En seis pasos prepárate para volver al trabajo después de convertirte en mamá
El regreso al trabajo después del periodo de maternidad puede ser difícil para algunas madres, ya que genera sentimientos encontrados, que van desde el extrañar las labores, al miedo a dejar al bebé y perderse valioso tiempo con ellos.
Ana Bertheau
A punto de terminar el periodo de descanso por mi maternidad, mi vida estaba hecha un lío: apenas comenzaba a aprender a cuidar de un bebé que en su totalidad dependía de mí, las desveladas estaban en su punto, las hormonas descontroladas, me recuperaba de la cesárea, nuestra rutina como pareja totalmente perdida, y un cúmulo de sentimientos y situaciones de suyo complicadas, que si estás pasando por esto sabes muy bien a lo que me refiero; o si estás a punto de vivirlo, no te preocupes, es una ecuación difícil de resolver pero no imposible.
Tomando en cuenta el terreno en el que estaba parada, y que acabo de mencionar en sus rasgos generales, además de tener un pie ya en la puerta para volver al trabajo, fue increíble el montón de sentimientos encontrados que tuve durante la semana previa a mi día cero. Muchas madres trabajadoras lo describen con una sola palabra: culpa. Sin embargo, yo no puedo catalogarlo con solo un adjetivo: son tantos los sentimientos que englobarlos todos en una palabra hace que la expresión quede incompleta.
Yo sentía enojo, porque mi situación financiera no me permitía dejar de laborar por lo menos un tiempo; impotencia, por no poder cambiar mi situación, también culpa y mucha, por dejar a mi nena al cuidado de alguien más y, por último, experimentaba muchísima tristeza, porque no quería perderme ni un segundo de la vida de mi bebé, ¡pues los niños crecen tan rápido! y yo quería ser la primera en ver todo lo que avanzaba. A pesar de todo lo negativo también sentía enormes ganas de volver a mi vida laboral. Contradictorio, ¿no?
Por otro lado, una amiga perdió su trabajo y pasó meses buscando otro, y su niño también es un bebé. Recuerdo cómo la animaba a que disfrutara a su bebé, puesto que era lo que yo más deseaba y, al final, cuando encontró un nuevo empleo, aquellos sentimientos que describo llegaron a ella, pero eso era lo que quería. Dirás, sin embargo, que para una nueva mamá es difícil el querer realizarse como persona y, a la vez, cumplir como la mejor madre y como esposa también. Todo esto, sin duda, genera sentimientos opuestos.
Por todo esto me gustaría compartir contigo las razones que me motivaron para levantarme día a día para ir a trabajar después de convertirme en mamá; no fue fácil, y tuvieron que pasar algunos meses para poder adaptarme a mi nueva vida, mas es posible y muy satisfactorio:
1. Si eres parte, o todo el sustento de tu familia,
siéntete orgullosa de combinar la tarea de mantener un hogar y de cuidarlo al mismo tiempo, porque no es fácil y conlleva una gran organización y esfuerzo de parte de todos los miembros del núcleo familiar.
2. Ten la certeza de que con tu ejemplo le estás enseñando una gran lección a tu bebé
La vida no es sencilla y se debe trabajar duro para conseguir lo que se quiere. Más adelante podrás enseñarle el verdadero valor del dinero, la perseverancia y la disciplina que se requieren para conseguir que los sueños se conviertan en realidad.
3. No tiene nada de malo disfrutar tu trabajo
, al contrario, considera que éste ya lo tenías antes de que acontecieran todos estos cambios; es parte de tu vida anterior, y es incluso una cuestión normal que lo extrañes.
4. Ahora, si tu trabajo no te gusta o tal vez sus horarios son exigentes completos, no te desanimes, en tus días libres y descansos
proporciona a tu bebé tiempo de calidad
; este tiempo vale más que cualquier casa limpia, una vida llena de comodidades u otra cosa material.
5. En esos días en que sientas que no puedes más y quieras tirar la toalla,
desahógate con una persona de mucha confianza
; mi esposo fue un pilar en el proceso y cuando él estaba ocupado en sus actividades, platiqué mucho con una amiga, ya que nuestra situación era similar y podíamos entendernos y apoyarnos mutuamente.
6. Y, sobre todo, no lo olvides:
antes de ser mamá, eres una persona completa, que necesita equilibrio en su vida
. Querer desarrollarse en el ámbito laboral no te hace una mala madre, tal vez te implique darle mucho tiempo y que, por lo mismo, no veas a tu pequeño como quisieras, pero, recuerda, si eso te hace feliz, al mismo tiempo, y ten la seguridad de ello, haces feliz a tu familia. ¿Por qué?, ¿cómo?, te preguntarás. ¡Es fácil! Porque te vuelves una persona completa, equilibrada, satisfecha, y todo eso lo absorberá tu bebé de ti. ¿Quieres un plus? Los niños aprenden con el ejemplo, ¿no?, ¡perfecto!, les estás dando un excelente ejemplo para cuando crezcan.
Lo último que me queda por aconsejarte es que busques a alguien de total confianza para que se encargue de tu más preciado tesoro. Créeme que esa decisión aleja la mitad de los sentimientos acumulados al momento de regresar a trabajar.