Es posible sanar las heridas del abuso
Es una tragedia que un niño sea víctima de cualquier tipo de abuso. La mayoría nunca buscan ayuda hasta que su mundo se está desmoronando. Tomar la decisión de buscar ayuda nunca será lo más fácil pe...
Denhi Chaney
Una de las mayores tragedias que le pueden suceder a un niño es ser víctima de abuso
. Desdichadamente, la incidencia es alta y el causante es regularmente algún familiar o alguien cercano. Y, a pesar de que el abuso puede ser de tipo físico, sexual o mental, las consecuencias son, si no similares, sí igualmente profundas y devastadoras. Los estudios indican que la mayoría de las personas que han sufrido de abuso, de alguna manera siguen adelante, crecen y llegan a ser adultos. Salvo que son adultos que caminan arrastrando al niño herido por dentro, de tal manera que la persona que ha sufrido de abuso mantiene un secreto que tal vez nadie más sabe, y trata de ocultarlo de todos, incluso de sí misma. El problema es que a veces lo logra, y cuando la persona oculta el problema, borrándolo incluso de su memoria, hace que sea todavía más difícil brindarle ayuda.
La mayoría de las personas que han sufrido de abuso no saben qué hacer
, y algunos hasta llegamos a pensar que podemos vivir con las heridas, o peor aún llegamos a pensar que ya no hay heridas, al fin y al cabo creemos que ya lo superamos. Pero es esencial saber que nuestro cuerpo y nuestra estabilidad emocional siempre van a ser testigos de lo que sucedió en el pasado, por más que nosotros lo neguemos conscientemente. Un día será imposible evadirlo pues nuestras emociones de una manera o de otra, tienden a salir a flote, consciente o inconscientemente, ya sea en forma de depresión, ansiedad o de ira contenida. Es ahí cuando sabremos que desde el pasado subconsciente nuestro cuerpo nos está hablando. Es momento de enfrentarlo y superarlo de una vez por todas. Lo mereces tú, lo merece cada persona afectada, y aún más importante: lo merece tu niño cuando ha sido él quien ha sido lastimado.
En cuestiones de sanar emocionalmente, las cosas parecerán siempre sentirse peor antes de empezar a que se sientan mejor. Es conveniente buscar ayuda profesional, y cuando uno finalmente acepta que esto nos sucedió a nosotros, todas esas emociones que queríamos ahogar salen a flote. Por un momento sentimos tangiblemente que nos estamos ahogando y que todas estas emociones nos harán explotar, pero paciencia: ninguna emoción te hará explotar. Esto solamente indica que el progreso está en camino y como un iceberg estás descubriendo todo lo que estaba por debajo del mar para un día salir completamente a flote. Esta etapa es crucial, no dejes de ir con tu profesional de elección, no dejes de hacer ejercicio y disfrutar de tus hobbies favoritos, no dejes de hablar con familiares que sean seguros y sean una fuente de apoyo, no dejes de escribir lo que sientes, no dejes de estar presente aunque sea difícil. Créeme esta etapa no durará para siempre.
Cuando la etapa más difícil se ablanda, por así decirlo, ya que nada de esto es fácil, llega la etapa de muchos descubrimientos, cambiar tu forma de pensar de ti misma y de los demás. Una de las primeras grandes bendiciones que sentirás, es el alivio de saber lo primordial: que nada de esto fue tu culpa, que tú no lo causaste, lo cual es una mentira que nos habíamos dicho y nos hiere profundamente. Poco a poco te verás con ojos de misericordia y verás la maravillosa persona frente a tus ojos, un sobreviviente a pesar de pasar por una experiencia tan difícil. Cuando te veas como un adulto con misericordia será inevitable que no veas al niño dentro de ti y no busques cuidarlo y amarlo; después de todo ya no eres un niño y esta vez tú harás todo lo posible por cuidar de él. Poco después el aire que respiras será más puro, más limpio y aunque habrá días que aun serán difíciles, el volcán dentro de ti ya no explotará: has lidiado con él, y has vencido.
Tomar la decisión de sanar será una de las decisiones más difíciles pero al mismo tiempo una de las más importantes que tomes. Todo el progreso que hagas no solamente te impactará a ti personalmente, sino a generaciones por venir. Te convertirás en lo que los profesionales llamamos el “personaje de transición generacional”, que no es nada menos que la persona que decide que de ahí en adelante el abuso ya no tendrá cabida en ese linaje; Es la persona que absorbe los errores de otros para cambiarse a sí mismo y el futuro de su propia familia, es aquél que sufre en el presente para que generaciones futuras no lo hagan, y este personaje de transición generacional puede ser nada más ni nada menos que tú. Sí, es cierto, estoy consciente de que en realidad no te estoy dando ninguna solución práctica, pero al menos puedo darte esta certeza: de que uno puede lidiar con esos demonios personales del pasado, y salir victorioso.