El secreto para una vida feliz se esconde en 8 simples reglas
Nadie nace con el secreto para ser feliz, pero este se revela a medida que vamos viviendo.
Erika Patricia Otero
Vinimos a esta vida a ser felices, pero lograrlo cuesta muchos dolores. Puede -y sé- que suena horrible, pero la existencia es un compendio de alegrías y tristezas que terminan haciendo de nosotros las personas que seremos en la madurez.
Claro que lo anterior es relativo. La madurez no está ligada a una edad, y sí a la capacidad de cada persona para aprender las lecciones y pruebas que a diario la vida le pone en el camino.
Respecto a lo anterior, la vida me enseñó 2 lecciones básicas de supervivencia que quiero compartir contigo:
1 Entre más terca es una persona, más tardará en aprender la lección que trae consigo una prueba.
2 La felicidad no es una constante, son pequeños momentos que dan sentido a la vida.
Ahora bien, para que una persona pueda superar cada prueba que le pone cada día de su existencia debe ser capaz de ser flexible y debe tener la capacidad de aprender de sus fallos; de lo contrario, estará condenada a repetir una y otra vez las situaciones más complejas de su vida hasta que aprenda la lección y pueda decir “que venga la siguiente”.
Lecciones para una vida feliz y con sentido
Hay 8 lecciones que toda persona debe experimentar y superar, estas son:
1 Lo que otras personas piensen de ti, no tienen por qué afectarte
Las personas solemos juzgar a los demás desde nuestro marco de referencia; es decir, juzgamos a los demás por quienes somos nosotros.
El asunto es que piensen bien o mal de ti es algo que no podrás controlar. Esto tampoco nos hace responsable de lo que piensan de ti, es su problema si desean tener una imagen negativa de la tuya y no se dan la oportunidad de ver quién eres en realidad; así que no te sientas mal por lo que crean de ti, eso no cambiará jamás la persona que eres.
2 El tiempo sana cualquier herida
Hace unos días leí un mensaje que decía palabras más o menos que no era el tiempo lo que sanaba las heridas, sino que eras tú el que con esfuerzo sanaba.
Considero que es cuestión de un 50/50. El dolor de una ruptura amorosa por infidelidad no es el mismo al minuto siguiente de haberte dado cuenta de la traición, que 5 meses o 3 años después. Lo cierto, es que en el transcurso de ese tiempo pasaron muchas cosas. Sufriste al principio, pero pudiste seguir adelante y superaste el dolor, encontraste otro amor en tu vida y ya fue, se acabó.
Pasa lo mismo con la superación de un duelo por la muerte de un ser amado, un accidente, una pérdida o incluso un evento traumático; solo que a veces sanar una herida puede tardar más tiempo, pero siempre se cura.
3 Pensar mucho en un asunto lo hace más complejo
Y es terrible porque se vuelve una especie de obsesión incontrolable. Es lo que pasa cuando te enamoras de alguien. Te gusta tanto esa persona, que dedicas mucho tiempo más del necesario enfocado en ese alguien, que se te vuelve insoportable el tiempo sin esa persona en tu vida.
La situación es que te complica la vida llenándote de ansiedad y dejándote por completo bloqueada para poder hallar una salida adecuada a lo que te preocupa.
Relájate un poco, sal a caminar y deja que las cosas se asienten; verás como de a poco la situación halla su curso natural y dejas de agobiarte por lo complejo. Además no olvides: “Si un problema tiene solución ¿de qué te preocupas?, y si no la tiene ¿de qué te preocupas?”
4 Reconcíliate con tu pasado o destruirás tu presente
Es muy difícil sanar un pasado trágico, pero es imprescindible poder hacerlo porque de otra manera solo estarás frenándote en cada paso que vayas a dar para salir adelante.
Ya nada puedes hacer por cambiar lo que te ocurrió siendo niña o adolescente; sin embargo, debes aprender de la experiencia para no caer en el mismo “agujero”. No es cuestión de olvidar porque es imposible, pero sí que puedes aceptar lo que te pasó, o buscar ayuda terapéutica para lograrlo y así poder seguir adelante con tu vida.
5 Aléjate de las personas tóxicas, sin darte cuenta te destruirán
Nada más terrible que tener que lidiar con alguien dañino. A veces es tu padre o tu madre, otras veces son “amistades”, jefes o compañeros de trabajo e incluso la misma persona con la que compartes cama todos los días.
Alguien tóxico se queja sin descanso, te hará culpable de sus conflictos, te criticará de manera mordaz, siempre tendrá una excusa para hacer algo y terminará dañándote si no pones un límite.
Sé que suena egoísta, pero por tu propia salud mental y emocional; evita rodearte de este tipo de personas porque saldrás con la autoestima destruida de esa relación.
6 Una buena autoestima es la medicina para recomponerte del daño que otros causaron
Es cierto. Al principio es complejo hallar cualidades y aspectos positivos en un ánimo maltratado; sin embargo, no es algo imposible de lograr.
Ve de a poco. Mirate al espejo y obsérvate bien. Mira tus ojos, su color, tu estatura, tu cabello, la contextura de tu cuerpo y comienza a decirte cuánto te amas y qué tan hermosa eres, ¡porque lo eres y no permitas que nadie te diga lo contrario!
Haz también una lista de tus cualidades y resáltalas mentalmente; observa tus rasgos personales menos favorables y dales un vuelco positivo; verás cómo cada herida que te hizo esa persona dañina poco a poco desaparece. Yo lo hice, y si yo pude, tú también.
7 No midas tu avance con las reglas de otro
Es como compararte, es dañino. Todos tenemos edades diferentes para lograr propósitos similares. Además, las metas tuyas jamás son similares a las de alguien más.
No te sientas mal porque tus hermanos se casaron a los 25 y tú llegaste a los 39 siendo soltera. No te avergüences porque tus compañeros de curso tienen 16 y tu 14 años (o al contrario). Esto aplica para cualquier actividad de la vida humana.
Unos querrán casarse y tener hijos, otros solo quieren tener gatos o perros. Otros más soñaron siempre con un trabajo, casa, carro y beca y tú solo deseas ser un caminante del mundo; nada hay de malo con las metas de los demás y las tuyas porque todos tenemos maneras diferentes de pensar y de lograr las cosas que anhelamos.
Vive tu vida porque tú y solo tú sabes cuánto te ha costado llegar hasta donde estás.
8 Solo tú eres responsable de tu felicidad
Y ligado con el punto anterior, vive tu vida como te apetezca, siempre y cuando no dañes a los demás, esfuérzate por ser feliz porque esa es solo responsabilidad tuya y nadie se esforzará por ti para ayudarte a lograr tus propósitos.
Estas 8 reglas de vida, aunque parecen sencillas, no lo son, pero igual no es imposible aplicarlas a la vida. Te aseguro que si las pones en práctica de manera cotidiana, podrás tener una vida plena.