lo ames, lo cuides y que tengas la fortaleza para conquistar sus sueños, también te dice que no tienes que darle tanta importancia a las cosas o problemas porque tienes la oportunidad de quitarte esa tristeza que cargas sobre tus hombros para vivir en libertad y armonía. Te grita que eres invencible, capaz, inteligente, valiente y perseverante.
Cómo recuperar a tu niño interior
Es importante hablar con nuestro niño interior para reparar y sanar las heridas de nuestro pasado; todos esos sentimientos negativos que siguen obstaculizando tus metas, ese dolor que llevas en el corazón y esos miedos acumulados podrán ser sanados cuando aprendas a hablar con ese niño que vive en ti; ya que él representa tu alma y esencia.
1 Visualízalo
Tal vez a ti no te cueste trabajo visualizar a tu niño interior como fue en mi caso, con solo cerrar los ojos y poner en tu mente una imagen de ti mismo cuando eras pequeño, es suficiente. Si te cuesta trabajo será conveniente elegir una fotografía de tu niñez para que puedas tener una clara visión de cómo eras.
Puedes retroceder el tiempo para volver a sentir esas experiencias de tu infancia que te provocaron dolor, esas que te dejaron heridas, o puedes pensar en ese niño que abrió su regalo de navidad tan esperado.
2 Escúchalo
Cuando logres tenerlo frente a ti, será un momento íntimo el cual podrás dejar fluir tus sentimientos y emociones (sin límites), ya que solo tú y él estarán presentes. Habla de todo lo que te ha pasado, de las cosas que te dan miedo realizar, de tus proyectos, de tu familia, de todo lo que te aflige y te hace sentir no tener ganas de seguir adelante; si es el caso, dile que has perdido el camino.
Después, permítele hablar, qué tiene que decirte, cuáles son sus fortalezas que lo hacen ser feliz, por qué no tuvo miedo y se dedicó a vivir el presente, qué es lo que más le gusta hacer, qué sueños se han mantenido pausados, entre otras cosas.
3 Perdónate
Pídete perdón a ti mismo por permitirte seguir sufriendo, llorando y por no encontrar la paz en tu corazón. También, pídele perdón a tu niño interior por haberlo olvidado y no darle el amor que se merece, el cuidado y la debida atención.
Será un momento de reflexión y conexión mágica, que hará sanar tus heridas y provocará sentirte en paz y en armonía contigo mismo. Tomate el tiempo que sea necesario, ya que estarás a punto de tocar de manera espiritual el fondo de tu alma, donde se encuentra el amor y la esencia que habita en ti.
4 Actúa
Pon en marcha tus sueños, ideales, metas y objetivos ¡Ahora nada te detendrá para ser feliz!, has recuperado esa fuerza que necesitabas para luchar contra todo lo que se interponga en tu camino; hoy serás valiente y tendrás en mente que tu felicidad está en tus manos, en tus decisiones y en tu amor propio.
Es momento de consentirte, de pensar en ti y de hacer cosas que creías nunca lograr, todo lo que necesitas es confianza, seguridad y aprender a disfrutar el presente. Aprende a valorar lo que tienes y a darle un significado especial a toda experiencia.
¡Dale amor, mucho amor! Ese niño que habita en ti lo merece todo, ya que solo cuenta contigo para ser feliz. No lo abandones y asegúrate de hablar con él día y noche, para que mantengas esa alegría en tu ser. Recuerda: nunca es demasiado tarde para reencontrarte con tu niño interior.