Darle una mensualidad a los hijos ¿sí o no?
¿Qué tan bueno es darle a los niños dinero para que lo administren de forma personal? ¿Cuándo deben comenzar? ¿Es algo positivo?
Danitza Covarrubias
Darles dinero a los hijos suele ser un hábito ya común. En algunos casos, razonablemente imprescindible. En otros, un hecho cuestionable.
¿Cuál es el motivo de darles dinero a los hijos?
En mucho de los casos, los padres dan dinero a los hijos por sus necesidades diarias y cotidianas. Tales pueden ser el desayuno o comida en la escuela. Puede ser el transporte hacia sus actividades diarias. Tal vez que ellos mismos administren ya necesidades tales como de vestir, higiene, diversión. La cantidad de dinero, y la frecuencia dependerá en mucho de la experiencia de vida de los padres, así como de su capacidad económica.
Cuando se les da desde la carencia
Muchos padres narran que cuando eran pequeños sus padres no les daban dinero, ya sea porque no tenían la capacidad, o porque no tenían la voluntad de compartir el dinero con ellos. Suelen decir que les dan dinero a los hijos porque no quieren que les falta nada como ellos vivieron carencias.
Otros padres ganan dinero en abundancia, y no tienen reparo en darles ilimitadamente a sus hijos, puesto que no tienen preocupación alguna al respecto.
En ambos casos, se les da a los hijos dinero desde la carencia personal. En la primera, de resolver su propia historia. En la segunda, de tiempo para atenderlos.
Hay otro tipo de padres, que lo hacen desde la culpa, especialmente cuando están siempre ausentes incluso por trabajar para poder sostenerlos. Piensan que con el dinero pueden compensar su ausencia, el tiempo de atención que necesitan.
No se está mirando por la necesidad de los hijos, sino que parten de una carencia personal. Y en ninguno de los casos darles dinero es la solución.
Los hijos necesitan mucho más que una cantidad de dinero mensual.
¿Cuál es el perjuicio que pueden recibir los hijos?
Cuando no se les da a los hijos dinero mirando sus necesidades, tampoco se les enseñará a ganarlo, administrarlo, valorarlo. Se pierden también de una hermosa experiencia que además es indispensable en la vida humana: la de esforzarse por ganarlo, y sentir ese maravilloso logro de alcanzar una meta económica.
Se pierden de ir forjando la voluntad para, a través de una actividad, poder generar dinero. Se pierden de agradecer lo que reciben. De poder comprender el esfuerzo tan grande que supone a sus padres darles lo que se les da. Son valores importantes.
¿Cuál es la enseñanza que se les puede dar a los hijos?
Al darles dinero a los hijos, es fundamental considerar varios factores. La edad, las necesidades personales, sus actividades. Y no solo se trata de darles una cantidad. También es importante enseñarles a administrarlo. Incluso a ganarlo, tal vez con actividades en favor del hogar, como lavar un auto, o las alfombras, pintar alguna pared de la casa, o hacer el jardín. Son actividades que simbólicamente pueden realizar los hijos para poder sentir que se esfuerzan para ganar dinero, y que inicien esta conciencia de poder generar con energía un fruto que gocen después.
Se les puede enseñar también, que el valor no está en el billete en sí, sino que este es un intermediario entre la energía que emana de dar, para poder tomar algo para sí. Para poder comprender el maravilloso misterio de la naturaleza, donde todo es perfectamente equilibrado, y todo lo que se toma, es importante darlo de regreso.
Estar atentos a sus necesidades
Ser padre y dar a los hijos una mensualidad debe implicar observar qué cantidad es pertinente. Poder tener un diálogo constante acerca del destino de sus gastos. Si lo que compraron lo necesitaban realmente; cómo pueden generar más dinero; qué anhelan comprar, aunque no lo necesiten y para qué, qué significa tener dinero y cómo manejarse prudentemente con este. Incluso, es conversar acerca de cuánto dinero les dan sus padres a sus amigos, y qué les sucede con esas diferencias, cómo las viven.
Ver qué necesitan es poder darles el tiempo para poder conversar de todo eso. Tiempo para convivir, para mirarse. A veces comprar, tener, se convierte en el terrible sustituto de la presencia de los padres.
Conclusión
Darles una mensualidad a los hijos es algo positivo, siempre y cuando vaya acompañado de un acompañamiento y guía de los padres.
Debe quedar en claro con qué objetivo se les da, y qué necesidades pretende cubrir. Y que haya espacio para que, para otros rubros, puedan tener una actividad específica para ganarlo.
Formando hacia valorar y agradecer lo que reciben, donde puedan comprender que es importante también dar, mirando las necesidades de los hijos, tanto de cubrir algunos gastos personales, pero sobre todo, de aprender cómo crecer en el tema de la economía. Enseñando a los hijos a priorizar.
Se torna inevitable tomar decisiones acorde a una realidad económica familiar, que nadie termine pagando un precio muy alto, como el de la salud, con tal de cubrir dichos gastos.
Enséñales a tus hijos acerca del valor positivo del dinero, uniéndose toda la familia en un aprendizaje de disfrutar la vida.