¿Estás segura que quieres a todos tus hijos por igual? La ciencia dice que no
Tomar conciencia en la forma de tratar a cada uno de los hijos, para que no crean que existen diferencias entre ellos, lo cual puede repercutir en su vida futura. No hay prietito en el arroz: a todos los hijos se les quiere igual.
Erika Gaytán
“Es que mi mamá me regaña muy feo a mí, pero a mi hermano no le dice nada”, fueron las palabras de una niña de 5 años, que en un momento de sinceridad se confesó con su profesora.
Desde los primeros años los niños son capaces de percibir diferencias en cuanto al trato que les dan sus padres. Y no darles un trato equitativo puede generar conflictos de ellos hacia sus padres, celos entre hermanos, e influir en su carácter. Lo curioso es que los estudios no solo dicen que casi siempre se da, sino que incluso esta diferencia suele ser imperceptible para los padres. Cuando un matrimonio decide tener a su primer hijo, toman las cosas con cuidado para no equivocarse, se informan, preguntan y están abiertos a recomendaciones de amigos y familiares para educar a su pequeño, a quien le dedican toda su atención y cariño.
Esto cambia cuando llegan los demás herederos: los papás ya no son aquellos primerizos adivinando lo que le sucedía al bebé, porque ahora ya lo saben. Esta misma idea continúa conforme crece la criatura, y cuando se decide aumentar la familia se aplica la misma fórmula que con el anterior. ¡Cuidado! Esto puede ser un error garrafal.
Existen aspectos que pueden inculcarse de la misma forma como los hábitos alimenticios e higiénicos, valores, ideologías espirituales y religiosas, etcétera. Estos se inculcan a los pequeños como parte de su formación. Sin embargo, existen otros factores en los que no se puede influir porque son parte de cada uno, como sus habilidades físicas y mentales, gustos, carácter… Que se deben de respetar, pues de lo contrario se puede llegar a mandar un mensaje equivocado.
Diversos investigadores advierten que el amor o el rechazo de cualquiera de los padres hacia sus retoños afectan de igual manera el comportamiento, la autoestima, la estabilidad emocional y su salud mental.
¿Por qué puede haber diferencias en el trato hacia los hijos?
A los hijos se les debe querer igual, pero de forma distinta por sus diferentes cualidades y defectos. Esto es lo que suele confundir a los hijos y creer que a uno se le quiere más que a otro. Por otra parte, los padres suelen marcar diferencias con sus hijos: ya sea porque son contrarios a ellos o viceversa, porque heredó todo su carácter, y es ahí donde se debe actuar con precaución. Para ello se deben tomar en cuenta los siguientes aspectos:
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Castigos según la gravedad de la falta cometida.
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Hacer válida la duración de los correctivos.
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Platicar con ellos y hacerles ver su falta y el porqué de su sanción.
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Establecer reglas de respeto y conducta aplicables a todos.
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Premiar o felicitar de la misma forma a uno y a otro.
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No juzgar ni criticar a sus hijos.
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Nunca comparar.
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Buscar espacios y momentos con cada uno para lograr una mejor conexión.
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Escuchar a todos.
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Cuando se platique de alguno, hay que presumir también a los demás. ¡Todos son sus hijos!
Los hijos no tienen por qué ser igual a sus hermanos y mucho menos a sus padres. Déjelos ser, pero no los deje de acompañar en su vida, ellos lo necesitan mucho. Hágales ver a sus hijos que a todos los ama igual, pero de manera diferente. Sin duda ello evitará el rechazo entre hermanos.