Cuida tu busto con estos secretos femeninos
¿Sabías que el descuido del busto en una mujer puede provocar serios problemas de salud e inclusive la muerte? Este artículo te ayudará a saber si tenes un problema en tu pecho y cómo solucionarlo.
Emma E. Sánchez
La figura curvilínea de una mujer siempre será un signo femenino por excelencia, siendo el busto uno de los atributos y temas de los que más se habla, ya sea por vanidad, belleza y controversia. Pero muy pocas veces -aunque cada día más, afortunadamente- se habla del busto para su cuidado y salud, cosas que por cierto pueden ir de la mano.
Cosas en las que debes de poner tu atención y tu acción
Quistes, bolita y tumores
Si hay algo que debes revisar con mucha frecuencia o por lo menos cada mes, durante y después de tu periodo menstrual, es la aparición de “bolitas” o inflamaciones en tus senos. Revisa tus senos detenidamente con tus manos y frente al espejo; explora cuidadosamente cada seno en busca de formaciones extrañas. Si identificas alguna formación que te provoque o no dolor, deberás asistir con tu médico general o ginecólogo, quien te ayudará a determinar si se trata de un cúmulo de grasa, de leche, un efecto hormonal o si definitivamente deberás hacerte una mamografía para descartar algún tumor cancerígeno.
No te alarmes ¡ponte en acción! Muchas de las inflamaciones y dolores en los senos tienen que ver con los cambios hormonales o, en otros casos, con la mastitis. Repito: si sospechas, ve al médico.
Secreciones, cambio de forma o tamaño
Revisar tus senos frente al espejo es justamente para que puedas ver con claridad si un seno está inflamado, hinchado, tienen un coloración diferente o, al revisarte, secreta algún líquido extraño. Tómate unos minutos para revisarte a conciencia y obsérvate con cuidado. Revisar tu piel también es fundamental. Hazlo con cuidado y verifica que tampoco estén apareciendo lunares o manchas, o que los que ya tengas no cambien de forma y color.
Por si tienes dudas, lee este artículo: Algunas eficaces maneras de prevenir el cáncer.
Los secretos femeninos
Flacidez
¡El terror de toda mujer! Conforme los años pasan, los cambios hormonales suceden y ganamos o perdemos peso, y nuestros senos son los que más recienten todos estos cambios. Aquí va el secreto: Consume colágeno, usa cremas con colágeno, usa un buen sostén que le dé soporte al pecho y por las mañanas, tres veces a la semana, ponte esta loción re afirmante hecha en casa:
En un litro de alcohol, coloca unas ramitas de romero, ruda, canela y dos pastillas de alcanfor. Deja reposar una semana la loción y luego aplícala en el busto y vientre, verás cambios en el primer mes de uso frecuente.
Ejercicio
No hay nada que discutir: debes hacer ejercicio. Bailar, correr, hacer zumba, box o karate, tú eliges. Esto ayudará a tu salud en general, pero sobretodo eliminará el excedente de grasa acumulada en los pechos que puede llegar a causarte dolor o degenerar en un problema mayor. Solo recuerda usar un brassier con muy buen soporte que te impida lastimar tu piel y senos.
Con cualquier deporte, tu piel y músculos se tonificarán. Ahora, el secreto: coloca las palmas de tus manos frente a tu pecho y presiona haciendo fuerza y buscando fortalecer los músculos pectorales. Al hacer presión, podrás ver que tus senos se moverán, pues los músculos están trabajando.
Estrías
Para evitarlas, usa cremas hidratantes o con colágeno, masajes suaves y la loción reafirmante secreta.
Cuidado durante la lactancia
Durante la lactancia, debes tener especial cuidado con tus senos. No olvides hidratar tu piel, especialmente los pezones, lavarlos con jabón neutro, secarlos muy bien y evitar la resequedad y estrías.
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Cuidado cuando se tienen implantes
Debes seguir los cuidados que el cirujano te dé, especialmente si los implantes son productos de una mastectomía. No olvides usar los sostenes con prótesis que el médico indica cuando se ha perdido un seno para evitar el desequilibrio en el pecho. Evita asolearte, cuida las suturas y procesos de cicatrización.
Para muchas mujeres, los senos son una de las partes más valiosas de su cuerpo, cuídalos pero, sobre todo, recuerda que no te definen ni son tu verdadera belleza. No lo olvides.