¿Eres una madre agotada?, ésta es la solución
Conoce los secretos para planificar tu tiempo, cuando tu bebé duerme.
Adriana Acosta Bujan
Planifica tu horario cuando se duerme tu bebé
Muy temprano escuchaba el sonido del despertador y mi mente me decía cinco minutos más por favor. Pasaban diez minutos y mi cerebro comenzaba a reaccionar. Era la hora de levantarse y empezar el largo día.
Mis pasos se dirigían a la habitación de mi hijo, mientras lo observaba jugando con sus muñecos de peluche, le daba su mamila con leche tibia, después cambiaba su pañal y lo vestía. Cuando estaba listo, nos dirigíamos a la cocina para preparar el desayuno familiar.
Recuerdo que colocaba a mi bebé dentro del corral o lo sentaba en una sillita, para que pudiera hacer mis cosas. Mi hijo siempre me acompañó a todos lados, mientras me bañaba, él estaba en su sillita. Mientras limpiaba la casa, él estaba en su sillita, siempre conmigo.
Mis ojos no se cerraban ni parpadeaban, porque tenía que supervisarlo todo el tiempo. En realidad era muy agotador. Sin embargo, cuando él tomaba su siesta yo aprovechaba y dormía con él.
Mi técnica funcionó durante un tiempo, pero luego me percaté que no era lo mejor, ya que todos mis pendientes se acumulaban y por lo tanto, me sentía fatal.
Por ello, ahora te cuento, cómo logré planificar mi tiempo con los horarios de sueño de mi hijo. En realidad me ayudó mucho para aligerar las cargas de todas mis responsabilidades.
-
Un objetivo al día
Mi responsabilidad más importante era cuidar a mi bebé, sin olvidar que tenía mil pendientes por hacer. Sin embargo, realicé una lista de objetivos y metas que debía cumplir por día. Lo que hice fue distribuir y administrar mi tiempo en base al horario de sueño de mi hijo.
Enlisté las prioridades, cuando dormía mi bebé, lavaba los platos, tendía las camas o me duchaba. Pero nunca lo hacía agobiada o preocupada pensando en las millones de cosas que debía hacer después.
-
Aprendí los horarios específicos
Como madre conocía los horarios de descanso de mi hijo, así que clasifiqué mis pendientes de acuerdo a sus horas de sueño.
Por ejemplo: en las mañanas él solía despertar a las 7 de la mañana y volvía a dormir a las 10 am; eso significaba que contaba con dos horas libres.
Así que me di la tarea de organizar las cosas que tenía que hacer, sólo por las mañanas. Me dedicaba al preparar la comida, hacer el quehacer de la casa y pagar mis cuentas.
-
Consentirme
Muchas veces las madres dejamos de pensar en nosotras mismas por dedicar toda nuestra vida a la crianza de los hijos. Olvidamos que nosotras también tenemos necesidades y que debemos consentirnos para poder estar bien.
Así que por las mañanas realizaba mis pendientes, por las tardes el tiempo se lo dedicaba a mi hijo y por las noches era mis horas libres para consentirme.
Por lo común me acostaba para ver una película o serie, leía un libro o escuchaba música. Incluso aprovechaba para llamar a mis seres queridos y ponerme al tanto de sus vidas.
-
Momentos de relajación
La diversión de mi bebé durante la noche, la cambié por momentos de relajación. Cuando él se encontraba despierto y con una pila de energías, yo lo tranquilizaba. Por ejemplo: siempre solíamos escuchar música relajante o de meditación, le daba un buen baño o le leía un cuento.
Así también me relajaba al mismo tiempo, reponiendo mis energía y sintiéndome mucho mejor anímicamente. Hasta que lograba dormir.
-
Apoyo y ayuda
Mi esposo siempre estuvo ahí para apoyarme y ayudarme a cuidar a mi bebé. Cuando él lograba dormir a nuestro hijo. Entonces sabíamos que era tiempo especial para disfrutar en pareja.
A pesar de saber que nuestro hijo era la prioridad en nuestras vidas, nunca dejamos de renovar nuestros lazos de amor. El tiempo de calidad era fundamental para romper con la rutina y alejarnos de los agobios del día.
Incluso, decidimos contratar a una persona que me ayudaba con la limpieza del hogar. Con la finalidad de sentirme más relajada y menos agobiada.
-
Romper con la rutina los fines de semana
Los fines de semana eran especiales, dedicaba el tiempo libre que me daba mi bebé cuando dormía para hacer las cosas que más me gustaban. No tenía pendientes, así que por lo general siempre íbamos a pasear a casa de los abuelos o amigos cercanos.
Cuando íbamos a casa de mis padres, siempre solía recostarme un rato, ya que confiaba en que ellos cuidarían de su nieto con mucho amor y responsabilidad. Cuando dormía mi hijo, aprovechábamos el tiempo para conversar o pasar buenos momentos.
-
Más práctica
Antes dedicaba horas y horas para preparar los alimentos de mi hijo, hervía las verduras y las hacia puré. Sin embargo, me percaté que desperdiciaba horas de mi tiempo libre para cosas que se pueden resolver más fácilmente.
No me da pena confesarlo, puesto que yo sí compraba comida especial para bebés en las tiendas de autoservicio. Así que era más práctica y no me complicaba la vida. Gracias a ello pude lograr planificar mis tiempos.
-
Organizar la casa
Algo que me funcionó para organizar mi hogar más rápido y fácil, fue comprar muchos cestos de plástico para guardar cosas. Comencé a clasificarlos y adornarlos. De ese modo no invertía mucho tiempo para recoger el desorden.
Incluso, dejé de colocar adornos pequeños en la sala, comedor y habitaciones y todos los objetos que sólo hacían bulto y acumulaban polvo. Mientras mi pequeño dormía como un angelito, yo rápidamente recogía, ordenaba y limpiaba.
Puede ser muy agotador el trabajo de las madres, pero el secreto para poder disfrutar el tiempo y hacer que te rinda, es la organización y saber priorizar los pendientes. Aprovecha el tiempo que duerme tu bebé y recuerda establecer tus metas por día, así como dedicar horas para consentirte y relajarte.
Recuerda los hijos crecen muy rápido, en un abrir y cerrar de ojos. Con mayor razón debes aprender a planificar tu tiempo y disfrutar al máximo cada experiencia a lado de tu bebé y familia.