Cuando la adicción entra en tu alcoba
La adicción sexual es una enfermedad que puede afectar tanto a hombres como a mujeres. Detecta los síntomas y aprende cómo enfrentarla.
Diana Brante Morales
Por Diana Brante
La adicción es una enfermedad física y emocional. Cuando la llevamos al plano de la sexualidad, implica no solo hallar placer, sino dependencia hacia todo tipo de estimulación que produzca la satisfacción sexual del involucrado. Muchas familias sufren en silencio cuando alguno de sus miembros padece este tipo de enfermedad. Estadísticamente, se observa más en el género masculino que en el femenino, tanto en jóvenes como en adultos, sin importar su nivel educativo ni su estrato socioeconómico.
Es común que en nuestra sociedad se enseñe a los niños varones que “es normal” tener relaciones íntimas frecuentes y que, mientras más parejas sexuales tengan, serán más “expertos” en el tema. A las niñas se les educa en forma opuesta: si una adolescente lleva una vida sexual activa, suele ser estigmatizada.
Un mal de nuestro tiempo
No hace falta llegar a la adultez para darnos cuenta que el sexo está presente en nuestra vida más de lo que pensábamos. La publicidad dispara sensualidad por doquier, mostrándola como una herramienta para conseguir lo que deseamos. Es por ello que, en la actualidad, este tipo de adicción está ganando terreno en la sociedad, sobre todo en el grupo con mayores tasas de estrés y ansiedad, producto de la vida cotidiana.
La adicción sexual muchas veces puede manifestarse a través de conductas como la masturbación compulsiva, mantener relaciones sexuales con distintas parejas, encuentros íntimos con desconocidos, uso de pornografía, prostitución o líneas eróticas en busca de autosatisfacción. Además de dañar las relaciones de pareja, laborales y familiares, esta enfermedad perjudica la calidad de vida de quien la padece, al arriesgarse a contraer infecciones, enfermedades o embarazos no deseados. Entre los daños que este padecimiento deja, también pueden encontrarse despidos, despilfarro y toma de decisiones irresponsables.
No esperes a tocar fondo
El libro S=EX2 La ciencia del sexo, del autor español Pere Estupinyà, nos muestra el caso de Joe, quien comenzó a atender este problema luego de haber tocado fondo. El autor indica que no es necesario llegar a ese punto para enfrentar el hecho de que algo no está funcionando como debería. Tratar este tipo de adicción es posible, no mediante fármacos, sino por medio de terapia.
Por lo general, ésta se centra en volver a educar al paciente para mantener una sexualidad sana y satisfactoria, con el fin de no volver a caer en las costumbres que lo han llevado previamente a la adicción. Para poder tratar el problema, el afectado debe ser capaz de reconocerlo, asumirlo y estar dispuesto a cambiar sus hábitos, con la finalidad de no recaer cada vez que se presente una situación que genere estrés o ansiedad.
El adicto sexual, luego de satisfacer su deseo, se siente culpable y vacío. Lo único que ha conseguido es liberar la tensión del momento, generando un sentimiento de placer temporal que desaparece cuando se enfrenta a la ira, la frustración o la impotencia. Esto le lleva a un círculo vicioso del cual es muy difícil salir sin ayuda tanto de expertos como del amoroso apoyo de la familia.
Recuerda que la adicción es una enfermedad que no sólo afecta a quien la padece, sino también sus relaciones con el entorno, en especial con la familia directa. Por ejemplo, es muy difícil que una relación de pareja pueda continuar luego de una traición amorosa. Por lo tanto, es importante mantenerse alerta a los síntomas y, si identificas algunos en ti o en tu pareja, no esperes a tocar fondo antes de buscar ayuda.
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NOTA: El punto de vista del autor no necesariamente representa la opinión editorial.