El ejercicio te ayuda a verte mejor y tu cerebro te lo agradecerá en tu vejez; descubre por qué
El ejercicio no solo fortalece tu cuerpo sino que también es un levantamiento de pesas para tu cerebro.
Denhi Chaney
Todos sabemos que el ejercicio nos da vitalidad y energía y, claro, fortalece nuestros músculos al forzarlos a ejecutar acciones difíciles. El ejercicio es una terapia en sí, una que nos encamina a sentirnos más felices, con mejor estabilidad emocional y con mayor fortaleza ante las pruebas que la vida nos pone. Con todo esto, la mayoría hablamos y nos concentramos en los efectos positivos que el ejercicio tiene en el cuerpo, pero muy pocas veces nos referimos al efecto que tiene en el cerebro; o bien, en nuestra mente.
El ejercicio no sólo es una excelente forma -si no es que la única- de fortalecer los músculos, sino que también es una manera esencial de vigorizar la mente. Si pensamos en nuestro cerebro como pensamos en un músculo, resulta sencillo entender que hacer algo difícil hará más fuerte a nuestro cerebro.
¿Te convencí? De no ser así, revisa estas tres razones por las cuales el ejercicio contribuye a que seas fuerte mentalmente:
1. Disciplina de acero
Para hacer ejercicio, hay que darse tiempo. Porque no es de sorprender que el pretexto número uno para no ejercitarse sea que se carece precisamente de tiempo. La realidad es que se tiene que planear y crear dicho espacio en la agenda. Hacer esto crea una disciplina ejemplar, ya que uno tiene que sacrificar algunas cosas para atender esta asignatura tan importante. La mayoría del tiempo uno se disciplina para levantarse temprano para ejercitarse, o en ahorrar energía para hacerlo al final del día. No importa la hora en que lo hagas, hacerlo precisa de disciplina y ésta se vuelve más constante y fuerte en cuanto más lo practicas. Así que, como puede verse, no se reduce a una disciplina física, sino que también es mental.
2. Una y otra y otra y otra vez…
Hacer ejercicio nos trae cara a cara con el fracaso. Sin embargo, ejercitarse con constancia nos invita a ponernos de pie después de caer y a tratar una vez más; es decir, a no darnos por vencidas. El acto de no tirar la toalla hace que la parte de tu cerebro responsable de la toma de decisiones se fortifique, que sea mucho más capaz. Pero lo más increíble de todo esto, es que cuando decides no darte por vencida tu cerebro aprende que el desistir no es una opción, y poco a poco seguir adelante, sin importar los obstáculos, se vuelve una bonita costumbre.
3. Más fuerte de lo que crees
Este punto está entrelazado con el anterior: al no tirar la toalla a las primeras de cambio descubres que eres más fuerte de lo que crees. La mayoría de las veces no es nuestro cuerpo el que nos dice que ya no podemos más, es la mente. Así que cuando seguimos tratando, nuestra mente descubre que es fuerte y que tiene más poder que el cuerpo; es decir, cuando nuestra mente dice que podemos, el cuerpo va a obedecer.
Es momento entonces de ejercitar tu cerebro al tiempo que fortaleces tus músculos. Si quieres un cerebro de acero, ¿qué esperas? Agarra tus tenis, toma agua, respira profundo y ¡a darle!