“De lo pequeño surge lo grande”: así de simple reconstruyes el amor propio
"Si quieres hacer grandes cambios, debes prestar atención a los pequeños detalles”. Rudolph Giuliani
Erika Patricia Otero
Todo en la vida se consigue poco a poco. Cuando somos bebés dependemos por entero de nuestros padres; sin embargo, a medida que crecemos, nos independizamos en muchos aspectos.
La vida sería más simple si todos comprendiéramos esto. El problema es que vivimos en un ambiente inmediatista, todo lo queremos rápido y con poco esfuerzo; cuando en realidad las grandes cosas se consiguen de a poco y lentamente.
La teoría de los pequeños logros y cómo influye en nuestra vida
Esta teoría dice que la vida siempre es mejor si aprendemos a simplificarla. De nuevo, el problema es que tenemos por costumbre “ahogarnos en un vaso con agua”. A las personas nos encanta complicar las cosas y a veces victimizarnos, cuando no hay necesidad de nada de esto.
Según esta teoría, los problemas más complicados pueden ser resueltos fácilmente si se desglosan en pequeñas partes.
Si ponemos un poco de sentido común, podremos encontrar que es completamente cierto lo que expone esta teoría. Ahora bien, si decidimos aplicarla a algo tan importante como nuestra autoestima, va a resultar bastante beneficioso.
Consideremos que un sola crítica dada por alguien puede destruir tu amor propio en cuestión de segundos. Obviamente no a todos les pasa, pero sí a quienes no tenemos un amor propio construido en bases fuertes. Pese a eso, resulta placentero para la autoestima ir acumulando pequeñas victorias diarias a las que se aferra para fortalecerse.
Lo anterior ocurre en todos los ámbitos donde hayan personas. Las personas nos aferramos a cada pequeño logro para avanzar, es natural y normal; si así no fuera, no tendríamos tantos avances tecnológicos año tras año.
Cómo mejorar la imagen que tenemos de nosotros con esta teoría
Como decía al inicio, todo lo grande se consigue poco a poco. Un niño nace y no se puede esperar que a los pocos días ya esté hablando, es absurdo. Bueno, con esa misma lógica, restaurar y fortalecer tu amor propio se da poco a poco.
Lo principal es colmarnos de paciencia y compasión para con nosotros mismos. La realidad tras estas peticiones es que solemos ser nuestros peores críticos. El amor propio no lo construimos solos. Lo cierto es que mucho de este surge gracias a la aprobación que recibimos del exterior.
Empieza con el apoyo y los buenos comentarios de nuestros padres, avanza hasta la edad escolar, con los profesores. Es acá donde empieza lo complicado; los profesores no van a tener la misma paciencia para fomentar en nosotros nuestra autoconfianza. Ellos necesitan rendir y educar a muchos niños y algunos harán su trabajo con esmero y afecto, pero no todos. Como sea, todos debemos aprender a lidiar con esto.
Cuando se es niño y adolescente es complicado soportar las críticas de todas las personas. A pesar de esto, es gracias a ellas que fortalecemos nuestra personalidad y carácter. Son justo estos dos aspectos los que conforman la cara que le damos al mundo.
A la par que nuestra personalidad y carácter se fortalecen, nuestro amor propio crece o decrece. Sí, en la infancia nuestros padres nos ayudan mucho; luego quedamos a expensas el mundo exterior, y este no es tan benevolente. Es acá donde dependemos por entero de nuestra fortaleza interna y de lo que hagamos por nosotros mismos para avanzar. Además, es natural que nuestra autoconfianza y amor propio se pongan a prueba cada día. Justo por esto se hace necesario alimentar nuestra autoestima con pequeños logros diarios y sentirnos felices por lograrlos.
Las dificultades diarias ayudan a fortalecer nuestra autoestima
Cada día trae su propio afán. No importa qué tan grande sea ese desafío que se nos pone al frente; es nuestro deber superarlo con altura. El punto importante es no agobiarnos por resolver todo de una vez y rápidamente; en su lugar, lo más sabio es desglosarlo y hallar una forma calmada de resolver cada pequeña parte.
Lo que se logra con esta acción, es manejar nuestra salud emocional. Se sabe que cuando se nos presentan problemas, nos angustiamos y no sabemos qué hacer. Bueno, cuando ese mismo problema los desglosamos, lo vemos más pequeño, por ende, más fácil de solucionar.
Esa sensación de victoria nos está diciendo que somos fuertes y capaces de lidiar con los desafíos diarios. Esto es alimento para el amor propio. De esta manera, poco a poco nos damos cuenta que somos capaces de lidiar con retos y objetivos más grandes.
Francamente, cuando nos hablan de subir nuestra autoestima, lo vemos como una de las situaciones más complicadas de la vida. Pese a esto, gracias a esta teoría, la meta se hace más fácil de lograr. La invitación que nos hace este planteamiento es a que seamos proactivos en nuestro propio beneficio; nada malo va a salir de esto.