El arte de amar se aprende en el hogar
El amor es un sentimiento que tiene una versión verdadera, y muchas versiones falsas, dañinas, patológicas. Y es en el hogar donde aprendemos a amar. ¿Cómo podemos enseñar a nuestros hijos a dar y recibir amor?
Myrna del Carmen Flores
¿Enseñar a amar? Sí, es posible hacerlo. En su libro El arte de amar, Erich Frommexpresa que el amor es un arte y, como tal, es necesario enseñar a las personas a desarrollarlo. Igual que cualquier niño requiere aprender el arte de la música o la pintura, aunque haya nacido con cierto don que le facilite su ejecución; del mismo modo tenemos que enseñar a nuestros hijos a amar.
A la mayoría de la gente le preocupa más ser amado que amar de una forma correcta y madura. Como el mismo Fromm lo expresa, “El amor infantil sigue el principio: amo porque me aman. El amor maduro obedece al principio: me aman porque amo. El amor inmaduro dice: te amo porque lo necesito. El amor maduro dice: te necesito porque te amo”.
Entonces, ¿de qué manera puedo inculcar en mis hijos la manera adecuada de amar?
Sentir el amor de los padres es esencial
Al principio de la vida, para el niño, el sinónimo del amor es la madre. La relación se estrecha entre los hijos y su madre en el momento del amamantamiento. El pequeño necesita saberse amado, por su madre primero y, conforme va creciendo, por su padre también. Si además de este núcleo se siente amado por los tíos, los abuelos y toda la gente cercana a su núcleo familiar, de una forma inductiva el niño aprenderá lo que es el amor. Y entenderá asimismo que tiene derecho a ser amado.
El ejemplo de los padres
La forma en que los padres se aman tendrá repercusión en la vida futura del hijo. Si la pareja mantiene una relación conflictiva, de sometimiento o destructiva de alguna manera, se le está enseñando al hijo que eso es el amor. Y cuando tenga su propia relación caerá en el mismo círculo de amor enfermo que le fue inculcado en su seno familiar. Por el contrario, si ve que sus padres, ya sea que estén juntos (lo que sería el ideal) o separados, se respetan entre sí, al igual que al amor que se tienen o se tuvieron, aprenderá a respetarse a sí mismo y a no permitir abusos en la nueva familia que él llegue a formar.
Enseñarles a diferenciar entre atracción sexual y amor
En la actualidad los jóvenes confunden una mera atracción con el amor. La atracción sexual es una parte muy importante del amor; sin embargo, la atracción no deviene por fuerza en amor. La atracción sexual es repentina. El amor, en cambio, es un sentimiento que se va construyendo día a día. De manera lamentable vivimos en una sociedad en la que el sexo es una idolatría; en la que los medios de comunicación exaltan estas conductas, para después condenar los resultados, como embarazos en adolescentes o no deseados, enfermedades de transmisión sexual, etcétera. Lo apropiado es enseñarles a buscar lo físico y lo espiritual a la par.
Amarse a sí mismo
“Amarás a tu prójimo como a ti mismo”. Este mandato evangélico es básico en el amor. Tienes primero que amarte a ti mismo. Si te amas, cuidas tu cuerpo; si te amas, cuidas tu espíritu; si te amas, puedes amar a alguien de la misma manera en que deseas ser amado. Por lo mismo, debemos enseñar con el ejemplo que nos amamos a nosotros mismos; por eso cuidamos nuestra salud, para poder cuidar de ellos. Buscamos ser felices para estar en posibilidades de otorgarles felicidad a ellos. Porque nos amamos no nos permitimos amar o que nos amen de una forma enferma.
Enseñarles que Dios es sinónimo de amor
Fuimos creados para amar. ¡Qué mejor ejemplo de lo que es el amor que el amor de Dios! Y cuando permitimos que viva en nuestro corazón resulta más fácil comprender el amor real.
Enseñar a amar no es fácil, porque primero necesitamos aprenderlo nosotros mismos. No somos perfectos y como padres tendremos errores; pero el que nos esforcemos por mejorar hablará del gran amor que sentimos por los que nos rodean. Algunas veces lo lograremos, otras no; pero es el intento que hacemos lo que quedará sembrado en el corazón de nuestros hijos.