“¿De qué sirve que un niño sepa colocar Neptuno en el Universo si no sabe dónde poner su rabia?”
Si quieres que tus hijos sean personas exitosas, no exijas solo buenas notas, mejor trabaja en sus emociones.
Adriana Acosta Bujan
Es gratificante que nuestros hijos obtengan buenas calificaciones, que estudien y se preparen cada día mejor para que en un futuro sean personas independientes y exitosas; incluso, todos sus esfuerzos deberían ser recompensados. Pero desafortunadamente, esto no garantiza que ellos hayan adquirido conocimientos y los sepan aplicar en la vida cotidiana.
Más que una buena calificación, lo más valioso es que los hijos aprendan a desarrollar su inteligencia emocional. Es la mejor herramienta de vida que podemos enseñarles, puesto que hará de ellos personas fuertes, resilientes y felices, lo cual permitirá por añadidura alcanzar sus metas con mayor facilidad.
La falta de inteligencia emocional provoca que los hijos crezcan con resentimientos, miedos, odios, complejos y creencias preestablecidas, que los hacen tener acciones negativas lastimando a los que están a su alrededor.
Por lo general. aquellos niños con inteligencia emocional poco desarrollada son niños problemáticos, mal educados y que están enojados la mayor parte del tiempo. Esto hará que tengan dificultades para socializar; y lo peor es que van perdiendo el interés y la motivación por aprender.
Criando hijos fuertes emocionalmente
Una investigación realizada por los expertos de Harvard, afirma que el reto de los padres o tutores de los hijos es hacer que ellos desarrollen empatía y compasión por los demás, esto se debe aprender desde la infancia, para que al crecer sean personas comprensivas, felices y tengan más éxito. Al tener mejores relaciones sociales, estarán listos para alcanzar las metas deseadas.
Por ello, es que debemos enfocar nuestra atención a fortalecer y enseñar la inteligencia emocional, más que exigir una buena nota escolar; ya que lo más relevante es hacer de nuestros hijos personas fuertes emocionalmente; puesto los beneficios que obtendrán serán muchos.
Como por ejemplo, tendrán mejor autoestima, mayor autocontrol, dominio de las emociones, hasta obtener madurez personal, puesto que reafirmarán su identidad y la capacidad de gestionar conflictos.
Así que te comparto algunos consejos para que comiences a trabajar con tus hijos.
1 Una variedad inmensa de emociones
Cuando te preguntan, ¿Cuáles son las de emociones?, puedes decir que son tristeza, alegría, enojo y miedo; estas son más comunes. Pero para ayudar a desarrollar la inteligencia emocional de nuestros hijos, debemos enseñarles que existen una gran variedad de emociones.
No será válido decir “me siento triste”, cuando realmente te sientes melancólico o decepcionado, o “me siento feliz”, cuando en la realidad te sientes satisfecho y agradecido.
Encontrar una razón por la cual actuamos de cierta manera, identificando nuestras emociones, provocará que sea más sencillo saber las causas y el origen. Ya que es importante entender cómo se sienten y porqué.
2 Preparándose para vencerlas
Tal vez puedas pensar que todas las emociones negativas son malas y que debes eliminarlas por completo para ser una persona exitosa. Sin embargo, estarás cometiendo un error, ya que reprimirlas provocará no obtener toda la información posible para enfrentar cualquier situación.
Por ello, enseña a tus hijos que sentir miedo, el enfado, la tristeza o decepción, no son sentimientos malos, al contrario, reconocerlos, hará que cuente con herramientas para defenderse y así aprender a resolver los conflictos internos.
Por ejemplo; si tu pequeño tiene miedo a la oscuridad, al reconocer sus emociones podrás encontrar el origen de su miedo y así trabajar en ello para que fortalezca su confianza y seguridad en el mismo.
3 Entendiendo a los demás
Muchas veces podemos juzgar a los demás sin conocer el origen de sus reacciones, qué hay detrás de esa emoción que te ha lastimado. Por ello, enseña a tus hijos a interrogarse ¿Qué emociones y pensamientos puede estar experimentando esa persona?.
De esa manera crearás más empatía y así se fortalecerán sus habilidades para relacionarse con los demás.
4 Amor y mucho amor
Los hijos aprenden con el ejemplo que reciben de los padres, ¿cómo un niño puede ser buena persona si no se siente amado y respetado? Para fortalecer su inteligencia emocional, debemos amar a los hijos, atenderlos, brindarles un ambiente familiar estable y seguro, mostrar afecto y respetar sus personalidades.
Cuando se sienten amados en automático serán personas más seguras, confiadas y aprenderán a amarse ellos mismos, fortaleciendo su autoestima.
5 Asegurarse que escuchen y entiendan los mensajes
Los padres somos muy dados a establecer límites y reglas a los hijos, para que ellos aprendan a comportarse y sean buenas personas; pero cuando les imponemos algo y les damos una orden, por lo regular no entenderán el mensaje correcto.
Si es hora de dormir, explícales las razones por las que deben cumplir con un horario, si es hora de hacer la tarea, explícales las consecuencias de no hacerla, entre otras cosas. La idea es dar mensajes claros, precisos y sin tanto rollo.
6 Resolviendo dificultades
Confía en las capacidades e inteligencia de tus hijos, nunca los subestimes aunque sean muy pequeños. Si les das la libertad de tomar decisiones, de opinar, de solucionar sus problemas, estarás trabajando en su inteligencia emocional.
Puedes guiarlos, orientarlos, pero nunca intervenir en solucionar sus conflictos; si crees que pueden estar en peligro, aplica el punto anterior y brinda el mensaje adecuado para que comprendan los porqués y las consecuencias de sus acciones.
7 Generadores de cambios positivos
Ayudar a los más necesitados y a cualquier persona que lo necesite, es gratificante. Motiva a tus hijos a ser generadores de cambios positivos y a fortalecer sus valores como la humildad, generosidad, respeto y honestidad.
8 Descubriendo nuevas fortalezas
Tus hijos seguramente han de tener muchas habilidades y destrezas, así que deberás fortalecerlas y ayúdalos a aplicarlas en su vida cotidiana; al hacerlo estarás formando personas con mayor autocontrol y más responsables.
También enfócate en trabajar esas debilidades para que nunca piensen que no son capaces para hacer tal cosa.
En conclusión, las calificaciones no son tan importantes como tener una buena inteligencia emocional. Pon en práctica estos consejos, para asegurarte que tus hijos sean exitosos y felices en su vida adulta.