¿Estás siendo un padre tóxico? Presta atención a estas 9 señales
Tus errores pueden repercutir en la crianza y comportamiento de tus hijos. Evítalos.
Fernanda Gonzalez Casafús
Ningún padre quiere dañar intencionalmente a su hijo. Sin embargo, ciertos comportamientos o actitudes que parecen bien intencionadas pueden herir los sentimientos y la susceptibilidad de un niño, repercutiendo negativamente en su conducta y desarrollo emocional. Ninguno de nosotros queremos ser un padre tóxico, por ello, es importante prestar atención a ciertas actitudes para evitarlas a tiempo.
De acuerdo al especialista certificado en matrimonio y familia, Kingsley Grant, ser un padre tóxico refiere a conductas que se transmiten a los niños que podrían potencialmente causarles daño directo o indirecto. Los niños son un reflejo de nuestras propias acciones, y cualquier error puede hacer que ellos de alguna manera, también lo cometan a futuro. Somos los padres quienes más influimos en la vida de nuestros hijos, por lo que si queremos criar hijos emocionalmente sanos y autónomos, debemos escuchar a los especialistas.
La crianza tóxica
Las manifestaciones extremas de la emoción son una de las señales más obvias de que un padre puede tener una relación tóxica con su hijo. Un grito demasiado exagerado cuando no hay razón para ello, o un llanto desconsolado buscando apoyo en el niño, son comportamientos que pueden derivar en una crianza tóxica. Si ante la menor situación o falta de obediencia de tus hijos les gritas o los maldices, e inmediatamente te das cuenta que ha sido un exabrupto y te disculpas, puede ser un claro síntoma de que no sabes manejar tus emociones. Puede sucederte una vez, pero cuando es frecuente, es un claro síntoma de una crianza tóxica.
Un padre o madre tiene un comportamiento tóxico con su hijo cuando la ira gana en cualquier situación y no logran resolver un conflicto sino a través de la violencia y los gritos. Los niños aprenderán que no existe otra forma de resolver un problema, y que los mismos se resuelven a modo de peleas y pleitos.
Grant explica que además de los gritos excesivos, otra forma de crianza tóxica se da cuando los padres se apoyan demasiado en sus hijos. Si lloras frecuentemente frente a tus hijos buscando consuelo y sintiéndote una víctima de la situación, estás poniendo a tu hijo en un lugar que no le corresponde, y estás siendo un padre tóxico. No se trata de reprimir los sentimientos, sino de buscar una forma adulta de resolver los conflictos, sin tener que llevar una pesada carga emocional a los hombros de los niños.
Transmitir la toxicidad
Meredith Silversmith, terapeuta familiar, dice según el sitio She Knows, que la clave para una relación saludable entre padres e hijos es eliminar el comportamiento tóxico. Por ejemplo, un padre tiene miedo a volar en avión, y cuando su hijo habla sobre un viaje en avión, un padre tóxico compartirá sus preocupaciones y ansiedades porque es demasiado incómodo pensar que su hijo estará en un avión. Con el tiempo, el niño puede asumir estas preocupaciones como propias”, admite la especialista.
Por otra parte, esperar que un niño asuma un rol de adulto no es saludable y probablemente cause más problemas en el futuro. También, otro error común, que suele mostrarse como bienintencionado, es el que los padres cometen cuando proyectan sus propias aspiraciones y deficiencias en los niños en lugar de permitirles ser individuos. “A medida que el niño crece, se vuelve más independiente, y puede ser difícil para algunos padres adaptarse”, explica Silversmith. “En estas situaciones, un padre puede empujar continuamente a un niño a seguir los sueños del padre, o puede hablar y actuar como si sus deseos e intereses fueran del niño. En estas circunstancias, el niño puede comenzar a sentir que sus necesidades y deseos no son importantes “.
Los comportamientos tóxicos que tenemos como padres no siempre son tan evidentes, y la mayoría de las veces pensamos que lo hacemos “por el bien de nuestros hijos”. Por ejemplo, una madre que no quiere que su hijo estudie para ser músico, o un padre que insiste en que su hijo siga yendo a las clases de fútbol, o algún otro padre que se victimiza todo el tiempo diciéndole a su hijo ya mayor que ahora no tiene tiempo para su “pobre padre”.
Indicadores de alerta
Si estás siendo un padre o madre tóxico, hay ciertas señales que notarás en tus hijos y en tu propio comportamiento. Tomarlas a tiempo es fundamental para emprender el cambio y lograr una armonía en la relación.
- Tu hijo dice: “Nunca me escuchas”, (Tal vez sea cierto que no lo estás escuchando)
- Tu hijo se quejan de lo mismo varias veces. (¿Estás respondiendo a sus inquietudes?)
- Estás convencido de que el drama familiar es siempre culpa de otra persona (Pero puedes ser tú como madre o padre el problema en sí).
- Gritas demasiado
- Te apoyas demasiado en tus hijos (lloras en su hombro)
- Tus hijos comienzan a imitar tus comportamientos tóxicos
- No dejas que expresen sus emociones o minimizas sus sentimientos
- No le das su propio espacio, aduciendo que eres su padre o madre y sabes lo que haces
- Eres demasiado crítico y exigente (no aceptas errores)
Concientizarnos y actuar
El primer paso para dejar de ser un padre tóxico es el de tener la voluntad de querer cambiar y ser buenos ejemplos para nuestros hijos. Los especialistas aseguran que reconocer los patrones en nuestra vida personal es una forma de ver cómo estamos reproduciendo un mal comportamiento, y esto es un gran paso para cambiarlo.
A veces nos es difícil como personas salirnos de los patrones de comportamiento ya adquiridos en nuestra infancia, por lo que es fundamental buscar ayuda profesional si sientes que estás reproduciendo los mismos patrones en tus hijos.