El niño hiper regalado ¿Regalar por amor o por culpa?

Demasiados regalos para un niño no es una buena señal de amor. ¿Estás regalando por amor o por culpa?

Emma E. Sánchez

Estábamos varias personas haciendo fila en un restaurante de hamburguesas cuando comenzó el berrinche: un niño de unos 6 u 8 años estaba muy enojado porque el juguete que le habían dado con su hamburguesa no era el que él deseaba, así que lo aventó. El padre lo regañaba mientras recogía el juguete y para la sorpresa de quienes estábamos ahí, pagó otra hamburguesa ¡para que le dieran otro juguete! El joven que atendía siendo muy considerado, se aseguró que el juguete fuera el que el niño quería. Cuando el pequeño lo recibió ¡lo aventó también! diciendo a gritos que ya no lo quería.

Entonces la madre queriendo calmarlo le dijo: “Si te tranquilizas y comes, te compramos un juguete a la salida”. El niño se tranquilizó como por arte de magia y dijo: “Está bien, pero ya me debes dos juguetes hoy”.

Esta historia se repite cada vez más fuerte y con más frecuencia, ya sea en épocas de Navidad, cumpleaños y cualquier otra celebración: niños manipuladores que bajo cualquier pretexto, reciben cantidades exageradas de juguetes y regalos. Si ya es incorrecto ceder a un berrinche, es aún peor regalar  a manos llenas  a un menor por razones vacías.

De alguna manera hemos comprado y creído la idea falsa de que para que una festividad se considere bella o muy feliz, debe estar colmada de presentes, decoraciones y gente. Es increíble que hoy en día  se organicen cumpleaños de niñas de 4 años en spas con tratamientos faciales, uñas pintadas y bolsas de regalos. O navidades donde un solo niño recibe regalos al por mayor, o entregas de calificaciones donde nuevamente el pequeño recibe un regalo por cada buena nota que saca, y así innumerables situaciones  donde se repite una y otra vez lo mismo: niños hiper regalados.

¿Qué sucede con esto? ¿Es en verdad tan malo dar tantos regalos a los niños?

Una triste realidad de fondo es que los padres tratan de compensar con regalos el tiempo que no pasan con sus hijos, y en otros casos buscan inclusive aminorar la culpa por algo grave que hay sucedido como un divorcio, o ganarse el afecto perdido por una mala conducta.

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Regalar demasiados juguetes o lo que llamamos “síndrome del niño hiper regalado” no se considera algo positivo, pues propone demasiada atención a lo material, a la cantidad, y no a la calidad de las relaciones, además de crear un hábito nocivo en el niño que se acostumbra a recibir a manos llenas sin un esfuerzo ni trabajo de por medio.

También esta cantidad excesiva de regalos puede obedecer a la premiación excesiva por parte de los padres al hijo que le dan un juguete porque se bañó, otro juguete porque comió verduras, otro regalo porque sacó una buena nota, y así hasta llegar a más y más regalos cada vez, por cierto más costosos. Ésto, aunque no lo creas, es un soborno a los hijos.

Si se trata de regalos, ten presentes las siguientes recomendaciones:

Obsequia sin necesidad de una fecha especial

Dar algo por amor no requiere de una fecha especial, busca que las fiestas no sean sinónimo de regalos solo imagina ¿Qué es lo más importante de una celebración? Si el regalo es la respuesta, seguro debes replantear algunas enseñanzas en casa.

Evita obsequiar objetos de moda o pasajeros

Solo fomentarás el consumismo y la acumulación, así tus hijos aprenderán a cuidar su dinero, a no hacer gastos superfluos, evitar deuda y sobre todo, no competir con otros por “tener o ser” como los demás.

Favorece los regalos que generarán la creatividad

Colores, pinturas, recortables, armables, rompecabezas, tantas cosas que pueden desarrollar el gusto por las artes y la música. No los relegues a juegos de video o aparatos tecnológicos.

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Inclusive, regalar materiales como cartón, maderas y arcillas es altamente favorecedor para los niños y jóvenes.

No regales animales vivos

Una decisión de ese tipo es bueno que la tomen en familia, vayan juntos a adoptar la mascota y hagan compromisos de cuidado y atención, los animales no son juguetes, ni premios, son seres vivos que requieren de nuestro cuidado y compromiso hasta que mueran, no solo por lo que nos dure el capricho o gusto.

Regalos hechos por uno mismo

Hacer tarjetas, un suéter tejido, o algo especial hecho por alguien siempre tendrá más valor. Revisa tu propia historia ¿Qué regalos recuerdas con más cariño y afecto?  Seguro fueron aquellos que se dieron con un significado especial y no solo comprados en una tienda.

Regalos que impliquen hacer algo juntos

Favorece juegos que requieran muchos niños o muchas manos para poder divertirse, esto abonará a la socialización y sano desarrollo de los niños; claro, sin mencionar que además unirá a la familia. No lo olvides. Los niños disfrutan pasar tiempo con  su familia.

Evita juguetes que “jueguen solos”

Son esos juegos que se mueven y el niño solo contempla y que requieren de cuidados de un adulto, no de un niño sano e inquieto.

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Ponte de acuerdo con tus familiares

¡Y no le compren todos! No es necesario. Recuerda, para educar a un niño se requiere toda una tribu.

El mejor regalo de todos

Ya lo sabes ¿verdad? Tu tiempo, tu interés y tu persona no tienen precio.

A  varios  niños se les preguntó en un video qué regalo le pedirían a su padres esta Navidad y es asombroso como los niños se sorprenden ante la pregunta y de manera muy natural y sincera los niños solo piden una cosa: Tiempo para jugar con ellos.

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Emma E. Sánchez

Pedagoga y Terapista familiar y de pareja. Casada y madre de tres hijas adultas. Enamorada de la Educación y la Literatura. Escribir sobre los temas familiares para ayudar a otros es mi mejor experiencia de vida.