El cuerpo ya sin vida de su madre lo cuidó hasta el día en que nació; un milagro que los médicos no pudieron explicar
A pesar de estar muerta, el amor de madre se resiste a dejar a su hijo.
Camila Ignacia Gómez González
Hay un dicho popular en Latinoamérica que reza lo siguiente: ” Nadie más que un hijo conoce la fuerza de su madre, pues es el único que la conoce por dentro” y esta triste, pero valerosa historia es un fiel reflejo de aquello.
Sandra Pedro, era una jovencita cuando se convirtió en madre por primera vez, luego de ello siempre se planteó la idea de no volver a tener más hijos, pues la relación con el padre de su hijo había fracasado y creía que no podría volver a amar de la misma manera. Por lo que se quedó sola criando, viendo crecer y trabajando duro para sacar adelante a tu pequeño. Cerrando por completo las opciones de conocer a alguien más.
El destino le tenía algo guardado
Sin embargo, el destino le tenía preparado planes muy diferentes. Al cabo de 15 años, el amor volvió a tocar su puerta de la mano de Miguel Angelo Fario. Con quién comenzó una relación y a los pocos meses, pasó lo que ella creía imposible: quedó embarazada.
Embarazo de alto riego por un cáncer
Atónita, pero feliz por la noticia, acudió a los primeros controles prenatales. Pero lamentablemente los resultados de sus exámenes mostraban claramente que su embarazo era de alto riesgo. ¿La razón? Un cáncer al riñón con el que había debido luchar algunos años atrás, ante este panorama los médicos le ofrecieron abortar.
La idea fue rechazada radicalmente por Sandra, quien le aseguró a los médicos que mientras ella tuviese vida y fuerzas para luchar, no dudaría en hacer lo imposible por ver a su hijo nacer.
Los primeros meses de su milagroso embarazo
Los primeros meses se desarrollaron casi en completa normalidad, sólo el cansancio y la fatiga constante dejaban ver el fuerte desgaste que Sandra estaba teniendo al engendrar a Lorenço, como decidió llamar a su bebé.
Sin embargo, este escenario cambiaría de manera radical a las 17 semanas de gestación, cuando Sandra y Miguel fueron invitados por unos amigos a cenar. En medio de la cena, Sandra manifestó sentir un fuerte dolor de cabeza, por lo que decidió ir al baño, pensando que quizás algo de la comida podía estar jugando en contra (hay ciertos alimentos prohibidos para embarazadas), pero luego de 15 minutos en ese lugar Miguel fue a ver si algo andaba mal y el panorama era desolador.
Nuerte cerebral
Sandra le comentó que se sentía muy mal y le pidió que la llevase a un centro asistencial. Lamentablemente cuando ella ingresó, el diagnóstico de los doctores fue tajante: MUERTE CEREBRAL.
Serían testigos de un MILAGRO
Los médicos conversaron con Miguel y le comentaron que en unos minutos también perdería a su hijo, pues era imposible que sobreviviera sin la vida de su madre. Lo que no sabían es que estaban a punto de ser testigos de un milagro. Al ver que Lorenço se aferraba a la vida, decidieron mantener conectada a Sandra. Y para sorpresa de todo el mundo, el embarazo llegó a término.
Burló a la ciencia
Los especialistas aún incrédulos esperaban con ansias el momento de la cesárea, pues creían que Lorenço podía tener algún tipo de complicación, pero al parecer Sandra desde el más allá se encargó que nada de eso ocurriera y que su bebé naciera sano en su totalidad.
Al cabo de unos días fue entregado a Miguel, su padre, quien algo nervioso lo recibió como el milagro más grande que podría tener en su vida.