¿Dónde quedaron los deseos navideños y los propósitos de año nuevo?
Relee esa lista de cosas que hace apenas unos meses te pareció genial integrar a tu vida, y haz algo más productivo que permitir que formen parte de esa categoría de metas sin cumplir.
Yordy Giraldo
No esperes a que llegue fin de año para que te caiga el veinte, desde ahora mismo puedes descubrir con resignación que una vez más te quedaste a medias con lo que deseabas hacer, los tan mentados propósitos de año nuevo. El tiempo vuela, aun no terminamos de pagar los regalos de fin de año y ya estamos a mediados de éste, y según mi experiencia los siguientes seis meses pasarán como un suspiro.
Soy de la opinión de que estar a la mitad ofrece una oportunidad excelente para releer esa lista de pendientes que hace apenas unos meses nos pareció genial integrar a nuestras vidas, haciendo de ellas algo productivo, y no permitir que formaran parte de esa categoría de metas sin cumplir.
Quiero compartirte cinco recomendaciones que te pueden servir para ponerte de nueva cuenta en perspectiva, y así romper con la insana tradición de hacer de nuestros deseos una rutina sin oficio, ni beneficio:
¿Medio año y de los deseos de Navidad no llevas ni la mitad?
1. Cámbiale el nombre
Una lista de deseos no funciona, una de proyectos es lo que necesitas. O pendientes, o metas, o problemas que necesitan solución. Dejo el nombre a tu imaginación, pero es importante que como sea que le llames te impulse a alcanzarlos. Parece mentira, pero una simple palabra es capaz de cambiar todo el sentido y la actitud que tenemos respecto a alguna cuestión.
2. Puntualiza los objetivos
Mi recomendación, cuando no sabes en qué dirección ir, es crear dos columnas: una en la que describas en qué consiste tu vida, y la siguiente con aquello que deseas que forme parte de ella. Tus respuestas serán una radiografía de tu realidad versus tus anhelos.
3. Planea a la medida de tus necesidades
Si nada más pones “Querido San Judas Tadeo, santo de las causas imposibles, yo deseo…”, no te auguro mucho éxito. Agarra cada proyecto y haz un mapa que te permita llegar a la isla del tesoro, o en este caso a la culminación triunfante de tus propósitos, tomando en cuenta tus capacidades. No te subestimes, tampoco hagas cuentas mágicas.
4. Un objetivo a la vez
Ya sé que tu lista incluye muchas cosas, pero seamos honestos, ¿cuántos de esos deseos son nada más relleno, y cuáles realmente necesitas? Mientras más cosas agregues más abrumado te vas a sentir, así que la recomendación es: saca todo lo que no necesitas, o en lo que no te deseas comprometer, y deja aquello que cambiará para bien tu vida. Es mejor una meta cumplida que mil ideas mariposeando en la cabeza.
5. Trabaja en lo emocional
Todos sabemos que para una persona motivada no hay imposibles, entonces, nuestro estado anímico es primordial en este sentido. Si logras que tus emociones jueguen a tu favor y no en tu contra, podrás con todo lo que quieras. Créeme, esa falta de tiempo que alegas es sólo falta de interés disfrazado.
La vida es impredecible, y a veces puede pasar que los planes salgan sobrando, pero cuando nos faltan objetivos también nos falta voluntad, y sin voluntad ¿qué hará que te levantes cada mañana? Planea aunque únicamente sea por el placer de tener algo que hacer y a lo que aspirar, pero sobre todo esfuérzate en lograrlo. ¡Vale la pena!