El valor de la convivencia familiar

La sociedad contemporánea ha generado un modo de vida sumamente agitado, donde el trabajo, la tecnología y demás ocupaciones, hace que muchas veces nos olvidemos de algo importante... La familia.

Sandra Díaz

Muchas veces no pensamos en la importancia que tiene nuestra familia, en todos los momentos, buenos malos, felices, tristes, incluso pequeños detalles que hasta entonces son irrelevantes. Y, sin embargo, siempre hemos escuchado sobre la importancia que es mantenerse unidos dentro del grupo familiar; es un mensaje que se escucha en la escuela, la iglesia, y la misma sociedad trata de inculcar dentro de nosotros una conciencia de unidad familiar. Con todo, pese a que escuchamos continuamente ese mensaje, hoy en día muchas veces parece caer en saco roto, ya que las reuniones con padres, hermanos, abuelos o tíos, se ven opacadas por el tan famoso “avance tecnológico”, el cual es el “responsable” de que no se pueda sostener una conversación entre un padre y su hijo, puesto que cada uno vive sumergido en el mundo de su celular, y hacen lo que mejor les parece, lastimosamente, no se disfruta como en verdad debe hacerse, y son los mismos miembros del núcleo, quienes se encargan de invertir en tener esa tecnología, sin pensar en las consecuencias tan dolorosas que esto acarrea, ya que cuando se está lejos de la familia es cuando se desea tener el tiempo que antes se perdió. Y es por eso que acá comparto algunos consejos para que aprovechemos al máximo el tiempo con nuestra familia:

Da tiempo de calidad

Muchas veces se tiene un enfoque erróneo sobre el tiempo de calidad, y no se confunda calidad con cantidad, ya que no por compartir 10 horas con tu familia, quiere decir que sea un excelente tiempo, con 30 minutos dedicados a disfrutar y compartir con algún miembro de la familia, sentirás que valió la pena y querrás hacerlo más a menudo.

Aprende a escuchar

Muchos disfrutamos hablando sin parar, pero, ¿nos hemos detenido a pensar lo que la otra persona siente? a los seres humanos nos gusta comunicarnos, pero lo hacemos de una forma equivocada, hablamos sin parar y no dejamos que los otros participen, parece que estuviéramos dando un discurso, con nuestra familia. Seamos condescendientes y dejemos hablar, entablemos una conversación, verán que poco a poco conoces más a esa persona, incluso, cuando creemos que ya sabemos “todo” sobre él o ella, descubriremos muchas sorpresas.

Establece la tradición de comer juntos

¿Cuándo fue la última vez que tu familia disfrutó de una comida juntos?, parece ser que es una pregunta con una respuesta sencilla, pero no es así. En los últimos años, todos los avances tecnológicos, y la pérdida de valores, han generado un horrible fenómeno, el cual es “cada quien come donde desea”, los niños comen en su habitación viendo televisión, incluso papá y mamá pueden comer “juntos” en la sala, pero atendiendo otras cosas. Nos hemos olvidado lo bonito que era que mamá llamara diciendo “hijos vengan a cenar”, y salir corriendo a lavarse las manos para sentarse a comer con papá y mamá, compartir tu día con ellos, reír o quedarse callados al saber que a alguien le fue mal, sentir esa empatía con tu familia, aprendamos a compartir, a saber apagar el televisor, el celular o el computador, para compartir con las personas que en verdad te aman.

Para concluir, la familia es la única que estará con nosotros sin importar lo que pase. Por lo tanto, debemos darle el valor que se merece, si crecimos solo con mamá o papá, o con los abuelos, incluso con tíos o primos, no importa: ellos se merecen lo mejor de nosotros, ya que es lo único que podemos ofrecer a esas personas que tanto se han esforzado por nosotros, ya que cuando uno tiene lejos a la familia, es cuando se da cuenta que cuando preferiste ver televisión en lugar de hablar con mamá, se perdió el tiempo. Aprovechemos cada momento para compartir, y vivir como si fuese el último día de nuestras vidas. Bendiciones infinitas para cada uno.

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Sandra Díaz

Sandra es de Colombia, le gusta escribir, reír y disfrutar de la vida junto a su amado esposo y su perro Chester.