¿Eres soltero? Créemelo: estar casado es lo mejor

Mis amigos solteros dicen ser felices. Yo ya viví esa vida y fui muy feliz. Pero estar casado es definitivamente mejor.

Rafael Vázquez

Cuando era soltero hacía muchas cosas: salía con amigos, iba a fiestas, iba a la escuela, trabajaba, emprendía proyectos y era muy feliz. Desde que me casé las salidas con amigos fueron menos frecuentes, pero no desaparecieron y lo mismo pasa con las fiestas. Seguí yendo a la escuela, seguí trabajando, seguí emprendiendo proyectos pero lo mejor de todo es que soy más feliz.

Mi experiencia del matrimonio

Pronto cumpliré diez años de haberme casado. Es la primera vez y ha sido toda una aventura. Me han pasado cosas desagradables, he tenido que atravesar amarguras muy severas; también he sido el culpable de muchas preocupaciones y lágrimas de mi esposa. Sin embargo, también he podido probar las mieles del perdón, la reconciliación y el logro de proyectos en conjunto, así como he podido descubrir nuevas capacidades en mí que no creía tener.

No te daré la típica lista de por qué es genial la vida de casado, solo voy a compartir contigo lo que a mí más me gusta o aquello que me ha impresionado del matrimonio; otro día te puedo platicar lo que no me gusta, pero hoy me siento bendecido y optimista.

1. La intimidad

No lo oculto, una de las cosas que más disfruto de estar casado es la intimidad conyugal. Es increíblemente liberadora la sensación de saber que puedes expresar libremente y sin resquemores, dudas o miedos el amor en el plano físico. La sexualidad es un terreno maravilloso que potencia la unión en muchos más niveles y aspectos de los que parece beneficiar.

2. Mi crecimiento personal

Cuando me casé llevaba dos años avanzando muy lentamente en mis estudios profesionales, luego en un año terminé mis créditos y poco tiempo después pude obtener mi título. Me sorprendió ver cómo mi capacidad de concentración se incrementó gracias al asidero emocional que implica una relación estable y formal con mi esposa.

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3. Mi gusto por la cocina

Quizás esto sea lo más romántico que alcanzo a ser, pero me gusta ayudar a mi esposa; quien entre el cuidado de los niños y el estudio o el trabajo, a veces no se da abasto. Así que ha habido temporadas enteras en las que soy yo el que cocina y… ¡me gusta!

El gozo en tu vida sexual empieza en la cocina

4. Nunca estoy solo

Sé que muchos solteros dirán que valoran infinitamente su soledad. Les aclaro que (como el conde Drácula) yo también protejo mi derecho a mis ratos para “estar a solas con mis pensamientos”. Pero cuando hay alegrías, entusiasmos, proyectos nuevos o cumplidos; o cuando hay ratos difíciles, duelos, desafíos, enfermedades, tristeza o enojo, siempre tengo a mi esposa que me recibe en casa, me habla, me escucha, me consuela, me anima y hasta permite que me quede dormido entre sus brazos.

5. Soy más seguro de mí mismo

Por alguna razón, saberme amado y necesario, saber que alguien confía en que dé lo mejor de mí, que alguien me espera en casa, que participa de mi felicidad y puede sostenerme en mis dificultades me hace ser un hombre más seguro.

Todas las personas que me conocen se han sorprendido de cuanto he cambiado para bien desde mi matrimonio. No es que yo haya sido un monstruo o un criminal, pero sí ha sido muy evidente cómo el matrimonio ha sido el eje rector de mi vida, dejando en el paso del tiempo muchas más cosas buenas que malas, porque incluso las desagradables se han escrito en el Libro Sagrado de la Experiencia.

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Debo reiterarlo: no ha sido fácil, pero esta es la más profunda de mis reflexiones sobre el matrimonio. Lo más satisfactorio que me ha pasado es vivir con una chica hermosa que me sonríe, que me ha confiado su vida, su salud, su bienestar, su felicidad, y que cree plenamente en mi capacidad para honrar esa confianza. Si así ha sido hasta hoy, definitivamente el matrimonio me ha sentado muy bien. ¿No se animan?

Si quieres ahondar en el tema, te invito a

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