¿Está listo tu hijo para el mundo real?
Siempre estarás dispuesta para ayudar a tu hijo, pero también debes prepararlo para enfrentar los retos del mundo real.
Fernanda Gonzalez Casafús
Nos encantaría tenerlos en una cajita de cristal. Pero deben salir al mundo. Estarás ahí para apoyarlo y ayudarlo en todo, pero lo cierto es que ellos necesitan libertad y sentirse confiados y seguros. Y ello está en tus manos.
Hace un tiempo escuché a alguien muy cercano quejarse acerca de las pocas habilidades domésticas que tenía su hijo adulto. Y entre mí pensaba, “la culpa no es del cerdo sino de quien le da de comer”, como decía mi abuela. Tal vez seas adulto y tú también te encuentres que hay muchas cosas que deberías haber aprendido antes de toparte de un sopetón con el mundo real.
La comodidad es un enemigo
Claro que los hijos harán su experiencia y hay cosas que las aprenderán al andar. Pero podemos guiarlos hacia un aprendizaje más fructífero y hacia el verdadero mundo real. Y la pasividad es un enemigo del aprendizaje.
Ésto es: si tu hijo quiere agua, y ya tiene edad suficiente para abrir el refrigerador y servirse un vaso, puede hacerlo por sí mismo. Y si esa botella no puede abrirla inmediatamente, no estaremos de un brinco a su lado solucionando el problema, sino insistiendo que use su fuerza y animándolo a que lo logre. Estará a aprendiendo así a que las cosas puede hacerlas por sí mismo y se sentirá confiado.
El mundo real es mucho más que abrir una botella sin ayuda. Así que si quieres preparar a tus hijos para enfrentar el mundo puedes aplicar algunos consejos.
1.Rutinas
“El hábito hace al monje”, dice el dicho. Las rutinas forman parte de la vida diaria, por lo que es positivo que tu hijo las aprenda desde pequeño. Los expertos aconsejan utilizar rutinas diarias para una mejor organización mental, así como para preparar al niño a manejar su ansiedad y para guiar el comportamiento. El cepillado de dientes antes de dormir, el lavado de manos y la oración antes de comer, entre otras, son prácticas que imprimen constancia y apoyan las habilidades de los niños.
2.Buenos modales
Decir hola y adiós, sentarse a la mesa para comer (y no llevarle la comida donde él esté jugando), esperar su turno para hablar, no interrumpir cuando alguien habla, pedir permiso, ceder el asiento, son algunos ejemplos de buenos modales que podemos inculcar en nuestros hijos cuando son pequeños. El buen comportamiento es señal de respeto hacia los demás, y ésto lo necesitará para su vida diaria, social y laboral.
3.Usar el cuchillo y las tijeras
Muchos se asombran de que mis hijos de casi 4 y 6 años utilicen las tijeras a la perfección. No es que es algo que los prepare puntualmente para el mundo real, pero sí los prepara el propósito que viene detrás de ello. Cuando a mi hijo comencé a darle la tijera él sintió que yo confiaba en él y que podría lograrlo. Y lo mismo cuando me pide usar el vaso de vidrio o el cuchillo. Siempre con supervisión, es una práctica que, además de desarrollar su motricidad fina, desplegará su autoestima.
4.Acomodar su propia ropa
Acomodar sus cosas, ordenar su cuarto y guardar su ropa son cosas que los niños pueden aprender y le servirán para el mundo real. Sigo intentando enseñar a mis hijos acerca de ello. Cuando entran a bañarse, les estoy enseñando que coloquen su ropa en el cesto de la ropa sucia y que vayan a su cajón y escojan ropa limpia. O que no dejen su ropa tirada. Ayer mi hijo, por ejemplo, buscaba el disfraz del hombre araña. Le dije que estaba sucio porque él lo había dejado en el patio tirado (cuando le había pedido que por favor lo llevara adentro). Rompió a llorar pero aprendió una gran lección.
5.Lavar su taza después de merendar
Es una práctica que nos aconsejaron las maestras de la escuela de mi hija y me dio mucho agrado el consejo. Cuando sean más grandes podrán lavar los platos, pero mientras tanto, lavar su taza tiene implícito el sentido de la responsabilidad, el cuidado, la organización, y la colaboración con el otro.
6.Valorando la amistad
Ser un buen amigo y rodearse de ellos es una de las mejores enseñanzas que puedes dejar a tu hijo para el mundo real. Enseñar acerca del valor de la amistad desarrollará su habilidad social y lo ayudará a pedir ayuda cuando lo necesite, así como a cuidar y respetar al otro. Para ello, puedes comenzar por fortalecer sus vínculos en la infancia, animarlo a pedir perdón cuando hizo daño a un amigo, o a perdonar, y conversar con él acerca de la importancia de los amigos.
7.Tareas domésticas
Mi padre hacía todas las tareas del hogar y se complementaba a la perfección con mi madre. No necesitaba de su esposa para tener la comida lista para los chicos, y sabía perfectamente planchar, lavar y limpiar. Ésto no sólo le dio autonomía sino que funcionó para la dinámica familiar, cuando mi madre trabajaba muchas horas y mi padre tenía un trabajo irregular. Puedes comenzar desde muy pequeños: AQUÍ tienes una lista de las tareas domésticas que pueden hacer tus hijos según su edad.
8.Administración del dinero
La alcancía es el primer método que se nos ocurre cuando queremos enseñar a los más pequeños acerca de la importancia de ahorrar dinero. Pero hay unos cuantos más: evitar las compras impulsivas, reparar las cosas antes de decidirse a tirar, o darles dinero cada fin de semana por haber cumplimentado sus tareas semanales. La última Pascua con mis hijos hicimos huevos de chocolate y lo vendieron a los familiares. Con el dinero recaudado se compraron algo que les gustaba mucho. Así aprendieron a esforzarse por obtener lo que quieren, y que el dinero no aparece por arte de magia en los bolsillos de mamá y papá.
9.Ganar y perder
Hay una etapa en la que los niños se frustran demasiado al perder. Pero esa frustración debería ir mermando con el tiempo, para dar lugar a una auto competitividad que los ayude a entender que en la vida a veces se gana y otras se pierde. No lo ayudas si lo dejas siempre ganar o si se sale con la suya, pues en la vida real no siempre ganará. Muéstrale que lo importante es intentarlo y no ganar en sí. Puedes hacerlo mientras juegan un juego de mesa, o felicitándolo por su esfuerzo aún si ha perdido una carrera o un partido de su deporte favorito.
El mundo real es duro y no siempre como esperamos. Pero con sólidas herramientas y con un gran sentido de la responsabilidad y la autonomía, nuestro hijo podrá enfrentar cualquier obstáculo. Y aunque siempre estarás allí, nada será comparable a la felicidad que te dará verlo independiente y seguro de sí mismo. ¡Anímate, y dale riendas!