El desafío de las personas que en su infancia no recibieron amor

El amor puede ser la fuente de la mayor felicidad humana. ¿Sabes que nos sucede cuando crecemos sin amor?

Erika Patricia Otero

Todos necesitamos amor. Es reconfortante cuando desde niños nos sabemos amados por nuestra familia. Lo ideal es que todos nos sintiéramos así; sin embargo, en muchas familias a los niños no les ocurre.

Para quienes crecimos en hogares donde nos dieron amor, es difícil comprender cómo los padres pueden negarle afecto a sus hijos. Lo triste es que no promedian el daño que les causan y los efectos que esto tiene a lo largo sus vidas.

Ya se trate de hombres o mujeres, crecer sin el amor de los padres es un problema que pasa una dura factura a lo largo de la vida adulta.

Efectos de una crianza sin amor

Hablemos primero de la inmensa soledad y el vacío que se siente. No importa cuántas personas puedan decirte que te quieren, tú no puedes sentirlo.

El amor que pueden brindarnos nuestros padres es irremplazable. La razón es que nos otorga seguridad y amor por nuestra persona. Cuando sientes que tus padres te valoran, el amor por ti mismo prevalece. Eso no quiere decir que acepten sin miramientos tus errores; esto lo que dice es que porque te aman, corrigen tu camino porque no desean que nada malo te ocurra.

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Sin embargo, cuando creces sin amor de tus padres, creces sin sentirte valorado por quienes deberían amarte más. Eso llena a la persona de desconfianza y dudas sobre su valor como ser humano.

Quizás amen a sus hijos a su manera, pero lo que les sucede a estas personas es que tienden a relacionarse de manera equivocada.

Es frecuente que tanto hombres como mujeres caigan en relaciones tóxicas y dependientes. Además, de esto, se sienten impulsadas a manipular a los demás para conseguir afecto; incluso, lo hacen para mantener a su ser “amado” su lado.

Se es consiente, pero no se puede hacer mucho por sí mismo

Para quienes crecimos en hogares amorosos, nos es difícil de entender cómo una persona puede soportar tantísimo dolor y maltrato de parte de sus parejas.

La realidad es que aunque pueden ser conscientes de los maltratos, para ellos esto es una manifestación de amor. Sufren, claro que sufren, pero no conocen el amor y prefieren esto a ser ignoradas.

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Además sus vidas están llenas de decepciones, rechazos y un gran vacío que de mala manera se llena con malos momentos.

Muchas veces lo que ocurre es que aprendieron de sus padres ese tipo de “amor” enfermo; los malos tratos y la manipulación emocional es lo único que conocen.

El apego inseguro

Cuando hablamos de apego nos referimos al vínculo que surge entre la madre y sus hijos. El apego inseguro o ambivalente no es más que el hecho de no saber qué esperar de tus padres, pero específicamente de tu madre.

Al ser bebés e infantes dependemos de nuestra madre para recibir la seguridad y el afecto; además de depender de esta para desarrollar personalidades fuertes y amor propio. Al no tener las muestras de amor positivas que se supone deberíamos tener, se desarrolla el apego inseguro.

El amor de una madre a cuenta gotas hace que nazcan muchas inseguridades en los hijos. Unas veces se aman y otras veces es como si los hijos no existieran; esto en la edad adulta se ve traducido en relaciones con maltratadores.

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A la vez, esta situación, según Peg Streep, autora estadounidense de Daughter Detox hace que las personas que sufren desamor en su infancia desarrollen 3 tipos de comportamientos:

1 Comportamiento afectivo ansioso-preocupado 

Se caracteriza porque la persona se siente insegura y ansiosa ante las relaciones afectivas. El miedo a ser despreciado y abandonado pone en alerta a la persona ante una posible traición.

2 Desdeñoso-evitativo

Como bien lo dice su nombre, la persona evita las relaciones y los compromisos. Su miedo a ser dañada se traduce en preferir la independencia y libertad para evitar sufrir.

3 Temeroso-evitativo

En este caso, las personas desean tener una relación afectiva; sin embargo, tienen miedo a ser dañadas y volver a sentir el mismo dolor que sufrieron en su infancia.

Qué debes hacer si creciste sin amor materno

Al crecer sin amor , sin querer te involucras en relaciones enfermas que solo te generan más sufrimiento. Ante esta situación de desamor constante es importante que te realices una serie de preguntas que te ayudarán a ubicarte en la realidad. Algunas de estas son:

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¿De verdad merezco que me traten mal en mis relaciones?

¿Necesito alguien a mi lado para sentirme valiosa?

¿Mi miedo al compromiso se debe a mi falta de amor en mi infancia? ¿Cómo puedo solucionarlo?

¿Qué es el amor para mi?

¿Cual ha sido la mayor razón para que mis relaciones amorosas no funcionen?

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¿Qué concepto tengo de mí? ¿Me amo o no?

Cuando pienso en mi infancia ¿Qué siento y porque me siento así? Son ese tipo de emociones las que deseo sentir en mis relaciones amorosas?

Al llevar a cabo este autoanálisis descubrirás como es tu visión del amor y de ti como persona. Si no te gusta lo que te respondes y sientes que de verdad necesitas hacer cambios, entonces es momento de buscar apoyo psicológico. Créeme, necesitas sanar esas heridas y aprender a amarte para que te amen bien y como mereces.

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Erika Patricia Otero

Psicóloga con experiencia en trabajo con comunidades, niños y adolescentes en riesgo.