El secreto de la Bella Durmiente
Dormir es una necesidad que debemos satisfacer a fin de conservar o mejorar nuestra salud, pero sobre todo para cobrar fuerza y ánimo para encarar la vida, evitar estar de malas y hasta mejorar las relaciones de pareja y familiares.
Emma E. Sánchez
Una de las cosas que más me frustra a la hora de dormir es estar muy cansada, querer dormir y no poder hacerlo. ¿Te ha pasado? Voy a compartir contigo algunos de mis descubrimientos para conciliar el sueño, no despertar durante la noche o madrugada y amanecer descansado y con energía.
Ya sea que pruebes con uno a la vez o con todos al mismo tiempo, platícame cómo te va ¿de acuerdo?
Procura dormir a la misma hora siempre
Programa tu trabajo, citas, actividades y establece una hora para ir a la cama a dormir. Programa tu mente: no lleves contigo trabajo (computadora, teléfono, tableta) o te pongas a ver películas. Recuerda: vas a dormir, ¡ésa es la tarea!
No cenes nada pesado antes de ir a la cama
Por mucha hambre que te dé, recuerda el viejo adagio: “Desayuna como rey, come como príncipe y cena como mendigo.” Nada de cenas pesadas ni muchos líquidos, de lo contrario, a media noche podrías tener molestias como la de levantarte al privado o malestares gástricos. Como cena, es mejor comer una fruta o beber un sabroso té aromático que te haga descansar.
Evita la cafeína
Recuerda que la cafeína puede provocarte cierta alteración nerviosa y estimulará tus sentidos en un momento en el que quieres darles descanso. La cafeína no sólo está presente en el café, sino también en algunas infusiones (té), muchas bebidas gaseosas (refrescos, sodas), en los dulces de chocolate y algunos panes y pasteles.
Báñate con agua calientita
Prepara tu baño con una temperatura agradable, tómate tu tiempo (sin desperdiciar agua), disfruta enjabonarte y da un masaje ligero a tus pies y piernas, deja correr el agua sobre tus hombros, cintura y espalda. Y cuando termines, vístete con ropa cómoda según el clima y te dé libertad de movimiento, nada que te apriete o corte la circulación.
Revisa tu colchón
Yo no lo creía, pero vale la pena invertir en un buen colchón, pues el soporte que dé a tu cuerpo, especialmente a la espalda y, en el caso de las mujeres, a las caderas, hará la gran diferencia en el descanso. Un colchón en mal estado te hará amanecer literalmente “molido”. A veces es preferible dormir en el piso para descansar que en un colchón en mal estado. Puedes poner un poco de menta o eucalipto en tu almohada para despejar las vías respiratorias y no roncar. Créeme: tu esposo te lo agradecerá mucho.
Una buena almohada también es importante. Actualmente hay diversos tipos de formas y firmeza en las almohadas. A mí me gustan mucho aquellas que son largas y las puedes abrazar e inclusive poner entre tus rodillas, descansando mucho si acostumbras dormir de lado.
Apaga el celular, la TV y todos los aparatos que hacen ruido o tienen luces
Es muy recomendable que el lugar donde duermes esté oscuro, no tenga ruidos y esté ventilado. A menos que tu vida profesional dependa de llamadas a madia noche, apaga tu celular. ¿Sabes por qué? Está comprobado que si lo dejamos encendido, estaremos tentados a checar las redes sociales, correos y mensajes cuando no es importante hacerlo. El 99% de todo lo que llega en la noche puede esperar a que lo cheques a la mañana siguiente. El dejar de revisar tus redes durante la noche no te hace menos popular.
Haz un poco de ejercicio
Una hora antes de dormir, sal a caminar por tu cuadra o corre unos 30 minutos, sube y baja las escaleras de casa durante 15 minutos o salta la cuerda. Luego toma un delicioso baño y una fruta fresca. Ve a tu camita deliciosa entre cero ruidos, y Morfeo se sentirá orgulloso de ti.
¿Sabes relajarte?
Esta es la clave de conciliar el sueño y tener una noche reparadora. Cuando vayas a la cama, deja al lado los problemas del día, ésos ya pasaron. Tampoco pienses lo complicado que será el mañana, eso todavía no existe. Para relajarte te recomiendo reflexionar un poco en todo lo bueno del día, concentrándote en lo bueno del día. Si forma parte de tu ideología, haz tus oraciones antes de dormir. O puedes respirar hondo varias veces y guardar silencio. Tranquiliza los pensamientos que quieren gritar en tu cabeza. Guarda silencio y respira, no abras tus ojos, solo respira profundamente con mucha calma y no vas a notar cuando te quedes dormido.
Si haces un hábito diario la rutina de ir a la cama, tu cuerpo sabrá que la hora de descansar inicia y se programará a disfrutarlo. Para finalizar, te paso el secreto guardado por generaciones para dormir “como un ángel”:
“Busca tener cada día tu conciencia tranquila.”
¡Te deseo felices y plácidos sueños esta y todas las noches!