Deja de preocuparte, lo que es para ti te encontrará
Todo toma su tiempo, pero ten por seguro que si es para ti, ello te encontrará. Te fe y disfruta el camino.
Emma E. Sánchez
Mi papá solía decir: “Si es para ti, aunque te quites, y si no es para ti, ¡aunque te pongas!” Y repetía la frase cada vez que alguno de nosotros llegábamos a casa frustrados o decepcionados porque algo no resultó como lo deseábamos.
Escuchar esta frase de parte él ya mayor, me llenaba de cierto consuelo y confianza de que lo que yo quería un día finalmente me llegase.
Ahora que ya soy mayor, he visto que las palabras de mi papá se cumplieron de diversas maneras aunque muchas veces no lo pude ver con claridad. Por eso me gustaría compartirte algunas de mis experiencias para que tú puedas tener confianza y ser paciente para recibir lo que ya es tuyo.
Quien hace lo que ama, nunca tendrá que preocuparse por trabajar
Muchos de nosotros, sobre todo en la juventud, nos preocupamos por el futuro, por lo que vendrá y deseamos de todo corazón en verdad cumplir nuestros sueños. Y desafortunadamente, con mucha frecuencia los vamos dejando en el camino, porque la necesidad aprieta, las críticas comienzan y una vocecita traicionera en nuestro interior nos dice que lo dejemos y que busquemos el dinero y el trabajo seguro. Entonces renunciamos y olvidamos nuestros hermosos sueños.
Haz lo que te gusta, dedícale tu tiempo ¡hazlo con pasión! ¡resiste! Que todo lo que sueñas llegará en su momento, solo es cuestión de tiempo, no desistas.
Si las cosas que valen la pena se hicieran fácilmente, ¡cualquiera lo haría!
Hay mucha gente talentosa por doquier pero ¡tan indisciplinada! Tan poco constante, que sabe que es bueno en algo y se confía y no llega a desarrollar su potencial y por consecuencia, nunca ve sus sueños cumplirse.
Y por otro lado, conozco gente común, sin mayores brillos pero con hambre de triunfar, que dedica alma y corazón a perfeccionar su arte, su talento, habilidad o trabajo que en unos años cualquiera pensaría que nació con un don.
Cualquiera de nosotros deja de ser “un cualquiera” cuando deseamos algo fervorosamente y luego trabajamos con amor y paciencia.
Si no llega es porque todavía no lo necesitas
Mi mamá siempre me decía esto cuando esperaba algún pago, un aumento de sueldo, una nueva posición en el trabajo e inclusive un esposo o hijos.
Me molestaba la frase porque desde mi poca paciencia e inmadura perspectiva, yo ya quería y necesitaba esas cosas, me sentía lista para recibirlas y seguir esforzándome más todavía, pero me sentía traicionada cuando más las oportunidades surgían y yo no era la afortunada en tenerlas.
Cuando miro en retrospectiva, veo que las cosas y personas llegan cuando deben de llegar y se quedan las que se den quedar.
Créeme, lo que te va a ayudar a crecer y ser feliz en esta vida te llegará, ten fe y cree que hay mucho bueno para ti esperando a que llegue su momento de salir a escena.
Dios siempre responde tus oraciones
Con un rotundo ¡Sí!
¡Te amo y aquí lo tienes! Te has esforzado, Dios te ayudará a continuar cuando los momentos difíciles vengan (porque vendrán), tu vida mejorará y harás muy feliz a todos los que te rodean. Continúa esforzándote porque aún hay más para ti, consérvate digna de obtenerlas. Sigue preparándote para recibirlas y sobre todo ¡disfruta! ¡disfruta mucho tu vida y lo que ya tienes.
Recuerda algo: esto es para tu bien
Nunca permitas desviarte de tu meta, la más grande bendición o fortuna pueden convertirse en piedra de tropiezo.
Tuve una gran amiga que me enseñó esta lección: hace más de 20 años, ambas éramos madres primerizas y nuestras hijas eran apenas bebés de meses. Nos conocimos porque nuestras casas estaban frente a frente y al no tener familia cerca o más amistades, pasábamos horas platicando sobre nuestros temores del parto, la crianza de los niños o de cómo hacer una nueva receta en nuestra flamante vida de recién casadas.
Nuestras hijas nacieron y nuestras vidas fueron de lo mejor.
Un día por la tarde, después que cada uno asistimos a nuestros respectivos servicios religiosos, ella me contó que su pastor les dijo que esa pequeña era una bendición y la muestra de la confianza que Dios tenía en ellos para criarla y darle un buen hogar.
Al final, este hombre les dijo: “ella es una bendición, que su hija nunca sea la razón para alejarse Dios”.
¿Cómo podría ser eso? Ninguna lo entendíamos. Ahora ya mayor lo entiendo: en nombre de los hijos, nuestro esposo o cualquier otra persona, podemos tomar tantas malas decisiones y permitir faltas, delitos y hasta pecados, si lo quieres ver así y alejarnos de Dios.
Sé firme en tus convicciones y que nunca nadie te retire de hacer lo correcto, lo bueno y lo santo.
Jamás he olvidado esa dura lección que mi amiga olvidó.
No, no es para ti
“Sé lo mucho que te has esforzado y cuánto lo quieres, pero no, esto no será para ti porque tengo algo todavía mejor para ti”.
Cuando tenemos una respuesta como esa, no hay modo de sentirse triste, solo agradecido, porque algo grandioso llegará.
Alguna vez le dije esto a una amiga que recién había cancelado su boda y terminado con su prometido. Ella lloraba y cuando escuchó lo que le dije, en un llanto ahogado me dijo: ¡pero yo lo quiero a él!, refiriéndose a su recién terminado amor. Respondí que si él la amaba, resolvería su dificultad y regresaría por ella. Eso nunca ocurrió.
Cinco años después, estábamos celebrando su boda con el hombre más gentil y maravilloso. Hace unos meses nos enteramos que aquel primer caballero con el que se iba a casar, arruinó su vida y la de la mujer que desposó, pues nunca arregló sus asuntos y el pasado lo alcanzó. Ese día, mientras leíamos la nota, ella dijo: esa pude ser yo pero Dios lo quitó de mi camino a pesar de que yo seguía rogando por él en mi vida.
Sé paciente, va a llegar
Lo tendrás en esta vida o en la eternidad. Tal vez esta respuesta duela un poco, pero toma el lado magnífico de esta declaración ¡Va a llegar! ¡va a llegar! ¡va a ser! Y ¿sabes?, cuando llegue a tu vida será fantástico porque será el mejor tiempo para recibirlo.