El síndrome de alienación parental: Cómo identificarlo y detenerlo
Este desorden psicopatológico es muy frecuente entre matrimonios que pasan por un divorcio. Asegúrate que a tus hijos no les pase.
Emma E. Sánchez
Rosario y Arturo nunca tuvieron una relación saludable. Desde el noviazgo eran frecuentes las peleas entre ellos y muchos coincidieron en pensar que solo se casaron a raíz del embarazo de ella. Los años de matrimonio que pasaron juntos, fueron más bien motivados por el amor y la crianza de Felipe, su pequeño hijo, pero llegó un momento en el que ambos se ofendían y lastimaban a diario. La convivencia se tornó imposible y Felipe dejó de ser una razón para continuar viviendo bajo el mismo techo.
El divorcio fue terrible, cada reunión fue una lucha entre ambos y los abogados de uno y otro tuvieron muchísimas dificultades para llegar a acuerdos entre ambas partes y terminar con el matrimonio de manera civilizada. Rosario fue la más afectada emocionalmente, ya que nunca toleró la idea de que Arturo superara el divorcio, continuara con su vida y buscara rehacerla con otra persona. La cantidad de dinero que el juez impuso como pensión alimenticia, le pareció absurda a Rosario, por lo que siempre buscó la manera de que la cantidad aumentara o que Arturo cubriera más gastos de los que el niño requería. El hecho que terminó por mermar la salud mental de Rosario, fue enterarse que la custodia del niño sería compartida, por lo que ella estaba obligada a entregar a Felipe a su padre los fines de semana, días festivos y algunas otras ocasiones que se acordarían previamente. Ella estaba dispuesta a todo, menos a compartir a su hijo.
La furia de Rosario explotó cuando cierto domingo por la tarde, llegó Felipe muy contento por haber pasado tiempo con su papá y su nueva esposa. Habían pasado el día en un popular parque de diversiones, le habían comprado regalos y comieron todo lo que el niño quiso. Al irse a dormir, Felipe manifestó lo feliz que estaba y lo mucho que amaba a su padre. Rosario no puedo evitarlo, el sentimiento de odio fue mayor y desde el fondo de su orgullo herido dijo: “Tu padre no te ama, te abandonó”. Fue así que comenzó la declaración de guerra contra Arturo y una pesadilla donde Felipe fue la víctima inocente.
Te invito a leer: Cómo lidiar con tu ex esposa cuando hay hijos de por medio
Síntomas del síndrome de alienación parental
A continuación te comparto algunas de las características de este síndrome, que seguramente podrás identificar en el relato que acabo de contarte y que te ayudarán a entender de qué se trata este trastorno.
-
Hablar mal, insultar, ridiculizar y ofender al otro padre frente al niño.
-
Golpear o agredir al otro de manera física, psicológica o sexual en presencia del niño (sin que esto justifique hacerlo cuando los hijos no estén presentes).
-
Poner al niño en la disyuntiva de tener que decidir con qué padre le gusta estar, con quién se divierte más, con cuál de los dos prefiere vivir y la peor de todas: a quién quiere más.
-
Burlarse, exhibir o ridiculizar los sentimientos del niño por su padre o madre, según sea el caso.
-
Romper, destruir o despojar al niño de los objetos que el otro padre le haya obsequiado.
Advertisement -
Prohibir al niño ver o hablar de su padre o madre.
-
Amenazar al niño por ver, visitar o amar a su padre o madre.
-
Premiar al niño cuando tenga conductas inapropiadas hacia el otro padre.
-
Mentir e inventar problemas entre padre e hijo cada vez que salen juntos, inventar historias donde el padre daña y lastima al hijo de manera intencional, llegando inclusive a declarar que ha abusado sexualmente de él o ella.
Ayuda a tu hijo a superar el divorcio de sus padres
Las consecuencias
Los niños que han experimentado esta situación de alienación, pueden presentar disfunciones psicológicas muy variables, entre las que destaco las siguientes:
-
Son retraídos, tímidos o violentos.
-
Sus sentimientos y emociones tienden a polarizarse.
-
Padecen mucha frustración.
-
Son niños que llegan a aprender a manipular a los padres y a las personas a su alrededor.
Advertisement -
En casos extremos, pueden llegar a delinquir como una forma de castigar a los padres.
-
Rompen relaciones con ambos padres desvinculándose completamente de ellos.
-
Tienden a las manifestaciones de violencia.
La recuperación de la víctima
La historia de Rosario, Arturo y Felipe no tuvo un final feliz. El trastorno mental de Rosario degeneró en una paranoia que la incapacitó, por lo que debe usar fármacos constantemente. Siempre está de mal humor, se enoja porque nadie la visita y sus padres, ya mayores, están considerando internarla en algún centro psiquiátrico. Arturo formó otra familia, tiene hijos y aparentemente una buena vida, pero lo que debería ser una vida feliz, siempre se empaña con el recuerdo de Felipe, que tan pronto fue mayor de edad, abandonó la escuela y emigró de manera ilegal a otro país para jamás volver a saber de él.
Dado que este síndrome aún no es aceptado como un trastorno mental clínicamente hablando, hay pocos estudios sobre los métodos psiquiátricos y terapéuticos que puedan llevar a una recuperación del individuo. No obstante, por otra parte comienza a difundirse entre la sociedad y la comunidad médica, siendo el campo legal el que mayor conocimiento tiene de ello. Es ahí donde los abogados y miles de padres de familia afectados exponen sus casos y experiencias personales, se regulan las visitas a los hijos o definitivamente se otorga la custodia al otro padre, a otra persona o a una institución pública con la finalidad de garantizar la salud psicológica del niño.
Aquí, como en todo lo que vale la pena, la prevención es lo mejor.
Por último, te invito a leer: Doce consejos para que tu divorcio no afecte a tus hijos
Emma E. Sánchez
Pedagoga y Terapista familiar y de pareja. Casada y madre de tres hijas adultas. Enamorada de la Educación y la Literatura. Escribir sobre los temas familiares para ayudar a otros es mi mejor experiencia de vida.
