¿Eres el grinch de Navidad?
La Navidad todos la disfrutan de distintas maneras, pero otros la disfrutamos menos y eso nos hace ser el Grinch de la Navidad.
Erika Patricia Otero
La navidad es época de felicidad, reencuentro familiar, amor, reconciliación, comida deliciosa, alegres cantos, fe y esperanza.
Sí, ciertamente es una temporada muy esperada por muchas personas alrededor del mundo; sin embargo, para otros, no la disfrutamos particularmente. Es más, una de las cosas que más deseo desde algún tiempo, es conseguir un disfraz del Grinch; es la única manera que creo podría disfrutarla.
Podría expandirme relatando mil y un razones -que las tengo- para aborrecerla, pero ese no es el tema. El punto importante es que tengo motivos para que no me guste, igual que el Grinch.
Lo que me hace peor tolerar la Navidad es que a todos en casa les gusta. Pero no yo, yo me “pongo verde” desde mitad de noviembre; momento en que mi sobrino empieza a presionar para decorar la casa. Sin embargo, este año me salí con la mía y no tuve que meter mano en ninguna de las decoraciones.
Sé que quien me lea se preguntará si le amargo la fiesta a los que me rodean. La realidad es que no; no soy una niña que hará una pataleta porque mi familia la disfruta y no se une a mi descargo de amargura. Más bien, lo que hago es unirme a ellos y tratar de pasar el mejor momento. Yo trato de darle un matiz diferente: el de la reunión familiar. Yo les muestro afecto y les regalo un buen momento mientras yo me cargo de lindos recuerdos.
Eso, recopilo recuerdos porque sé que en algún momento no vamos a estar una Navidad más juntos. Trato de darles lo mejor de mí, mientras mi Grinch interno puja por salir a robar el árbol y esconder los regalos (añade risa malvada).
¿Existen motivos para no gustar de la Navidad?
“Odiar” la navidad no surge espontáneamente. A quienes no nos gusta, tenemos motivos muy fuertes para no querer pasar por esa época del año. En mi caso me gustaría que el año saltara de Octubre a Enero. Además, que Noviembre y Diciembre desaparecieran del calendario.
De niña, yo esperaba la Navidad con ilusión, pero las cosas cambiaron mucho cuando me hice adolescente. Para ese tiempo, las necesidad económicas eran muchas. A mí me importaba poco, pero ver a mi hermana pasarla mal por la ausencia de mi padre, me amargaba.
Mi madre se las ingeniaba para decorar la casa. Nuestro árbol navideño por años fue una palma areca mediana; esta la decorábamos con cajitas de fósforos pintadas de rojo y moñitos pequeños rojos. Nuestra cena navideña era simple, pero todo estaba lleno de amor.
El Año Nuevo era un mar de lágrimas porque mi hermana lloraba mucho por el abandono. Yo solo quería irme a dormir llena de rabia; deseaba que llegara el 1 de enero para ver televisión y seguir con la vida.
Era intolerable para mí ver a todo el mundo feliz en familia, mientras mi madre la pasaba mal por ver sufrir a mi hermana.
Los regalos o la comida siempre me han dado igual; ver sufrir a mi familia, eso sí que no lo puedo tolerar. Y es por ello que me convertí en el Grinch de Navidad.
4 Señales que delatan que eres el Grinch
1 Te da flojera y rabia decorar la casa y ponerla festiva
En Colombia, las emisoras comienzan casi que desde Septiembre a anunciar la Navidad. Desde ese momento comienza mi suplicio.
Lo que es peor es que los vecinos tampoco ayudan mucho. Al ser un país latinoamericano, la fiesta se lleva en la sangre. Así que no es raro escuchar a todo volumen, música típica de la temporada, propagandas navideñas y villancicos.
Con la música vienen los escaparates llenos de árboles navideños, luces multicolores y más decoraciones. Las calles se llenan de decoraciones brillantes. Son hermosas y me gusta verlas, no lo puedo negar, pero hasta ahí.
Mi problema llega cuando la presión recae en mi familia. Mi madre y mi sobrino adoran la Navidad. Si por ellos fuera, hasta las sillas tendrían luces y bolas de colores.
2 La música navideña te desespera
Esto es algo que apenas puedo tolerar.
¿Has visto esas escenas en las películas donde la gente se revuelca en la cama y se tapa los oídos? Bueno, me pasa un poco de esa manera.
Puedo tolerar la música festiva de estas épocas, pero hasta cierto punto. Cuando ya rebasa una hora decente (algo casi imposible en Colombia) ya no puedo más. Lo que hago es irme a dormir tapándome la cabeza y refunfuñar.
3 Te da igual que no te inviten a celebraciones familiares por las fiestas
A mí no me afecta para nada que me ignoren y no me inviten a fiestas navideñas. En parte porque no las disfruto, el ruido me molesta mucho; y por otra parte, porque me molestan estar rodea de grandes grupos de personas debido a mi ansiedad social.
Ahora bien, no me agrada la gente que te invita porque “toca”. No soy alguien que trate a las personas por hipocresía y me alejo rápidamente de personas con ese talante.
La Navidad se presta para que gente a la que no le agradas, se te acerque con la excusa de “hacer las pases”. No, gracias, yo prefiero mantenerme lejos de las lisonjeras de ese tipo de personas.
4 Quieres estar solo en Navidad y Año nuevo
Para mí, la soledad es igual a paz y es algo que anhelo, pido y suplico especialmente estas fechas.
Si no tengo que ir a ninguna parte, “por cortesía”, disfruto de quedarme en casa viendo televisión, leyendo, o durmiendo. No necesito nada más que eso para ser feliz.
Esta publicación no tiene el fin de llevarte a ver la Navidad como una celebración negativa. Más bien es para que veas que no todos percibimos esta época como la más bella del año.
Todos tenemos derecho a sentirnos diferente respecto a una celebración y esta es solo una muestra de la variedad de gustos que existen en el planeta.
De todas maneras, te deseo una muy Feliz Navidad y un próspero Año Nuevo.