Estas son las razones por las cuales puedes llegar a ser “invisible” ante los demás
Cuando te amas bien, los demás te dan el lugar que mereces.
Erika Patricia Otero
Nada es más horrible y desmoralizante que el hecho de que las personas te traten como si no existieras. Esto te lleva a cuestionarte sobre lo que estás haciendo para recibir este tipo de trato, y muchas veces no hallas respuesta a esa pregunta.
Desde donde lo ves, no mereces que te ignoren porque eres buena persona; además, siempre ayudas y apoyas a los demás. La situación es que es justo por ser alguien dadivoso y amable es que muchas personas te tratan con desdén.
No importa tanto cuando la persona que pasa de ti es un desconocido. Es diferente cuando quien te ignora es alguien a quien aprecias.
Ese tipo de actitud hace que poco a poco te aísles y prefieras estar solo. La verdad es que, de recibir ese trato a estar solo, es preferible la soledad. Como quien dice: “Es mejor estar solo, que mal acompañado”.
La ciencia explica por qué te tratan así
Todos merecemos ser tratados con un mínimo de respeto. No importa si estás por debajo o por encima de los estándares sociales, de belleza o edad; hasta la persona más humilde merece ser tratada bien.
Al respecto, algunos terapeutas han expuesto las razones por las cuales las personas son tratadas con desdén. Ellos afirman que la razón de ese trato está en tu actitud hacia los demás.
Afirman que la manera de generar un cambio en el trato que recibes está sujeto a ajustar el “yo central”; es decir, a cambiar tu ego, también conocido en psicología como el yo.
¿Qué es el ego?
El ego es el reconocimiento que cada persona tiene de su propia identidad y su lugar en el mundo.
Hay varios tipos de ego; algunos son realmente peligrosos. La razón es que una persona con un ego poco equilibrado puede ser realmente una pesadilla.
Los tipos de ego son:
Insaciable
Es el tipo de persona que siempre quiere ser el centro de atención. Sabes que estás ante alguien así porque siempre cuenta cosas sobre sus experiencias y no deja que los demás hablen.
Sabelotodo
Una persona con un ego sabelotodo necesita sentirse reconocida. Para lograrlo siempre da consejos y opiniones que “lo hagan quedar sobre los demás”.
Envidioso
Es la persona que no es capaz de soportar el éxito de los que se encuentran a su lado.
Interruptor
Esta es la persona que siempre interrumpe a los demás cuando están hablando. De esa manera quien habla jamás termina de decir lo que piensa porque el interruptor siempre “rompe” su discurso.
Jinete
Una persona con un ego jinete siempre saca información ajena o se apropia de tu discurso interesante para adjudicárselo.
Prestigioso
Se trata de las personas que necesitan ser aplaudidas por sus logros, por mínimos que estos sean.
Sordo
Como bien lo indica el nombre, una persona “sorda” jamás escucha lo que los demás le dicen; es más simula estar escuchando, pero no es así. Lo que más disfruta es hablar sin parar.
Manipulador
Una persona con ego manipulador es alguien hábil en mentir y ajustar las cosas para salir favorecido. Justifica su actitud y sus mentiras para ocultar las razones de sus acciones.
Silencioso
Es de los egos más peligrosos porque jamás dice nada. El problema es que recoge información de quienes están a su alrededor para hablar a espaldas. Es una persona hipócrita y mal intencionada.
Orgulloso
Son las personas competitivas, esas a las que nunca les gusta perder y siempre se ufanan de sus logros.
Con toda esta información recabada, ya puedes darte una idea de las razones por las que alguien es ignorado. Es en esa raíz, su ego, que la persona necesita hacer cambios para evitar ser tratada de manera que no le gusta.
Ahora bien, estos son 10 tipos de actitudes que se deben cambiar y así tener una mejor convivencia.
1 Sacrificarse de manera innecesaria
No hay necesidad de sacrificarse de manera innecesaria por nadie. Recordar siempre darte tu lugar sin dañar a nadie es la actitud correcta para tener el respeto de los demás.
2 Falta de respeto propio
Nadie tiene que aguantar malos tratos. Cuando haces valer tu calidad de ser humano, vas a reconocer a las personas tóxicas y a alejarte de ellas por tu bienestar.
3 Necesidad de aprobación
No hagas nada a la espera de que los demás te aprueben. Nadie tiene que aprobarte; en cambio, vive tu vida sin dañar a nadie y te olvidarás de la opinión ajena.
4 Autoelogiarse
Esto es realmente desagradable. Quien quiera estar a tu lado lo estará sin que tengas que resaltar tus puntos fuertes.
Quien te quiera bien, verá con sus propios ojos tu valor.
5 Asumir más responsabilidad de la que tienes
Hay personas que asumen más responsabilidad de la que deben. Esto hace que los demás se descarguen en ti, o que siempre esperen que asumas culpas que no tienes.
Sé justo contigo; de otra manera, nadie lo será contigo.
6 No saber decir NO
No saber decir no a las peticiones de los demás va a mal acostumbrar a las personas.
Saber decir no es saber poner límites y darte respeto. Hay que saber cuándo puedes decir sí y cuándo es justo que digas no. Es cuestión de respetarte.
7 Ajustarse a los deseos de los demás
No debes sentirte obligado a acoplarte a lo que los demás quieren hacer. Si te preguntan qué quieres comer, has saber tus deseos; vas a sentirte más cómodo y feliz.
8 No poner límites
Esto es una gran falta de amor propio. Es necesario que sepas decir “¡Basta!”. Ceder a los deseos de los demás y perdonarles cuanta falta de respeto te hagan, es dañino para ti.
Tenerse respeto y amor es el inicio de las buenas relaciones.
9 Miedo a la soledad
La soledad no es tan mala. Es mejor esto a estar rodeado de personas que te lastiman o abusan. No tienes por qué tolerar a nadie solo por no estar solo.
Cuando comiences a aprender a valorar tu soledad, vas a aprender a distinguir quién te merece en su vida.
10 Creer que el respeto se gana
El respeto no se gana, el respeto lo merecemos todos los seres humanos. Las personas no valen por lo que hacen por los demás, sino por ser seres humanos.
Como puedes ver, todos estos aspectos están atados a uno o varios tipos de egos antes planteados. Cuando ajustas tu tipo de ego y lo equilibras, notas un cambio en el trato que das y el que recibes.