El amor mueve montañas, y con este tus hijos podrán mover al mundo
Un niño amoroso es buen fruto para el mundo.
Erika Patricia Otero
“El amor mueve montañas”, esa es una premisa de la que no dudo por nada.
Por amor miles de personas sirven a los necesitados, luchan batallas, triunfan ante una enfermedad mortal y permanecen unidos más allá de sus fuerzas. El amor incluso hace que se escriban hermosas canciones, justo como la que escucho en este momento (por si te preguntas es Thinking Out Loud de Ed Sheeran).
Así que si el amor ha hecho que ocurran cosas maravillosas por las cuales vale la pena la lucha; lo justo es que aprendamos desde pequeños a amar, y las diferentes formas de amor que existen.
¿Cómo aprende un niño acerca del amor?
De la manera y en el lugar donde se enseñan TODAS las cosas esenciales de la vida: en el hogar y tú como ejemplo principal.
La experta en inteligencia emocional María Elena López dice que pese a que las familias en los últimos tiempos han pasado por muchos cambios, sigue siendo la principal escuela para enseñar valores, y que desde ahí los pequeños son fortalecidos emocional y espiritualmente.
Así es, el buen ejemplo empieza por casa y con ustedes los padres como protagonistas de la historia. Si tu hijo o hija ve que tratas con cariño y respeto a tú esposo y viceversa, pues el resultado es que sabrá qué esa es la manera en que deben ser tratados por sus parejas.
Si enseñas a tus hijos a amarse, apoyarse y respetarse entre ellos; el resultado es que tus niños sabrán que esa es la forma en que se debe tratar a sus iguales.
Las muestras de amor que un niño NO debe permitir
Seamos realistas; la maldad existe y debemos protegerlos del peligro. ¿Cómo? cuando son pequeños podemos vigilarlos; pero seamos francos, no podemos hacerlo las 24 horas del día, así que lo que debes hacer es enseñarles a distinguir de las muestras de amor buenas y las que no lo son.
A mi sobrino desde más o menos los 4 años le enseñamos que no debía dejarse tocar ni besar por ningún desconocido y por su puesto, si alguna caricia le hacia sentir incomodo, no tenía porque sentir miedo y siempre tenía que decirnos quien y cómo había sido acariciado por alguien (fuera o no familiar).
Debes enseñarles que no todas las personas tienen buenas intenciones. Enséñale que no debe dejar que le toquen ciertas partes de su cuerpo y que cuando alguien lo haga debe escapar y decirle a sus padres, o a personas en las que confié y sepa que son buenos, lo que le ha pasado.
Puede parecer muy duro y frío, pero es mejor prevenir que lamentar, y si amas a tus hijos o sobrinos sabrás que tengo razón.
¿Cómo enseñarles a los niños lo que de verdad es el amor?
Las maneras son múltiples. Ya sabes que tu hijo te tiene como un modelo a seguir, pues entonces cuida cada paso que das y más cuando están cerca de ti.
El amor empieza en casa
Expertos de la Universidad de Carnegie Mellon afirman que expresar afecto a través de los abrazos hacen que el estrés disminuya, y por lo tanto las personas son mucho más felices.
Así el asunto, desde hablarle con amor a tu esposo o esposa, darle un abrazo espontáneo y hacer los mismo con tus hijos o el resto de la familia que viva contigo, hará que la convivencia sea mucho más agradable y ustedes sean más unidos y felices.
Expresar cariño en casa prepara a los niños para una vida más amable, además les ayuda a ser mejores en la resolución de conflictos. Tus hijitos sabrán que siempre es mejor hablar que gritarse y tirarse cosas, que no es conveniente huir en medio de una conversación por algo que se dijo que no es de nuestro agrado y siempre decir con calma las cosas que no nos parecen justas o correctas.
Sé amable
Aunque parezca difícil de creer hay pocas personas amables en el mundo. Tenemos a diario en el trabajo compañeros que no saben pedir un favor, jefes que están lejos de ser lideres y son autoritarios, vecinos que no les importa incomodar a los demás con su ruido y se ofenden porque les reclamas.
Ante situaciones como las expuestas, la psicóloga Valeria Sabater explica que aunque la amabilidad no funcione en la sociedad de hoy, “ser amable solo es una pérdida de tiempo”. Añade que se hace necesario heredar a los niños un mundo donde la amabilidad sea parte de la vida diaria pues nacemos para convivir con los demás; y además, ser amable es necesario para ser mejores seres humanos y estar más en armonía con el mundo.
Entonces te preguntarás cómo deberías responder ante situaciones como las expuestas, pues te diré que ser grosero en respuesta a una situación difícil no es la opción correcta; eso no lleva a ninguna parte, a veces es mejor callar o contestar de manera amable a la agresión, créeme, eso “apaciguara las aguas”.
Los niños deben aprender a ser amables “porque si”, porque es agradable ser gentil con las personas y nunca sabemos que ocultan, que sufrimientos traen cargando, que tan abatidos o golpeados están; eso hará que las personas vean que hay bondad en el mundo y que pueden seguir luchando por salir adelante.
Sirve a tu prójimo y a la sociedad
La psicóloga Adriana Castro explica que ser solidario (servir al prójimo) da sentido a nuestras vidas. El estado de recompensa se activa al momento de ser de utilidad a los demás pues buscamos estar conectados con los demás y servir es una manera de lograrlo y de demostrar que no somos autómatas, que somos SERES HUMANOS.
Ser solidario no solo con quien lo necesita, sino dentro del grupo familiar hace que los niños aprendan a servir de manera desinteresada a su prójimo.
Si tu vecino te pide ayuda para sacar las llaves de su casa que se le quedaron dentro, si no puede solo cargar las bolsas de la compra, si no pude cuidar a su hijo y tiene una emergencia y puedes ayudar, ¡hazlo!
Hay eventos mucho más grandes y relevantes que estos como voluntariados en hospitales visitando niños enfermos, alimentar a los necesitados, ayuda a un animal necesitado o dedica un día junto a tu familia para limpiar un parque cercano de tu comunidad.
Enseñar amor y los tipos de amor que existen a los niños en casa es darles bases para que sean buenos seres humanos y adultos de bien a la sociedad del mañana; créeme, no te arrepentirás de hacerlo.