Este es el mayor asesino del amor dentro del matrimonio

El resentimiento tiene una cura fácil: las personas hacen cosas, tú eliges si permites que te generen dolor.

Erika Patricia Otero

El amor es frágil. Puedes pensar que casarse es la consolidación máxima de una pareja, pero esto no siempre es así. La realidad es que así como un hijo no ata a nadie, un anillo y una promesa ante un altar o un juez, tampoco lo hace.

Hemos escrito bastante acerca de que el amor es como una planta que requiere cuidados diarios. Si a una planta no le das la suficiente agua, sol, vitaminas y sombra, va a dañarse; es lo mismo con el amor.

Es claro que no somos perfectos. Todos cometemos errores, unos más graves que otros; pese a eso, siempre podemos reparar el daño causado. Sin embargo, hay personas que por orgullo o vergüenza son incapaces de reconocer ante sus parejas que se han equivocado.

Estas personas suelen pretender que nada malo ha pasado entre ellos y sus cónyuges. Lo cierto es que aunque sean consientes de sus errores, el orgullo les impide reconocerlos. Es en estas situaciones que el resentimiento toma las riendas de la relación. Puede no notarse a simple vista, pero poco a poco va dejando huella en el matrimonio.

El resentimiento, veneno que mata cualquier relación

El resentimiento es un sentimiento constante de malestar y enfado hacia una persona por considerarlo causante de una ofensa grave. Se manifiesta en acciones de reparación, actitudes negativas y/o palabras que evidencian la molestia constante que genera.

El problema con el resentimiento es que nos hace revivir la ofensa. Es como si cayera sal constantemente en una herida que jamás sana.

Lo triste es que estando la solución en las manos de los cónyuges, pasan de ella. Lo hacen porque el orgullo les puede; les cuesta reconocer que se equivocaron y prefieren evadir la responsabilidad de sus acciones.

Por supuesto que reparar los daños de un error es relativamente fácil. El problema real es cuando la parte que ofendió se niega a hacerlo. A veces suelen creer que el tiempo sanará las heridas; eso es un grave error, estas se van a hacer más grandes.

Expresiones del resentimiento

Hay dos tipos de errores dentro de toda relación humana: los fallos de los que somos consientes, y los que no. Sea cual sea el caso, las personas podemos reparar los errores, pero no querer hacerlo es ya es otro asunto.

Ahora bien, el resentimiento se puede manifestar de diversas maneras:

Puede tratarse de gestos que pasan desapercibidos, sarcasmo, comentarios cargados de reproche, etc. Y La intensidad de esas expresiones puede ir de menor a mayor dependiendo del error.

Aún peor es que el resentimiento es acumulativo. Si la pareja que cometió la primera falta sigue equivocándose sin reivindicarse, el afectado va a empeorar en su actitud. Esto puede desencadenar en problemas más graves e incluso violencia.

Pese a todo esto, la buena noticia es que esta situación se puede superar y así salvar el matrimonio.

¿Cómo se superar el resentimiento?

Vamos a ir paso por paso:

1 Reconocer la causa

Cuando reconoces qué fue lo que tanto te lastimó, entonces comienzas a sanar.

Pueden herirte con algo tan mínimo como no darte un beso a la hora de despedirse. Sí, hay personas que se molestan por eso. El punto es que reconocerlo te da el poder de comprensión que necesitas para darle un lugar adecuado a esa situación.

2 Hacerse consciente

Esto solo se logra de una manera: hablando de lo que les molesta.

Cuando una persona asume que su cónyuge está molesto por algo que hizo, tienen que hablar de ello. Al hacerlo, la pareja se da cuenta de si se trató de una acción consciente o no.

Esto desencadena una serie de acuerdos que llevan a ambos a buscar una reparación de los daños.

3 Aceptar no es igual a perdonar

Esto debe quedar claro. Aceptar que te equivocaste y heriste a tu pareja no es igual a pedir perdón.

Cuando pides perdón de corazón, evitas de todas las maneras posibles volver a caer en lo mismo. Además de esto, reparas el daño de alguna manera que sepas que tu pareja va a sentirse satisfecha.

4 Toma distancia, pero en la justa medida

Ahora bien, supón que tu pareja recién te causó daño. Necesitas tiempo y espacio para no dejarte embargar por el dolor. Tampoco quieres caer en el error de tratarlo mal por “revancha“; entonces te distancias.

Obviamente quien falló va a darse cuenta de que algo hizo que te molestó. La acción que tome dependerá de él o ella. El punto es que estás tratando de hacer lo que esté en tus manos para no amargarte, y eso es válido.

Sin embargo, trata de que tu actitud distante no tome poder en la relación porque puede causar daños mayores. Trata de que tan pronto como se calme la sensación de malestar, hablar de lo que provocó tu distancia

5 Dale la importancia que merece

Seamos francos, a veces nos molestamos por nimiedades. Que si olvidó sacar la basura y se acumuló la de la semana, hay cosas peores que esa.

Dale a la situación “ofensiva” el lugar que merece y no exageres las cosas. Muchas veces hacemos cosas que no tiene la intención de dañar a nadie. En otras ocasiones esa acción o actitud que jamás te incomodó, ese día te sacó de casillas. Solo analiza si de verdad hacerle mala cara a tu pareja merece la pena.

Solo es cuestión de no agrandar lo que no merece atención.

Por último, la convivencia matrimonial se puede hacer más placentera cuando la pareja sabe darle la cara a los problemas. Es tan simple como abarcar un problema a la vez. Cuando se habla de un dilema que aún esta “fresco en el tiempo” se evita la acumulación de rencor.

Es solo cuestión de querer solucionar los problemas a través de una buena comunicación.

Erika Patricia Otero

Psicóloga con experiencia en trabajo con comunidades, niños y adolescentes en riesgo.