Estás criando a un hijo narcisista si haces estas 5 cosas
Un niño es capaz de lograr todo lo que se proponga en su vida y seguir siendo humilde y feliz.
Erika Patricia Otero
Mucho se habla del narcisismo y de cuán terrible es tener en la vida una persona narcisista. Y en este último punto sí que se tiene razón.
Alguien con desorden narcisista de la personalidad te hace daño porque son manipuladores y no son empáticos. En su cabeza son los mejores y están por encima de todo el mundo. Si alguien es mejor que ellos en cualquier área, irán con todas su fuerzas a quitarlos del camino. Son envidiosos, no aceptan críticas ni órdenes; además, son vanidosos y nadie es bueno para ellos.
Se considera un trastorno psicológico, ya que puede llegar a afectar severamente la vida de las personas que lo rodean. Una persona con estás características no surge de la nada; es más, me atrevo decir que mucha de la responsabilidad recae en el tipo de crianza que recibe.
La ciencia sobre el narcisismo
Una Investigación sobre la egolatría en la infancia reveló que los padres que crían a sus hijos para que se sientan mejores que los demás, no les ayudan a ganar autoestima. Por el contrario, les perjudican pues aumentan el riesgo de que se vuelvan narcisistas. Concluye que, para potenciar la autoestima lo importante es hacer que los niños se sientan amados, no que se sientan superiores.
Según este mismo estudio, cuando los padres perciben a sus hijos como más especiales, estos interiorizan la creencia de que son superiores, una visión que está en el centro del narcisismo. En cambio, cuando los niños son tratados con afecto, interiorizan la idea de son individuos valiosos, una visión que está en la base de la autoestima.
Como es evidente, sobrevalorar a los niños es lo que alimenta el desarrollo de una personalidad narcisista. Es de recordar que al igual que otros rasgos de la personalidad, el narcisismo está influido por la genética; además, tiene sus inicios en las primeras manifestaciones temperamentales. Es así como algunos niños son más propensos a convertirse narcisistas cuando se exponen a una sobrevaloración de los padres.
¿Quieres saber si estás educando un hijo narcisista?
Como padres, queremos hacer lo mejor por nuestros hijos. Justo por esto debes evaluar el estilo de crianza que practicas, para saber si estás favoreciendo -sin querer- la aparición de rasgos narcisistas en tu hijo.
No olvides que, desde el punto de vista de la salud mental, el narcisismo es un trastorno de la personalidad. Como tal, tiene muchos aspectos negativos para la vida que los hará sufrir.
Expondré a continuación 5 tipos de crianza que pueden evidenciar que estás criando a un niño narcisista.
1 Hacerle creer que nunca se equivoca
A muchos niños les cuesta confiar en sí mismos, pese a tener suficientes habilidades para realizar muchas tareas. Para ayudarlos a mejorar su autoestima es importante animarlos y elogiarlos para que se den cuenta de que pueden hacerlo. Una cosa es felicitarlos por sus logros, y otra muy distinta es hacerles creer que nunca se van a equivocar.
Los niños deben aprender a vivir con sus errores y la frustración; esto hará que los rasgos de un posible narcisismo sean mantenidos bajo control. Además, equivocarse y levantarse es parte del crecimiento y la vida; fortalece la personalidad y te hace consciente de tu condición humana.
2 Compararlo con otros niños para mostrarle que está por encima de los demás
Puede ser que tu hijo sea un niño prodigio; eso es genial, pero hasta un niño genio comete errores y tiene debilidades.
Es inevitable que como seres humanos no nos comparemos con los otros. Esto comienza a la edad de los 7 u 8 años. Sin embargo, este comportamiento puede verse alentado por iniciativa de los padres que desean demostrar que sus hijos “son mejores”.
Empecemos por decir que las comparaciones son odiosas e innecesarias. Todos somos diferentes y tenemos habilidades y debilidades diferentes. Estos aspectos hacen a las comparaciones absurdas.
A pesar de esto, el comparar a un hijo con otro niño le generará una presión innecesaria. Además, alentará una competencia insana muchas veces. Cuando un niño destaca en una área está bien reconocer sus logros, pero sin compararlo con los demás.
3 Hacerlos intolerantes a las críticas
Acordemos algo, escuchar críticas puede ser devastador e incómodo. Pese a eso, debemos aprender a aceptarlas y tomar lo mejor de ellas. Los niños que observan que sus padres no aceptan una crítica, y en su lugar insisten en que siempre tienen la razón, van a aprender este mismo actuar.
Es tu deber enseñar a tu hijo a aceptar una crítica constructiva; además, tu hijo debe aprender a hacer cambios que sean beneficiosos para él. Educar a un niño para que no acepte que se equivoca, es condenarlo al aborrecimiento de los demás.
4 Jactarse del niño y excusar sus faltas
Una cosa es sentirse orgulloso de los logros de un hijo, y otra es fanfarronear de sus capacidades. Si además le añades a este tipo de actitud que tu hijo no comete fallos, estás criando a un narcisista.
No está mal sentirse feliz porque tu hijo cumple sus metas, pero no es necesario gritarlo a los 4 vientos.
Entre más rápido admitas que tus hijos pueden y van a cometer fallas, más equilibrada será su crianza. Así los niños podrán tolerar su frustración y no se castigarán pensando que son inútiles. Piensa que son solo son seres humanos en desarrollo de su máximo potencial.
5 Hablar mal de los niños que no tienen las mismas capacidades
Hay niños a los que les cuesta más trabajo que a otros sacar adelante algunas áreas escolares y actividades extra. Eso no los hace malos, solo diferentes. El problema surge cuando como padre o madre criticas frente a tus hijos a estos niños. Este tipo de actitud lo que hará es que tus hijos piensen que son superiores y los traten con desdén.
A la larga, ambos niños van a sufrir. El tuyo porque será rechazado por los demás; y los otros por la inevitable humillación de la que serán víctima en manos de tus hijos.
Como padres, lo que debe importar es que los hijos sean felices y gocen de una vida adulta estable y feliz. Se puede ser capaz de lograr muchas cosas y sentirse feliz por sus logros sin dañar a nadie. Eso es algo que tú ni tus hijos deben olvidar jamás.