Si quieres que tu hijo te escuche, haz lo que recomiendan los expertos
A mí me funcionaron los consejos.
Fernanda Gonzalez Casafús
Pasamos los primeros 18 meses tratando de que nuestros hijos se paren y caminen, y los siguientes 18 años intentando que se sienten y escuchen. Suena gracioso pero es cosa seria ¿Cómo hacemos los padres cuando no podemos lograr que nuestros hijos nos escuchen y hagan caso?
Mi hijo acaba de cumplir 4 años. Cuando le pido algo como levantar sus juguetes, juntar las migas que dejó en la mesa, o levantar su ropa del piso me contesta en tono desafiante y cantarín “no”. Y a mí me salen humitos por las orejas, cual dibujo animado.
Entonces comenzamos a negociar
Según el estado de mi paciencia, y según el humor de mi hijo, comienza una negociación que puede rápidamente surtir efecto, o repentinamente sumirse en el fracaso. En ese momento me da la sensación que hablamos otro idioma. Aunque le explique que los juguetes se pueden perder, que la ropa se ensuciará o que las migas hay que juntarlas, él regularmente tiene algo más interesante que hacer.
Nos frustra. Nos enoja. Nos saca de quicio. Pero así son los niños pequeños. Ellos necesitan reglas, pero tal vez los padres no sepamos adaptarnos adecuadamente a su mundo y allí se suscita el conflicto. Ellos se están redescubriendo y necesitan saber de qué son capaces.
De acuerdo a la Psicóloga Sara Tarrés, la desobediencia en la primera infancia forma parte de la construcción de “yo” del niño. Es la edad de las rabietas, de la desobediencia y de la testarudez. Edad que puede durar si no sabemos bien cómo manejarlo.
Hablar el mismo idioma
Los expertos en comportamiento infantil recomiendan una serie de consejos que los padres podemos poner en práctica para lograr que nuestros hijos crezcan con aptitudes como la obediencia, el respeto, la generosidad, entre otros.
1. Ofrecer opciones
Muchos padres no contemplan que sus hijos tengan la posibilidad de elección, porque consideran que lo que dice mamá o papá es así “y punto”. Sin embargo, es sumamente positivo ofrecer otras opciones a un niño cuando no puede obtener lo que desea.
Están en el mercado y tu hijo quiere un huevo de chocolate. No puedes comprarlo porque sabes que el chocolate le cae mal. Y entonces le dices “puedes elegir entre una rosquilla o un sumo de frutas”. No le estás negando todo, le estás dando la opción de elegir. He comprobado personalmente que cuando pongo en práctica esta táctica con mis hijos, nos entendemos mejor.
2. Comenzar siempre en positivo
Las madres solemos retar a nuestros hijos comenzando por un regaño negativo: “No has levantado tus juguetes”, “Por qué dejaste todo sucio”, “Deja ya de hacer eso”. Sin embargo, comenzar la oración hablando de las virtudes de tu hijo o mencionando algo positivo que haya hecho, captará su atención y se mostrará predispuesto a colaborar.
“Sé que eres muy bueno con la pelota, pero debes jugar en el patio”, o “qué bueno eres pintando, pero debes colorear en estas hojas y no en mis papeles”.
3. Déjalo que lo haga solo
A los niños les encanta sentirse autónomos, libres e independientes. Ya sabemos que hay ciertas cosas que no pueden hacer solos, pero sí podemos motivarlos a que puedan conseguir pequeñas victorias, como atarse los cordones o abrocharse un botón.
Si están apurados por salir y tu hijo no hace caso en vestirse, antes de correrlo por toda la casa con la camisa en la mano, llámalo y capta su atención con un desafío. Dile que sabes que él puede hacerlo solo y que no te necesita a ti para vestirse. Con el afán de demostrarlo, lo tendrás vestido en un santiamén.
4. Empatiza
La empatía es ponerse en el lugar del otro, pero desde la sinceridad y la comprensión absoluta. Empatizas con tu hijo cuando le dices “Entiendo cómo te sientes” en vez de decirle “Ahora no llores, pues yo te dije que no te juntes con ese niño”.
Si un hijo acude a su padre en busca de ayuda no es para escuchar sermones sino para oír consejos. Aprovecha esa oportunidad para demostrarle que allí estás para ayudarlo. Valida sus sentimientos a través del respeto y déjale saber que él puede contar contigo.
Éstos son sólo algunos de los consejos que tú puedes poner en práctica todos los días para encontrar la forma de comunicarte mejor con tu hijo. Ellos necesitan límites sanos, así como sentir que esos límites son impuestos con amor.
Y tú ¿qué otras tácticas utilizas para encontrar un lenguaje en común con tu hijo?