¿Eres un analfabeta emocional? Cuando la intelectualidad está sobre todo y tu cerebro NO tiene un corazón
Hay personas que dedican sus vidas a la adquisición de conocimiento, poniendo por encima de todo a la educación, pero olvidando lamentablemente que no somos sólo seres pensantes sino personas que sentimos y socializamos.
Viviana Domínguez
Cuando nos quedamos en el Jardín de Infantes de las emociones
Siempre que elijo un tema es porque de alguna manera me siento conectada, ya sea porque lo experimento en mi vida o con alguien cercano, así es con el tema de la intelectualización. En mi familia, mi madre nos inculcó desde pequeños la importancia de educarnos, a todos por igual, bueno o casi, es entendido que con el primer hijo uno sea un poco más exigente y constante, y así fue con el caso de mi hermana mayor, ella desde pequeña sobresalió en los estudios, completó 10 años de piano, Inglés, terminó la Universidad, luego se fue al exterior de su país y terminó un doctorado en Ciencias de la educación, y las cosas no terminaron ahí, sus hijos actualmente son brillantes en sus carreras, también han terminado un doctorado, cosa que enorgullece a toda la familia,
No obstante, el esfuerzo por desarrollar las habilidades intelectuales, los ha alejado de una vida social y emocional llevadera. Y es que así ocurre cuando desarrollamos un aspecto de nuestro ser y descuidamos los otros, en verdad en la vida se necesita un balance en todas las cosas, y al hablar de inteligencia emocional, también lleva un aprendizaje continuo, igual que el de la escuela regular, no sea que nos quedemos en el Jardín de Infantes.
Desarrollo de la Inteligencia emocional; no quedarnos en el analfabetismo
Recuerdo que hace años atrás haber leí el libro de la “Inteligencia emocional” del autor Daniel Goleman, quien fue a la vez quien revivió el concepto y a importancia de cuidarla y desarrollarla al igual que nuestra inteligencia Intelectual.
En su obra, él destaca que en las últimas décadas había una constante tendencia a creer que el éxito de una persona estaba directamente relacionado con su CI (Cociente Intelectual), aspecto que los investigadores comenzaron a detectar que no era tan así, sino que más bien el éxito depende más de la Inteligencia emocional de la persona, o sea en la capacidad de manejar las emociones y de interactuar con el otro en sociedad.
Si nos ponemos a pensar muchas de las decisiones que tomamos surgen de nuestras emociones, cada situación que vivimos a diario, en el trabajo, con amigos o en familia, produce una emoción, ya sea de enojo, tristeza, alegría, calma, o ansiedad. Para poder crecer emocionalmente junto con el crecimiento intelectual debemos primero saber cuales son los aspectos que debemos enfocarnos para dejar de ser analfabetos emocionales.
Cuando nos quedamos en los tres años de edad emocional
Puede parecer chistoso, pero si observas a tu alrededor en los lugares de trabajo, encontramos a muchas personas que aún reaccionan como una criatura de 3 años, son aquellas que se enojan fácil ante un NO, o realizan desplantes en medio de una reunión importante, claro no se tiran al piso porque sería muy obvio, veamos algunas características de personas que aún no aprendieron ni el alfabeto emocional:
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Incapaces de entender sus propias emociones.
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Tampoco pueden entender las emociones de los demás, por su sentido egocentrista.
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Existe una única realidad, la que ellos sufren.
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Habilidades sociales reducidas.
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Poca habilidad comunicacional o asertiva, son muy directos y rígidos.
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Gustan de ganar o tener la razón ante cualquier situación.
Siempre hay tiempo para aprender
El psicólogo y autor de la obra “Inteligencia Emocional”, Daniel Goleman, detalla algunos puntos para empezar a educarnos en esta área.
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Conocer y reconocer nuestras emociones y sentimientos: es importante detenerse ante una situación incómoda y preguntarse qué es lo que se siente, o qué nos hizo sentir así.
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Aprender a manejar las emociones, no se habla de control, porque esto produce una reacción adversa, sin embargo, al reconocer lo que sentimos, podemos hacer mejor manejo de la situación.
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Ser paciente con uno mismo, y no autocríticos, será la motivación para seguir el camino de aprendizaje.
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Empatía, al conocer nuestras propias emociones, seremos capaces de reconocerlas en el otro, permitiéndonos estar en el lugar del otro, y así comprendiendo la necesidad o emoción ajena.
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Desarrollar una vida interpersonal, aprender a vivir y comunicarse con los otros, es fundamental en el desarrollo de nuestra Inteligencia Emocional, en verdad es donde ponemos a prueba nuestra capacidad emocional.
Conclusión
Recuerdo que leer el libro del Dr. Goleman fue el inicio de un camino de crecimiento emocional, aprendí a identificar cuáles son mis emociones y cómo lidiar con ella, si eran aceptables a la situación, o eran reacciones de experiencias anteriores.
Todo ayuda, y todo sirve, si aún sientes que necesitas aprender un poco más sobre tu Inteligencia Emocional, ésta es una buena oportunidad de empezar.