Cuida que tu relación amorosa no se vuelva un caso de vampirismo

La sociedad actual promueve una doble vida, un rechazo a la fe y usar al otro, elementos claves para ser un vampiro actual. Al vampirismo hay que combatirlo con más que ajo, agua bendita y una estaca en el pecho.

Marta Martínez Aguirre

Yo crecí con Barnabás Collins (Jonathan Frid) en mi sillón aterciopelado. Teníamos en aquel entonces un solo televisor en la sala. Tal vez ni tengas idea, pero te cuento: era uno muy grande al que había que pegarle para que “sintonizara” la señal. Creo que nos turnábamos para ver quién tenía el honor de girarle la perilla y cambiar los canales. Sinceramente no sé cómo, o con base en qué criterio, yo miraba la serie televisiva “Sombras tenebrosas”, siendo muy pequeña. El terror para mí pasó así a estar en otros lados, tal vez un poco más politizado, al crecer en un país en plena dictadura.

¿Cómo saber si tu relacióna amorosa se ha vuelto un caso de vampirismo?

Hace unos años el actor Johnny Depp, quien también confesó ser un fanático de esta misma serie de culto, la llevó al cine como un homenaje. Han pasado los años, y han quedado atrás la capa negra, el ataúd, la estaca de madera y los dientes de ajo. De cualquier modo puede ser que tengas un vampiro en casa o tú misma lo seas, dado que esta sociedad promueve cada día muchas características vampíricas. Veamos algunas:

  1. Usar al otro para lograr ciertos fines u objetivos. Ver al otro como un medio para alcanzar mis objetivos no solo es de índole inmoral, sino que da cuenta de un corazón vacío. El amor real no vive del otro, es un verbo que se conjuga en actos de entrega. Es un amor que yo llamo “Lazarillo”, porque guía al otro a que me ame tal como necesito, sin manipulaciones. No es lo mismo decirle a tu pareja: “Ámame como yo quiero” a guiarle en el camino: “Siento que me amas cuando me escuchas”. Cuando el amor es guiado mutuamente se logra un amor construido en el diálogo, la paciencia y la presencia.

  2. Rechazar la fe. Este rechazo es parte del discurso social actual que promueve una ausencia de vida espiritual. Entre ofertas, promociones y descuentos, no hay lugar para que tu vida trascienda a través de una dimensión espiritual. No se trata de tener una “religión”, sino de encontrar una forma de alimentar tu espíritu. No confundas religión con espiritualidad, porque puedes ser muy religiosa pero tener tu alma atrapada en leyes y decretos, que no avivan tu llama interior, al contrario. Contemplar una ola romperse en la orilla, mirar los brotes nuevos, sostener una mano cansada, compartir un plato de comida, pueden transformarse en experiencias espirituales profundas. Cuando reconoces que eres mucho más que un organismo biológico empiezas a darle lugar a esa chispa que te da vida.

  3. Llevar una doble vida. Aparentar tener un matrimonio ejemplar, mientras detrás de la puerta la violencia estalla en segundos, o jugar a las escondidas con un amor extramarital, son solo ejemplos de vivir una doble vida. Vivir así es comprar todas las entradas al espectáculo de la falsa realidad en simultáneo. Pero también puedes tener una doble vida cuando escondes las facturas porque has gastado en exceso, o tienes un vínculo asiduo con alguien que tu pareja rechaza. Desde que han aumentado los teléfonos celulares con la posibilidad de tener dos compañías al mismo tiempo, ha crecido el número de infidelidades de este tipo. Una doble existencia te priva de vivir de forma auténtica y tu vida se vuelve un infierno; por favor, cesa ya de vivir así, medita y no te escondas en las sombras.

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Cuando estas actitudes vampíricas se instalan en el inconsciente colectivo, dan lugar a increíbles pérdidas humanas: el otro pasa a no valer nada y tu propio ser se descompone. Vidas devastadas, autoestimas destrozadas, vínculos desgajados, son apenas algunas consecuencias de su existencia.

Al vampirismo actual hay que combatirlo con algo más que ajo, agua bendita y una estaca en el pecho. Creo que las palabras del profeta Jeremías podrían darte una pauta al respecto: “Párense en los caminos y miren, pregunten por los senderos antiguos, dónde está el mejor camino; síganlo y encontrarán descanso” (Jeremías 6:16). Quizás es tiempo de abrir las ventanas y dejar que entre la luz del cambio urgente, pues una vida con aspectos vampíricos solo puede dejarte a oscuras.

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Marta Martínez Aguirre

Marta Martínez es de Uruguay. Posee una licenciatura en Psicología, y un posgrado en Logoterapia. Ama todo lo que hace y adora servir. Es especialista en atención psicológica domiciliaria. Contacto: