Cuando eduques a tus hijos, no amenaces, pero muestra las consecuencias de sus actos
Los castigos y gritos para corregir a un niño ya no se manejan, mejor enséñale que sus acciones tienen consecuencias.
Si los seres humanos aprendiéramos desde pequeños que toda acción tiene una consecuencia, creo que la vida adulta sería más amable.
La realidad es que vivimos en un estado automático, sin caer en cuenta de que todo lo que vivimos es resultado de nuestras acciones. Pese a eso, la situación puede cambiar tanto si se trata de un niño como de un adulto.
Consecuencias: mejor que amenazas
Que los niños aprendan a través de consecuencias en lugar de castigos o amenazas es mucho mejor. La razón es que el aprendizaje no estará sujeto a sembrar temor, sino en que si hace algo, esto traerá una consecuencia.
Nada hay de bueno en enseñar a un niño a temer a su padre o madre cuando no hace lo que se espera de él o ella.
Como padres podrán perder el control cuando los hijos no obedecen, pero si un padre se deja gobernar por esas emociones, lo que causará es que su hijo le tema, no que lo respete.
¿Cómo enseñar a través de las consecuencia?
Es más sencillo de lo que parece.
Supón que le dices a tu hijo: ” No saltes ese muro porque te puedes caer”. Puede parecer un poco negligente y seguro estarás pensando con tu instinto materno: “¿Cómo voy a permitir que mi hijo se meta solo en la boca del lobo?”.
La situación es que en algún momento vas a tener que permitir que tus hijos tomen sus propias decisiones. Entre más pronto aprenda a elegir sabiamente, será mejor.
Tú le estás dando la opción entre escucharte o no; ya irá por cuenta del niño si obedece o no. Pueden ocurrir dos cosas: que se caiga o salga ileso. Cualquiera sea el caso, aprenderá una lección. Lo interesante es que no siempre las cosas van a salir para el niño como creía que iban a pasar.
En el caso de que las cosas no salgan bien para el niño, podrás hablar sobre las consecuencias de no obedecer.
Los niños deberán aprender que sus padres les hablan acerca de los riesgos de determinada situación, no por capricho o deseos de dominarlos, sino porque saben más de la vida.
En el supuesto caso de que salte el muro y salgan ilesos, los padres le podrán hablar de los beneficios de asumir riesgos, pero que de igual manera deberán ser cuidadosos para no salir mal.
Establece consecuencias para tus hijos en caso de que no obedezcan
Ahora bien, tampoco se trata de que tus hijos anden por la vida haciendo su propia voluntad. Está bien que aprendan a decidir algunas cosas por sí mismos, pero siempre deben tener la guía de los padres.
Por lo anterior, una forma efectiva de corregir su comportamiento es que les adviertas que si incumplen las reglas, habrán consecuencias.
Por ejemplo: si no van a dormir temprano, la consecuencia será despertarse 15 minutos más temprano. Así, dependiendo de la gravedad de la falta que cometan, la consecuencia irá en escalada.
Establecer consecuencias a sus actos de desobediencia evitará que te enojes. Además, le enseñarás que lo que sea que le suceda será solo su responsabilidad.
Si lo miras detenidamente, la anterior es una forma sabia y sin reprimendas de enseñarles a elegir conscientemente. Esto es realmente importante en el mundo de hoy.
Las consecuencias deben estar relacionadas a la falta
Este es un punto importante. Establecer consecuencias no es lo mismo que la implementación de castigos que muchas veces algunas personas recomiendan.
El establecimiento de consecuencias debe estar acorde a la falta que el niño cometió. Como ves en el ejemplo de arriba, como el niño no se acostó temprano, deberá levantarse temprano 15 minutos. Con esto, aprenderá a cumplir con sus responsabilidades.
Las consecuencias deben estar relacionadas con la falta. No es lógico dejar a un niño sin un juguete por no comerse todas las verduras, por ejemplo. La consecuencia lógica a negarse a comer verduras podría ser quitarle el postre o aumentar la ración de las mismas. Como ves, la consecuencia es acorde a la falta.
El niño irá comprendiendo que sus actos tienen un efecto, positivo o negativo. Dependerá de sus acciones. Las acciones positivas del niño también pueden ser “premiadas” con consecuencias coherentes a sus actos.
Este método de crianza y corrección es sumamente positivo y efectivo. Si de adultos aprendemos que toda acción tiene un efecto, sin dudas un niño también aprenderá la lección.
