Dime qué comes y te diré de qué están llenas tus calorías
La relevancia de lo que comemos no radica en cómo lucimos, sino en cómo nos sentimos.
Yordy Giraldo
Sé que ya llegamos a un punto en el que levantamos una piedra y aparece algo relacionado al peso, pero aun cuando estemos hartos del tema seguimos sin aprender lo que hace falta que aprendamos al respecto, y es que no se trata de vanidad como insistimos en creer, se trata de la salud de 600 millones de seres humanos obesos que existen en el mundo, y del resto que quizá no muestran el problema, pero lo cargan por dentro.
La relevancia de lo que comemos no radica en cómo lucimos, sino en cómo nos sentimos. Si solo cuentas calorías no importa que comas pizzas y hamburguesas cada día siempre y cuando te mantengas en el rango de tus necesidades calóricas, pero eso no te hará una persona saludable. Tal vez no lo veas a tus veinte o a tus treinta, pero te aseguro que terminarán saliendo en esos análisis que, quieras o no, deberás hacerte, o en los problemas de salud que inevitablemente padecerás en consecuencia.
Mientras las organizaciones de salud hablan de los riesgos médicos, y los medios de comunicación nos desgañitamos hablando del tema, en Google las búsquedas giran alrededor de cómo perder 10 kilos en tres días, no así sobre cómo comer para una mejor salud o una mejor calidad de vida, porque hemos confundido belleza con salud y no salud con belleza. Pero, ¿de qué están llenas las calorías que consumes? Aquí te lo cuento.
1. Si viene en un envase, son calorías artificiales
Los envases no son algo creado por la naturaleza, los inventamos nosotros por intereses principalmente económicos, y para que la comida pueda estar en ellos tanto como necesitamos, se le añaden conservadores artificiales. Si todo lo que comes sale de una lata, te expones a químicos, muchos de ellos cancerígenos.
2. Si dice que es bajo en azúcar o en grasa y aun así conserva el sabor, son calorías vacías
En nuestro afán de ser delgados escogemos todo lo que dice “bajo en”, pero olvidamos que cuando se le quita algo, algo se debe poner en su lugar, y ese algo es siempre químicos que nos engañan a nosotros, pero no a nuestros cuerpos y es por eso que no podemos muchas veces digerirlos correctamente.
3. Si supera las cantidades que la naturaleza ofrece, son demasiadas calorías
Si tomas más jugo del que naturalmente sale por ejemplo de una naranja, te cuento que entonces estás tomando jugo de más, azúcar de más y calorías de más. Creemos que porque se trata de jugo está bien que nos bebamos los litros, y nada más dañino que los excesos. La naturaleza es sabia y solita nos entrega las porciones necesarias, ¡no abuses!
4. Si tu alimentación no es variada, son calorías deficientes
Si quieres comer bien debes comer de todo, este es un principio básico de nuestra alimentación. Conste que no estoy hablando de que te comas todo lo que encuentres, sino que comas todos los grupos de alimentos, esto quiere decir que comas proteínas, carbohidratos, frutas, verduras y mucha agua.
5. Si dulce y frito son tus sabores favoritos, son las peores calorías
De hecho estas dos cosas juntas son una bomba para nuestro cuerpo, nada bueno sale cuando mezclas ambas cosas. Pero por separado son igual de perjudiciales. Cuando freímos los alimentos los cocinamos en exceso y pierden sus nutrientes, si a las cosas dulces le agregamos más dulce sucede lo mismo.
Natural es saludable, cualquier cosa que no entre en esa definición no daña si la comemos ocasionalmente, pero lo hará si insistimos en aferrarnos a ellas. El problema es que en su mayoría están diseñadas para producirnos adicción. De hecho muchos engordamos no por lo que comemos, sino por las cantidades en las que lo comemos.
Nos hemos convertido en comensales vanidosos que no reparamos en la calidad, preferimos que sea barato, que sea rápido, que nos sacie, olvidando que la salud se pesa lo mismo hacia arriba que hacia abajo. Deja de ocuparte en contar calorías y preocúpate mejor en descubrir si solo están llenas de sabor y vacías de vida.