Disfrutar el sano desarrollo del bebé sin caer en la ansiedad
Hoy parece que hay demasiada ansiedad en algunos padres por ver que sus hijos hagan rápido acciones como: sentarse, gatear, caminar, etcétera. ¿Qué consecuencias produce esto? ¿Cómo evitarlo?
Karla Chavarria
Hay demasiada ansiedad hoy en los padres por ver crecer a sus hijos. Que si ya se sienta, que si ya gatea, que si ya camina, que si ya habla, ¡y la lista sigue! Hoy parece que los padres quieren que sus hijos hagan rápido alguna acción natural; otros caen en el juego sin desearlo, porque algún conocido les comentó que su hijo, para la edad que tiene, ya debería de hacer “x” cosa; más, si son padres primerizos, ya que tienden a pensar que su hijo no se desarrolla de la mejor manera, y eso preocupa a cualquier padre.
Debemos saber, sin embargo, quecada niño tiene su propio ritmo de desarrollo y debemos respetarlo. Por lo general, durante el primer año de vida de un niño se le lleva al pediatra a menudo para ver si todo marcha normalmente, y éste brinda información sobre qué cosas debemos ver en nuestros hijos y en qué tiempos, a fin de saber que todo está bien. Esos rangos de tiempo, por lo general, son bastante amplios, por lo que, por ejemplo, es normal que el niño se sienta solo a los seis meses de edad, como el que lo hace hasta los siete o un poco más, y así ocurre con otras muchas acciones también, como: gatear, caminar, hablar, etcétera. Por eso, no es bueno tratar de adelantar etapas en nuestros niños, ya que a la larga puede traerles consecuencias físicas y emocionales, y atrasar los procesos que hubieran ocurrido de manera natural, de haberlo permitido.
Estas cinco pautas que a continuación te comparto me han ayudado a disfrutar el desarrollo de mi bebé, tratando de no caer en la ansiedad o la inquietud:
No debemos preocuparnos de más, sino observar y esperar
Analicemos el comportamiento de nuestro bebé, y si notamos alguna cosa que no parece normal, consultemos al pediatra; pero si nuestro hijo está dentro del tiempo esperado para lograrlo, no hay por qué preocuparse.
Respetar su desarrollo también significa dejarlos ser
Eso quiere decir que si, por ejemplo, nuestro hijo ya muestra interés por gatear y está en el rango de edad para hacerlo, pero nunca lo ponemos porque se ensuciará o porque no disponemos del tiempo necesario para jugar con él en el suelo, tampoco lo estamos ayudando. Ellos van marcando las etapas de desarrollo en la que se encuentran, lo notaremos si les prestamos la debida atención. Nuestra tarea como padres es acompañarlos en cada proceso, para que se sientan seguros.
No es cuestión de inteligencia
El que un niño realice una acción primero que otros de su misma edad no significa que va ser más inteligente que los demás; como hemos dicho, cada uno tiene su propio ritmo de crecimiento y cada niño es un mundo.
Oídos sordos a las comparaciones
Nunca faltan las odiosas comparaciones de otras personas, de sus hijos con los tuyos, ¡como si el desarrollo fuera una competencia! Haz oídos sordos a ellas y no discutas, simplemente no te dejes influenciar por nadie, ni que esto te afecte como para presionar a tu hijo a realizar cosas para las que aún no está preparado.
Disfruta de cada momento
En lugar de preocuparnos por cosas que llegarán por sí solas, disfrutemos a nuestros niños al máximo, ya que el tiempo se pasa muy rápido y cuando nos demos cuenta ya estarán grandes y serán autosuficientes.
Recordemos que los niños son eso, ¡niños!, dejémoslos vivir cada atapa de sus vidas en su mayor plenitud, fuera de presiones sociales y en libertad. Si queremos colaborar con su sano desarrollo, démosles una alimentación saludable, suficientes horas de sueño y estimulación apropiada para su edad; esto, aunado al amor que les expresemos y al tiempo que les dediquemos, será la fórmula perfecta para su excelente desarrollo.
Estoy convencida de que si respetamos el crecimiento natural de nuestros hijos, cuando lleguen sus logros los disfrutaremos mucho más y nos dará una gran satisfacción el verlos crecer paso a paso.