Educar en el respeto y la confianza es más constructivo que educar en el miedo
Criar a los hijos desde el respeto une a las familias en el amor para siempre.
Erika Patricia Otero
La crianza de un hijo no es fácil. En esta labor todos los padres cometen errores; muchos son consecuencia de la educación que ellos mismos recibieron en casa cuando eran niños.
La realidad es que hasta hace poco se educaba a los hijos con la concepción que simplemente debían ser obedientes. Sí, hay que enseñarles a ser obedientes, pero de la manera correcta; no basados en el miedo al castigo, sino basados en el respeto y la comprensión.
Sin embargo, al niño se le debe enseñar a obedecer con criterio. Los tiempos han cambiado; criar a un a un niño para que obedezca “a la ciega” puede ponerlo en riesgo. El mundo siempre ha sido un lugar peligroso, pero ahora los peligros han aumentado; se ha llegado a un punto donde ni en casa están a salvo.
Piensa un poco, ¿Qué prefieres? ¿Qué por miedo tu hijo te oculte que en la escuela o el barrio alguien le hace daño? o ¿Prefieres que te tenga tanta confianza y respeto que seas al primero que recurra cuando necesite ayuda?
¿Por qué no educar en el miedo?
Este era el tipo de crianza que hasta hace pocos años se imponía en el mundo. Aún hay padres que creen que es una buena forma de educar; por fortuna la tendencia ha ido en disminución.
La crianza con base en el miedo hace que el niño tema a sus padres. Va a obedecer por temor al castigo, no porque sepa que debe hacer algo porque es correcto. El resultado será que con el tiempo el hijo desarrollara fuertes deseos de distanciarse de sus padres; además del rencor y la rabia que les tendrá por el tipo de trato que le dieron.
Lo triste es que tendemos a criar a nuestros hijos como fuimos como fuimos criados. La buena nueva es que muchos padres que fueron criados así, optaron por erradicar el miedo en la crianza.
Ahora, tampoco hay que exagerar. Muchos padres son tan flexibles en la crianza que ni reglas ponen a sus hijos. Esto hace que muchos niños crezcan con una personalidad y carácter tan débil, que cualquier reto les genera problemas emocionales. Hay que saber balancear las proporciones en la educación de los hijos.
Los buenos padres deben procurar darle a sus hijos herramientas que les permitan ser fuertes, valientes e independientes. Criar con respeto y confianza es enseñarle a los niños que deben ser fuertes y valientes. Es mostrarles que a la vez pueden y deben confiar en sus padres.
Crianza en el respeto y la confianza
Cuando eliges criar a tu hijo desde el respeto y la confianza, le enseñas a tener un vínculo sano contigo. Además, le proporcionas criterio, que no es más que la capacidad para analizar si algo es correcto o no.
Obviamente esto debe ir de la mano con una educación franca y sin tabúes. Es absurdo que aun algunos padres digan a sus hijos que a su hermanito lo traerá la cigüeña. Desde luego, la información proporcionada debe ser proporcionada según la edad del niño. No vas a decirle las cosas a tu hijo de 5 años como lo harías con un adolescente.
Añádele además, que tu hijo tendrá certeza de que lo que le enseñas es la verdad; por lo tanto, no recurrirá a fuentes externas y hasta mal intencionadas para aprender lo que debes enseñar en casa.
Al suceder las cosas de esta manera, tu hijo desarrollará confianza en ti. Sabrá que puede recurrir a ti en todo momento y que contará con tu apoyo y guía amorosa incondicional.
Las manifestaciones de afecto tampoco sobran en este tipo de crianza. Un ser humano necesita que le expresen cariño, ¿Por qué negarle esto a un hijo? Debes procurar decirle a tu hijo cuánto le amas, abrazarlo y pasar tiempo de calidad con él o ella.
¿Cómo se disciplina en este tipo de crianza?
Un padre que decide criar a sus hijos desde el respeto no es un ser extraordinario; también pierde la paciencia. La diferencia es que antes de dejarse llevar por su mal humor, piensa las cosas antes de “castigar” a su hijo.
Como todo padre, este pone reglas en su casa que el niño debe obedecer. Explica las razones por las cuales debe cumplir las reglas. Cuando el niño falla, lo que hacen es hablar con su hijo francamente para hacerlo consiente del error. Tras esto, le explica que su acción tiene una consecuencia (correctivo) o castigo y lo aplica.
No, no grites ni humilles, eso deteriorará la confianza del niño en sí mismo y en ustedes. Trata de entender la razón de sus acciones y sus emociones; además, enséñale a canalizar sus emociones y a entenderse.
Los padres deben ser consistentes con su palabra y ser coherente con el castigo; de otra manera, el comportamiento será más osado en el futuro. El correctivo es necesario para que el niño aprenda que sus acciones tienen consecuencias; y que esto ocurrirá a lo largo de toda su vida.
De igual manera, el niño será halagado por sus buenas acciones y comportamiento correcto, sin darle premios. La razón es que el deber del niño es comportarse de manera adecuada según el lugar y ocasión.
Enseña a tu hijos responsabilidades y asígnale tareas según su edad. Esto es parte de enseñarle a ser independiente y darle herramientas para que se defienda por sí mismo.
Criar desde el respeto y la comprensión educa de manera positiva a los niños. Además, crea entre los padres y el niño un lazo fuerte e indestructible de amor y respeto.