El lado positivo del fracaso. Cómo enseñar a los hijos a convivir con él
El fracaso es doloroso, pero nuestros hijos tendrán que enfrentarse a él continuamente en su vida fuera de casa. Este artículo le permitirá enseñar cómo enfrentarlo con pequeñas acciones
Diana Cantor Martinez
Una de las mayores fuentes de dolor en el ser humano, es su incapacidad de comprender el fracaso como un proceso de aprendizaje en la vida y una oportunidad para crecer. El común de la gente interpreta el fracaso como incompetencia e inutilidad, lo que a la larga afecta gravemente la autoestima y limita la capacidad de alcanzar las metas y los sueños.
Como todo aprendizaje, es posible adquirirlo en cualquier momento de la vida. Sin embargo, es en la niñez donde es posible crear y arraigar con mayor éxito los hábitos, valores y comportamientos orientados a aceptar el fracaso y la derrota como parte de un proceso de aprendizaje. Ese aprendizaje acompañará al niño hasta su vida adulta, permitiéndole enfrentarse asertivamente a la derrota, sin que esto le genere sentimientos de frustración e incapacidad.
¿Es posible, entonces, crear hábitos en los niños que les permita aceptar con mayor facilidad la derrota? A continuación encontrará algunas sugerencias que le permitirán orientar a sus pequeños en esta difícil pero enriquecedora experiencia de las pérdidas y los fracasos:
Celébrele tanto el triunfo como la derrota
De esta manera el niño no verá la derrota como algo amenazante y entenderá que ésta es parte del juego y, a la larga, de la vida.
Nunca lo descalifique o critique ni en público ni en privado por un fracaso
Por el contrario, ayúdele a comprender cuál pudo haber sido la falla y cómo hacerlo mejor la próxima vez.
No lo deje ganar siempre
Enséñele que no siempre se gana; que algunas veces se gana y otras se pierde pero es igual de valioso. Esto puede aplicarlo al juego y a la vida cotidiana. Por ejemplo, evitando ceder siempre ante sus peticiones y deseos.
Ayúdele a encontrar alternativas
Si definitivamente es imposible que el niño obtenga un triunfo en determinada actividad, ayúdele a descubrir otras actividades más compatibles con su talento y habilidades.
Explíquele que siempre habrá una nueva oportunidad
Cuando el niño aprende que ante la pérdida siempre habrá una nueva oportunidad, se sentirá más tranquilo y confiado, a pesar del sinsabor de la derrota.
Dele el permiso de sentirse triste
Tampoco lo descalifique ante su llanto y su dolor, abrácelo y acompáñelo en el proceso de aceptación de la pérdida o la derrota.
Enséñele a divertirse
Aunque se trate de una competencia seria, enséñele el valor de disfrutar de la actividad. De esta manera, aunque no logre el triunfo, verá como ganancia el haber disfrutado del momento.
Fortalezca su confianza y autoestima
explíquele que su valía como persona no depende de ganar o perder; que aunque pierda, seguirá siendo igualmente valioso y digno.
Ámelo a pesar de todo
Quizás de todos los consejos o sugerencias, éste es el más importante. Demuéstrele que su amor y aprobación es incondicional e independiente del triunfo y del fracaso.
Para concluir, sería importante que usted como padre revise cuál es su propia concepción y respuesta frente al fracaso. Si usted está convencido de que no se trata de ganar o perder, sino de aprender y crecer, de seguro podrá ayudar a su hijo con la confianza para reconocer cada derrota como una oportunidad para hacerse más fuerte y sabio frente a la vida.