Cuida que no entre en tu vida un asesino silencioso
Hipertensión arterial: consideró necesario conocer a su enemigo, así que se dio a la tarea de buscar respuesta a sus dudas.
Myrna del Carmen Flores
Al entrar en el restaurante de comida rápida, Martha se sintió observada, por lo que examinó a cada uno de los comensales, pero ninguno parecía prestarle atención. Sin embargo, la sensación de ser acechada no la abandonaba desde unos días atrás. Decidió olvidar por un momento aquello y se dispuso a pedir la hamburguesa que lucía deliciosa en el menú, aunque los tacos no se veían nada despreciables.
Más tarde, al llegar a su casa, recibió la llamada de su amiga Teresa: había quedado con ella que ese día sería el primero para comenzar su entrenamiento en el gimnasio. Pero Martha respondió con el primer pretexto que vino a su mente: “Estoy cansada, tal vez el próximo lunes”; lo había dicho muchas veces, pero el próximo sí sería verdad. Giró su cabeza al intuir una mirada, y se sintió tonta, porque después de todo, la casa estaba vacía.
Se dispuso entonces a tomar una siesta, siempre le robaba horas al sueño para poder otorgárselas al trabajo. Dormía hasta muy tarde y se levantaba de madrugada. Se recostó en la cama, pero no pudo dormir, un mensaje en el teléfono celular la dejó alterada: “Un asesino silencioso te acecha y créeme, casi te tiene en sus manos”. El mensaje era claro. Buscó el contacto que lo había enviado y leyó en voz alta: hipertensión arterial.
Consideró necesario conocer a su enemigo, así que se dio a la tarea de buscar respuesta a sus dudas:
¿Qué es la hipertensión arterial?
La tensión arterial es la presión que ejerce la sangre al circular por los vasos sanguíneos. La presión sistólica es cuando el corazón late bombeando sangre a las arterias, y la presión diastólica cuando el corazón está en reposo entre latido y latido. Una presión arterial sistólica normal tendría una medición de 120 mientras que la diastólica normal, sería de 80. Cuando la presión arterial llega a un nivel mayor a 140/90 persistentemente durante más de diez días, es probable que exista hipertensión arterial.
¿Por qué se le considera un asesino silencioso?
El problema principal de esta enfermedad es su silencio. La mayoría de las personas ni siquiera saben que la padecen, porque suele ser asintomática. Cuando a una persona se le diagnostica, lo más probable es que la haya padecido ya durante largo tiempo sin saberlo, con las consiguientes severas consecuencias como derrames cerebrales, insuficiencia cardiaca, infarto, problemas con la visión e insuficiencia renal.
¿Cómo prevenirla?
Por supuesto que las causas de su aparición son diversas: factores genéticos, hormonales o de otra índole; sin embargo, la prevención puede ser la diferencia entre padecerla, controlarla o permitirle que nos asesine de una manera sigilosa.
Los pasos a seguir para su prevención son similares a los que nos aconsejan para prevenir enfermedades como diabetes, artritis o incluso el cáncer, y por supuesto para adelgazar. Seguirlos implica estar sano y de paso bajar esos kilos que están de más:
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La alimentación es básica. Consumir verduras, frutas y mucha fibra; por otra parte, disminuir el consumo de carne roja, y sobre todo el uso excesivo de sal.
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Tener una rutina de ejercicios. Una caminata de 30 minutos es excelente. No se necesita más.
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Dejar de fumar.
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Reducir el consumo de alcohol.
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Un buen manejo del estrés, meditación, ayuda psicológica, etcétera.
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Verificar, por lo menos una vez al año, que los niveles de presión sanguínea estén normales. (En la actualidad, incluso los jóvenes, deberían hacerlo, pues es una enfermedad que cada vez se presenta en edades más tempranas a causa de la obesidad, el sedentarismo y la mala alimentación).
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A veces el ajetreo de la vida, o el trabajo mismo, no nos permiten llevar a la práctica estos sencillos pasos. Pero, ¿no vale más nuestra salud que cualquier otra cosa? Teniendo salud podemos realizar todo lo demás. Con estas medidas podemos vivir una vida plena sin el sobresalto de un asesino silencioso acechándonos.