Estas 5 maneras de discutir ARRUINARÁN tu matrimonio; si utilizas la quinta estás destinada al divorcio
La manera en que discutes determina cuanto durará tu matrimonio. Ten cuidado de evitar a toda costa la numero 5.
Zaida Libertini
Seguramente conoces a alguien que constantemente proclama que todos los matrimonios discuten; que discutir es natural y parte de la relación. Frecuentemente, las personas que viven con este lema lo hacen para justificar las malas relaciones que mantienen. Si, es cierto que todos los matrimonios tienen discusiones, pero la manera en que lo hacen varía, y es muy importante a la hora de determinar el éxito de la relación.
Si la manera en que discutes te hace sentir que necesitas justificar las riñas con tu marido con un “todos los matrimonios lo hacen”, seguramente no lo estas haciendo de la manera más sana.
En su libro, Discute Menos, Ama Mas, Laurie Puhn explica que uno de los factores más importantes para lograr discusiones sanas es entender la manera en que las dos partes discuten. No todos discutimos en el mismo estilo, algunos lo hacemos de forma pasiva, otros de manera más intensa. Según Puhn, es esencial que tu conducta a la hora de discutir sea compatible con la de tu pareja, para lograr tener buena comunicación y que las discusiones tengan el propósito de resolver conflictos y no el objetivo de hacer cambiar a la pareja.
Analiza los siguientes ejemplos, que son todos patrones de discusión negativos que no deben formar parte de tu relación.
1. La discusión dominante
Cuando hay un desacuerdo, una persona intenta intimidar a la otra de tal manera que solo su punto de vista es validado. La persona dominante expone su opinión y no da espacio para escuchar los motivos del otro. Este tipo de discusión es muy dañina, ya que la persona que nunca gana los argumentos se siente excluida e ignorada. Con el tiempo, este tipo de discusión genera un gran resentimiento en la relación.
2. La discusión del pasado
Este es el tipo de discusión en la que un pequeño detalle siempre será una excusa para traer a la mesa un error del pasado. Es necesario resolver los desacuerdos anteriores para poder seguir adelante en la relación antes de que este patrón destruya el matrimonio.
3. La discusión dramática
Un día sientes que estas con la mejor persona del mundo, pero el siguiente tienen un desacuerdo y toda la ilusión se va a la basura. Sientes que es el fin de la relación, seguido por el fin del mundo. No logras ver una alternativa al problema ni crees que exista solución a este. En este tipo de discusión se da en relaciones muy poco estables. Generalmente la persona se enfoca demasiado en el desacuerdo y es incapaz de buscar alternativas para resolverlos.
4. La discusión sobre-analizadora
En este tipo de discusión una persona se da la tarea de “atar cabos” así creando un problema enorme a base de un pequeño detalle.
Usualmente este tipo de discusión se basa en la desconfianza. Un pequeño detalle puede emprender una cadena de detalles y de desacuerdos que mayormente solo suceden en la cabeza del acusador.
5. La discusión silenciosa
Este es el tipo de discusión más peligrosa, ya que por lo general solamente acumula tensiones que en el futuro serán prácticamente imposibles de resolver. Cuando después de un argumento, la pareja decide ignorarse o no volver a tocar el tema, no logran resolver nada y solamente coleccionan desacuerdos. El problema es mayor aún cuando uno de los dos desea hablar y el otro decide castigar a su pareja con el silencio. Indudablemente, este tipo de acción destruirá hasta el matrimonio más fuerte.
Puhn recomienda en su libro ejercicios prácticos para mejorar la comunicación en el matrimonio, ya que según ella, la mayoría de los problemas en las relaciones no son problemas personales, si no problemas de comunicación. Si sabes que tú y tu pareja utilizan algunos de estos patrones tóxicos de discusión, busca ayuda inmediatamente que pueda instruirlos a mejorar la comunicación entre ustedes, antes de que sea demasiado tarde.