El método danés para criar niños felices que ha sorprendido al mundo
Dinamarca está rompiendo los esquemas de crianza, no te quedes fuera de este nuevo movimiento.
Camila Ignacia Gómez González
Dinamarca ocupa el tercer puesto entre los 156 países más felices del mundo, y se encuentra entre los 5 primeros lugares desde el año 1973. Así lo indica el último Informe de Felicidad Mundial publicado para la Red para el Desarrollo Sostenivles de las Naciones Unidas de este año.
Y si bien las razones por las cuales no se mueve de entre los primeros 5 lugares son variadas, Meik Wiking, director del Instituto de Investigación de la Felicidad, indica que una de las razones de su lugar es que “aciertan en el sentido de crear buenas condiciones para la buena vida”.
Es que una sociedad que tiene adultos que se sienten plenos, cría hijos felices. Señalan las autoras del libro “Cómo criar niños felices. El método danés para desarrollar la autoestima y el talento en nuestros hijos”, Jessica Joelle e Iben Dissing. En él dejan claro que las familias danesas viven en un círculo de crianza feliz, el que se va repitiendo de generación en generación y los deja en el top five de las comunidades más felices del mundo.
Detrás de su filosofía solo se esconde que desde muy pequeños los niños tienen contacto con sus sentimientos, son criados para sentirse seguros de sí mismo y se les enseña a ver el lado positivo de las cosas.
Para lograrlo, las autoras proponen lo siguiente:
1. Enseñar a jugar
El juego puede ser utilizado como una herramienta para poder mejorar las habilidades, superar las adversidades e incluso los problemas de adaptación.
La clave está en permitir el juego libre para alcanzar la felicidad, sin tener que estar luchando por un poco de atención o buscando la recompensa por haberlo hecho “bien”. Para ello es vital que aprendan a jugar ensuciándose, jugando con niños más grandes o más chicos, dejándolo solucionar los conflictos sin intervenir al primer problema y esperando ver cómo reacciona cuando tiene una caída.
2. Dejar de comparar
Cada niño es un mundo, dejar de compararlo es un asunto que debemos tratar de manera urgente. Debemos dar paso a la autenticidad, al reconocimiento de las propias emociones, dejándoles ser genuinos.
3. Olvida el lenguaje limitante
No permitas que tus hijos sepan que crees que no serán capaces. Por el contrario estimúlales para que puedan ver las situaciones de diferentes puntos de vista, sin tener que centrarse en los resultados que la sociedad espera de ellos.
4. Refuerza la empatía
Si no se crea la empatía desde edad temprana, entonces los niños podrán caer en manos de abusadores o bien convertirse en ellos. Siempre demuéstrales que lo ellos sienten es tan importante como lo que siente un adulto.
5. Enseña a respetar
Alexander y Dissing lo explican así: “Lo que a menudo sucede es que los padres pierden en esta configuración. Podemos perder la cercanía (gobernando con miedo), podemos perder la perspectiva (escogiendo las batallas y no la guerra o las grandes líneas de la paternidad), y podemos perder el respeto (si no lo siguen). El uso de la empatía y un enfoque más basado en el respeto tiene un efecto boomerang. Enseñe respeto, sea respetuoso y usted será respetado es el lema“.
6. Reforzar la unión y el hygge
. Aquí entra el hygge, ese concepto danés que nos habla de pasar tiempo de calidad con las personas a quienes queremos.Este tiempo busca la desconexión total para dedicar los mejores esfuerzos a pasar tiempo de calidad con las personas de la familia y con los amigos.