Esto es lo que los adolescentes deberían aprender sobre sexualidad responsable
Con ideales y valores claros, siempre serán leales a si mismos.
Fernanda Gonzalez Casafús
Hablar sobre sexualidad con los hijos siempre ha sido difícil para los padres. Aunque en las últimas décadas la sociedad está más abierta a hablar sobre algunos asuntos, los padres aún conservamos cierto recelo a la hora de tocar un tema tabú como es la sexualidad.
Tengo dos hijos pequeños y soy consciente de que en algún momento va a tocarme ese momento incómodo que muchos padres describen, de sentarme a conversar con mis hijos acerca de sus dudas, y sobre todo acerca de los peligros que entraña la sexualidad no responsable.
Y cuando nuestros hijos estén listos para hacer preguntas, nosotros como padres debemos estar listos para contestar. Sin embargo, lo ideal sería anticiparse y comenzar a hablar de sexualidad mucho antes de lo que pensamos.
Empezar desde cero
La sexualidad forma parte de la vida del ser humano. Por lo tanto es algo erróneo pensar que hay una edad puntual para comenzar a hablar sobre relaciones, el cuerpo y los cambios que le suceden a los adolescentes. Y lo mejor que podemos hacer es comenzar desde cero, es decir, desde la infancia.
Cuando a mis hijos pequeños les enseño que su cuerpo es sagrado, les enseño sobre sexualidad. Cuando les digo que nadie debe ver sus partes privadas, les doy una lección sobre sexualidad. Y cuando les explico que Dios nos hizo diferentes al hombre y a la mujer para amarnos y ser felices juntos, también les estoy hablando sobre sexualidad.
Por ello, no es suficiente hablar de moralidad o de buenas costumbres cuando nuestro hijo adolescente viene con alguna duda, sino que como padres tenemos que ofrecer mucho más que un discurso acerca de lo que está bien y lo que está mal.
Enseñar moralidad es enseñar sexualidad
En mi país hay una batalla campal acerca de la educación sexual obligatoria en las escuelas. Es cierto que los niños tienen que saber muchas cosas que antes no se enseñaban y que son positivas para su desarrollo integral y personal. Pero también es cierto que como padres tenemos el derecho a enseñar a nuestros hijos acerca de qué es lo que consideramos correcto en cuanto a la moral sexual.
La promiscuidad hace estragos a nivel mundial, y es en este mundo donde nuestros hijos van a insertarse. Por ello debemos ser cautos a la hora de enseñarles acerca de sexualidad saludable y responsable.
Como madre, quiero que mis hijos sepan que deben amar su cuerpo, cuidarlo y protegerlo. Pero además, que la sexualidad no se trata sólo de relaciones placenteras, sino de un acto de unión reservado sólo a dos almas que se aman.
Los sermones no son suficientes
Cuando mi abuela se casó, no sabía absolutamente nada sobre sexualidad. Sólo sabía que debía cumplir con su deber de esposa, sin saber realmente qué es lo que ello significaba. Ella me decía que tuvo suerte, pues se enamoró de mi abuelo y fueron inseparables hasta el día en que mi abuelo murió.
Décadas atrás se enseñaba que las relaciones sexuales eran sucias, oscuras o algo malo que no se debía hacer. La tradición de dar sermones a los jóvenes sobre lo que “no” tienen que hacer ha hecho que muchos adolescentes no confíen en sus padres a la hora de enfrentar las dudas que los aquejan en la pubertad.
Hoy, los sermones y las explicaciones tardías no son suficientes. Probablemente cuando llegue el momento de explicarle algo a tu hijo, ya haya investigado por su cuenta. Por lo tanto, debemos enseñar a los jóvenes algo que no se enseña ni en Google ni en ninguna enciclopedia.
Enseñar sobre sexualidad es enseñar amor propio
Las relaciones sexuales son totalmente aceptables y sanas cuando ambos miembros de una pareja estable las acepta y las disfruta. El error de muchos padres tal vez está en enseñar que la sexualidad se basa en actos íntimos corporales, cuando lo que debemos enseñar es que podemos entregar todo nuestro corazón y nuestro ser a quien realmente nos eleve y nos brinde esa seguridad que necesitamos para sentirnos confiados, aceptados, amados.
Nuestros hijos deben crecer sabiendo que la sexualidad con el otro invita a desnudar nuestra alma y a entregarnos por completo a esa persona con quien decidimos unirnos. Pero primero, es el amor propio el que debe nacer dentro de nosotros mismos, para poder brindarnos hacia el otro en armonía.
Sexualidad saludable es sexualidad responsable
Si quieres que tu hijo tenga una sexualidad responsable debes enseñarle los principios acerca de la sexualidad saludable. Los expertos argumentan que cualquier momento es propicio para hablar con los niños y adolescentes acerca de la sexualidad; sólo hay que naturalizarlo.
Cuando una niña llega a la pubertad temiendo acerca de sus cambios corporales, es difícil que tome con naturalidad el hecho de convertirse en mujer, y que en vez de disfrutarlo, lo padezca.
Enseñar sexualidad saludable a un hijo es dedicarle tiempo para que éste comprenda que el cuerpo es un altar, al que sólo se debe acceder con el alma pura. Cuando un niño crece sabiendo respetar su cuerpo y el cuerpo de los demás, crecerá gratificado en una sexualidad responsable.
Consejos para padres
Amber Madison, autora del libro “Cómo hablar de sexo con los adolescentes para que te escuchen”, recomienda una serie de consejos para llevar a la práctica y hablar abiertamente con los hijos sobre sexualidad
Estar presentes cuando los hijos lo necesitan
Aceptar y superar la propia vergüenza
Esperar el momento adecuado para conversar
Sacar el tema de forma original e imaginativa
No atacarlo ni acusarlo
No brindar respuestas apresuradas
Buscar ayuda cuando no se tenga una respuesta
Un regalo sagrado
Dios nos regaló la dicha del encuentro y unión sagrada entre un hombre y una mujer. Las relaciones sexuales son un regalo celestial que nos invitan a enlazar nuestro ser y elevar nuestra alma.
Cuando un hijo comprende que la sexualidad es un regalo de la vida para unirnos y alimentar nuestro ser con quienes nos corresponden, sabrá entregar su amor en el momento preciso, y cuando su corazón así lo indique.
No dejes de conversar con tus hijos acerca de lo maravillosa que puede ser la sexualidad cuando se acepta y se alimenta con un espíritu limpio. Nada mejor que tus consejos para ayudarlos a prepararse en el camino hacia la vida adulta, y hacia una sexualidad saludable y responsable.